Capitulo 10

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Sus besos no eran de manera normal, demasiado rápidos, eran de una manera ciertamente hambrientos, de pronto aparto mi cabello y me tiro hacia la cama, quedando él sobre mi, tomo mi cara y poso sus labios sobre los míos.

En cada beso dejaba un poco de deseo en mi, jamás lo había sentido así de letal, cada vez que quitaba sus labios para respirar me dejaba jadeando.

-Maxon, ¿qué tienes?- le dije tratando de recobrar la respiración.

Solamente se limitó a mirarme, sus ojos destellaban inmensamente, sabia que ese sueño le había causado mucho miedo, y la única manera en la que podía calmarlo, era que supiera con todos sus sentidos que estaba junto a él.

Su boca bajo por mi cuello, dejando en su camino pequeños besos, paso de nuevo por mis pechos, pero siguió, hasta la mitad de mi abdomen, con sus manos tomo mi cintura y comenzó a masajear, haciendo que mi columna se arqueara, choques eléctricos comenzaron a recorrer cada parte de mi cuerpo, y todos ellos terminaban en una sola zona, "ahí abajo".

-Maxon, no espera, ¿que te pasa?- dije tratando de controlarlo.

-Solo disfruta América- dijo sin más.

Cuando llego al borde de mis crestas iliacas, comenzó a besarlas, y con sus dedos bajaba poco a poco el resorte de mis panties, de pronto sentí como uno de sus dedos entraba en ellas y exploraba aquella zona, que jamás había sido tocada.

-Ma... Maxon, espe...- trataba de decir con toda la cordura que me quedaba y es que su dedo comenzó a tocar haciéndome sentir muy excitada.

-Shhh, no digas nada- dijo mientras se acercaba a mi cara.-Solo disfruta- y me besó.

De pronto sentí como aquel dedo se introdujo, provocándome un placer y un chillido instantáneo.

-¿Te gusta?- preguntó Maxon susurrándome al oído.

-Sí.

-Sé que dije que no era necesario tener relaciones América, pero necesito sentir que eres mía y que jamás te iras de mi lado, en serio lo necesito.

Sabia que yo también quería esto y hace unas cuantas horas cuando él dijo que no tendríamos sexo en verdad me había enojado, así que no puse resistencia alguna.

Beso mis labios con necesidad y yo le conteste, los dos estábamos seguros y listos para lo que a continuación sucedería.

Sus dedos se movían al ritmo de nuestros besos, lo que me dificultaba cada vez mas respirar, pero los choques eléctricos en mi interior, me hacían pedir que no parara.

Sus dedos dejaron su trabajo para quitarme la panty del todo, dejándome completamente expuesta ante Maxon, aunque era de madrugada la luz de la luna iluminaba completamente el cuarto así que sabia que él me podía ver perfectamente.

-Eres tan hermosa, tan sensual, estoy tan feliz de que estés aquí conmigo América- dijo mientras besaba mi frente.

-Desvístete completamente- le dije sin mas.

Maxon rompió el beso y me miro.

-¿Qué dijiste?- dijo con un tono de voz donde pude percibir una risa.

-Que te quites los bóxers, ¡ahora!- dije con voz firme.- Ni creas que me dejaras con las ganas tal y como hace unas horas, y si no te los quitas, yo lo haré.

Terminando mi frase agarre sus hombros, y lo gire, quedando el abajo de mi.

No sabia que era lo que pasaba, tal vez era el calor del momento, pero ya no podía contenerme más, quería sentir a Maxon dentro de mi, quería que supiera que era suya solamente y sentir que él era solamente mío, quería que fuéramos solamente uno; así que tome el resorte de su bóxer y tire hacia abajo, quitándoselo por completo.

A la luz de la luna, la piel de Maxon era preciosa, a pesar de que mi piel era más clara, se veía como si brillara.

Lo mire a los ojos y me avente a sus labios, ahora los dos estábamos completamente desnudos, uno a merced del otro y esto no pararía hasta el final.

Tomo mis brazos y con su peso me volteo para quedar yo de el lado de la cama.

-Sabes que retarme es lo peor que puedes hacer América- dijo mientras me mordía el cuello, sus besos eran increíblemente salvajes.

Mientras mas se pegaba a mi mas sentía su erección entre mis muslos.

-Maxon, Por favor, ya no puedo- dije mientras trataba de respirar- te necesito.

-¿Me necesitas?,dilo de nuevo América, dime que me necesitas.

Eran tan estúpidamente arrogante y eso lo volvía tan sensual, pero la espera me mataba.

-Te necesito Maxon, por favor, te necesito dentro de mi- dije mientras levantaba mi cara para poder alcanzar sus labios.

Entre besos sus piernas fueron abriendo poco a poco las mías y posicionándose.

Tomo mi cara con una mano y mis caderas con la otra.

-Si te lastimo, me lo tienes que decir América, no quiero que nuestra primera vez sea dolorosa, ¿me prometes que lo dirás si te duele?- sus ojos no mentían, estaba realmente preocupado.

-Lo haré, lo prometo- dije mientras lo miraba,

-No quiero que nada ni nadie te lastime, incluyéndome- dijo mientras depositaba un beso en mis labios.

-Maxon.

Y así poco a poco fue introduciéndose en mi, dejando en el camino una sensación de dolor, al principio era bastante pero mientras pasaban los segundos se hizo soportable, al fin Maxon y yo éramos uno solo.

-¿Todo bien América?- preguntó al ver una lagrima salir de mi ojo.

-Si, no te preocupes, no fue de dolor, solamente estoy tan contenta de que mi primera vez haya sido con alguien que amo y que tendré por el resto de mi vida a mi lado.

Nuestros labios se unieron Maxon comenzó a moverse lenta y suavemente , al ritmo de nuestros besos, al paso del tiempo, el ritmo comenzó a ser cada vez más rápido y el placer apareció, mis manos se enganchaban cada vez más a su espalda, dejando marcas de dedos y uñas.

Él jalaba las sábanas, podía sentir la tensión bajo de mi.

Nuestras respiraciones comenzaban a ser entrecortadas y el sudor apareció.

Con cada embestida de Maxon, todo mi cuerpo se estremecía, me llenaba completamente, y no podía evitar que un gemido escapara.

-América, esto se siente tan increíble, es algo que jamás en mi vida pude haber imaginado, una sensación indescriptible, y sé que solamente contigo es así.

No podía creer lo increíble que era tener relaciones con la persona que amas, era un mundo totalmente nuevo, amar y ser amada intensamente era un placer que no muchas personas experimentan.

-Maxon, creo que...- dije mientras sentía como mi cuerpo se acercaba al climax.

-Yo también lo siento.

-Dios es increíble- dije mientras las contracciones y las descargas eléctricas en mi cuerpo eran cada vez mas intensas.

-América...

Y así los dos nos fundimos, Maxon cayó a mi lado, abatido, lleno de sudor, yo apenas podía moverme y trataba de controlar mi respiración, lo mas rápidamente que pude lo tape; al final, nuestra noche de bodas había sido espléndida, mis piernas y abdomen dolían, pero aún así, me acurruque a lado de mi esposo y lo abrace.

-Te amo Maxon, gracias por la mejor noche de mi vida- dije mientras el sueño invadía mi cuerpo.

FIN

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La noche de Bodas (continuación del epilogo de "la elegida").Donde viven las historias. Descúbrelo ahora