Chico Perdido

Capítulo Veintidós

La isla de humo negro y luz verde siniestra no parecía menos aterradora de cerca. Una niebla gris se arremolinó alrededor del barco mientras continuaban navegando más cerca del lugar malvado. El humo negro se elevaba por encima de ellos y el mar se oscurecía debajo. Otto sintió una brisa helada tirando de su camisa y se estremeció bajo su armadura de cuero. Su mano agarraba la empuñadura de su lanza con tanta fuerza que sus nudillos se pusieron blancos. Caspian estaba a su lado y se dirigía a la tripulación que estaba en la cubierta de abajo. Edmund y Lucy eran visibles entre ellos. Los dos niños Pevensie bajaron para mirar hacia arriba con los otros narnianos para observar a su rey. Otto había querido unirse a ellos, pero la mano de Caspian en su muñeca lo detuvo. Así que allí estaban, uno al lado del otro mientras veían a la multitud.

"Pase lo que pase aquí, todos los que estáis delante de mí os habéis ganado un lugar en la tripulación del Viajero del Alba", la voz de Caspian resonó con el coraje y la comprensión del rey que era. Otto no pudo evitar sentirse orgulloso de cómo Caspian había cambiado de ese príncipe asustado en el templo. Otra situación peligrosa en la que potencialmente podrían morir, pero no había miedo en los ojos oscuros del otro hombre. "Juntos hemos viajado lejos. Juntos hemos enfrentado la adversidad. Juntos podemos hacerlo de nuevo. Así que ahora no es el momento de caer en feroces tentaciones. Nunca os rindáis. Nuestro mundo, nuestras vidas narnianas dependen de ello".

La voz de Caspian se apagó y Otto se acercó para unir sus manos. Habló en voz alta, tomando su turno para dirigirse a la multitud, aunque su voz sonó más suave que la de Caspian. "Pensar en las almas perdidas que salvaremos. Pensar en Aslan". Se giró y le dio a su amante una amplia sonrisa a través de los nervios que le hacían temblar las manos. "Pensar en Narnia".

Caspian asintió. "Por Narnia".

"¡Por Narnia!" Un tripulante gritó mientras los dos descendían las escaleras. "¡Por Narnia!" los ecos sonaron y Otto se detuvo de golpe en las escaleras cuando todo el barco estalló en rugidos. Vio el rostro de Edmund entre la multitud y el niño asintió mientras Lucy lanzaba un grito de guerra a su lado. Cuando se volvió hacia Caspian, el moreno le apretó la mano.

"Te lo dije", murmuró con una sonrisa. "Tú eres un rey para ellos". Otto se inclinó hacia adelante para chocar ligeramente sus narices antes de alejarse y continuar bajando los escalones.

No tuvieron mucho tiempo después de que su discurso terminó antes de que la isla se los tragara. Los gritos se desvanecieron en el silencio cuando todos agarraron un arma. Caspian soltó la mano de Otto y los dos se separaron para mirar alrededor, Caspian subió los escalones hasta la proa mientras Otto miraba por encima de la barandilla. La niebla era demasiado espesa para ver a través y el mar no era más que oscuridad debajo. El humo verde se arremolinaba alrededor del barco y, si escuchaba atentamente, susurros espeluznantes parecían tirar de él. Las voces intentaban colarse en su cerebro y sacar sus miedos más profundos. Otto agarró su lanza con más fuerza mientras el humo se enroscaba alrededor de la tripulación. Por un segundo creyó ver a su madre caminando a través de la niebla hacia él, pero luego se fue. Otro truco.

"¿Qué crees que estás haciendo chico?" el susurro malicioso en su oído lo hizo saltar y Otto se giró. La voz hizo que el miedo subiera por su garganta y un escalofrío de recuerdos de bastones y pisos de madera dura lo hizo estremecerse. Otra voz, justo detrás de él y escupiendo asquerosidad en la nuca. "Deberías haber muerto como tu madre". Otto cerró los ojos y agarró su lanza para clavarse mientras respiraba profundamente y contaba hasta ocho mientras exhalaba. Cuando volvió a abrir los ojos, la voz de su padre se había ido. El humo verde se ha desvanecido.

Una voz diferente resonaba a través de la niebla. Sonaba como un hombre, un caballo y un eco. "¡Manteneos alejados!" Toda la tripulación corrió hacia el lado de estribor para observar las rocas puntiagudas que sobresalían del agua a través de la niebla.

"¿Quién está ahí?" Edmundo llamó.

"¡No te tememos!" Caspian gritó, con un acento más fuerte en sus palabras. Otto podía escuchar el ligero nerviosismo en ellos, enmascarado y empujado hacia abajo. Es posible que los demás no se hayan dado cuenta, pero él sabía cuándo Caspian ocultaba algo y por un segundo se preguntó qué le había mostrado el humo para ponerlo tan inquieto.

"Ni yo a vosotros", retumbó la voz resonante. Edmund sacó la linterna de su cinturón y la encendió. El fuerte haz de luz blanca iluminó las rocas antes de golpear una figura. Había un anciano parado en la roca más cercana a ellos. Se espantó bajo la luz y provocan destellos de barba y cabello largo y despeinado, ropa poco más que harapos y piel sucia. "Manteneos alejado", llamó de nuevo.

"No nos iremos", respondió Caspian, ahora menos nervioso.

"¡No me vencerás!" El hombre gritó mientras sacaba una espada plateada de detrás de él y la sostenía en alto. Otto se sorprendió de que el anciano marchito aún pudiera sostener la espada sobre su cabeza de esa manera.

"Caspian, su espada", señaló Edmund. El hombre escuchó y bajó la espada antes de intentar escabullirse de la luz que lo iluminaba.

"¡Señor Rhoop!" Caspian exclamó al reconocerlo mientras bajaba corriendo las escaleras.

"¡No te acerques!" El señor Rhoop gritó.

Caspian levantó una mano mientras se acercaba a la barandilla. "Retiraos", la tripulación bajó sus armas. "Vamos a subirlo a bordo, rápido". Los hombres agarraron los ganchos y comenzaron a balancearlos, pero no deberían haberse molestado. Eustace salió de la oscuridad y atrapó a Lord Rhoop con sus garras antes de aletear hacia el barco y dejar caer al hombre trastornado en la cubierta.

"Cálmate, mi señor", llamó Caspian mientras Rhoop se ponía de pie y levantaba su espada.

"¡Aléjate de mí demonio!"

"No estamos aquí para lastimarte", Caspian se puso de pie y puso un tono de mando en su voz. "Soy tu rey. Caspian".

Otto se detuvo desde donde estaba apuntando con su lanza al hombre, mientras Lord Rhoop pronunciaba el nombre. Finalmente, el reconocimiento apareció en los ojos del hombre y se giró. Una mano acariciando el hombro de Caspian como si no pudiera creer que el joven fuera real. "Su majestad, no debería haber venido. No hay forma de salir de aquí". Se puso de pie y Otto se sorprendió de lo alto que era. "¡Rápido! Da la vuelta al barco antes de que sea demasiado tarde".

"Tenemos la espada", dijo Otto. "Vamos".

"¡Dale la vuelta, Drinian!" ordenó Caspian.

"Sí, su majestad". Drinian corrió hacia las escaleras. Caspian y Otto intentaron ir tras él, pero Rhoop se acercó y agarró el brazo de Otto. Saltó cuando un tornillo como un agarre atrapó su antebrazo y la cara de Lord Rhoop estaba incómodamente cerca de la suya. Otto se congeló con los ojos muy abiertos.

"¡No pienses! ¡No le dejes saber tus miedos o se convertirá en ellos!" Una horrible respiración áspera en un grito de advertencia cuando el anciano abrazó a Otto con más fuerza.

Caspian agarró a Lord Rhoop por la muñeca y los separó. Otto se alejó tambaleándose a su lado y el otro hombre instintivamente le pasó un brazo por los hombros y lo atrajo hacia sí. Hubo un segundo de silencio antes de que una pequeña voz murmurara. "Oh, no". Todos los ojos se volvieron hacia Edmund.

"Edmund", la voz de Lucy se estaba llenando de temor. "¿En qué acabas de pensar?"

"¡Lo siento!" Edmund corrió hacia la barandilla y miró hacia el agua de abajo. La piel pálida de su rostro hizo una chispa ligera en el cerebro de Otto y un terror sin fondo horrible lo llenó. Tragó saliva y luego el barco se estremeció cuando algo lo golpeó desde abajo. Otto y Caspian se tambalearon hacia las barandillas, Caspian agarró al otro por los hombros mientras él mantenía su lanza.

"Serpientes marinas", susurró Otto. Recordó que Edmund lo mencionó hace unas semanas. Caspian miró por encima del hombro hacia el agua.

"¿Qué es eso?"

Otto se giró para ver algo que se movía en las aguas y desaparecía en las profundidades. "¡Debajo del bote!" Gritó un tripulante. Todos se giraron hacia el otro lado cuando algo salió del agua.

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