Eva
Oía el canto de las aves en la mañana y me parecía que era fenomenal. Aún no habían llegado ni los maestros ni los estudiantes al bloque, así que solo era yo.
Solo era yo y la soledad del salón de clases cuyo único sonido era el de el ruido de los abanicos que le faltaban un poco de aceite y el titiriteo de las lámparas que daban la sensación de que no estaba sola y habían cosas extrañas en el curso.
Pero como es mi costumbre que cuando estoy leyendo nada ni nadie me perturba, hice caso omiso y me concentre tanto en la lectura que olvide cualquier ruido perturbador.
Sin embargo, justo cuando estaba por llegar a la mejor parte del segundo libro de la saga de crepúsculo, el leve estruendo de un objeto sobre mi pupitre hizo que alzará los ojos y diera una mirada asesina para encontrarme con la imágen lenta de unos ¿ Labios frescos y rosados que succionaban un poco de leche achocolotada por un pitillo?
¿Qué rayos está pasando?
¿ Porqué estoy viendo esto como si fuera en cámara lenta?
- Leche achocolotada-dijo Jones con voz ronca e irresistiblemente sexy mientras alejaba el pitillo de sus labios- En recompensa por no haberte dado un regalo de cumpleaños. - agregó alzando sus hombros.
No sé porque no podía dejar de ver su boca, ni porque si quería dejar de verla seguía haciendo como si me sedujera.
- Deja de babiar- advirtió - Se que te gusto, salvaje. -Pero disimula un poco- manifestó con una sonrisa pervertida de lado.
Eso me hizo dejar de mirar su boca y ahora, el punto que me hipnotizaba eran sus penetrantes ojos grises cuyas pupilas estaban más dilatadas de lo normal.
- Ya te dije, que tú no me gustas.- indiqué.
Bueno, si me gustas pero no lo voy a admitir en frente de ti. De seguro vas a alardear si lo llegase a confirmar. Así que sufre con la intriga odioso.
-Ni siquiera eres mi tipo. - anuncié rodando los ojos y cruzando los brazos. - ¿Porqué leche achocolotada?- pregunté tomando el envase.
- Acabo de decirte hace un momento que era en recompensa por no haberte dado un regalo el día de tu cumpleaños-expresó inclinándose un poco a tal punto de estar cerca de mi oido - pero al parecer estabas tan concentrada viendo mis labios que lo olvidaste-susurró con voz ronca.
Sentí como la piel se me puso de gallina. No podía pronunciar palabra alguna y lo único que pasaba por mi cabeza, no eran las escenas que estaba tan plácidamente leyendo antes de que ese ñoño odioso e incrédulo viniera.
La voz de harvey hacía ecos en mi mente.
-¿Porqué estás tan seguro que me lo voy a tomar?- Cuestioné dando un trago en seco y mirando el tablero que tenía en frente.
- ¿Estás nerviosa, geline?
Su voz se oía tan provocativa mente que sentía que algo extraño le estaba pasando a mi cuerpo.
Me sentía rara pero me gustaba...
¿Qué me está pasando? ¿ Porqué siento que mi ritmo cardíaco está acelerado? ¿Porqué siento una humedad en mi parte íntima?
¿ Será que me llegó el periodo?.
-Debo ir al baño- dije levantándome en seco haciendo qué el se hiciera un lado- Es una emergencia.
-No irás a ningún lado.- afirmó con una mirada seductora - Geline- ordenó poniendo ambas manos sobre mis hombros obligandome a sentar de nuevo.
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El amor no acaba con la ruptura de tu primer amor.
RomanceTodos hemos tenido un amor que recordamos. Uno que en nuestras mejores épocas de la juventud, fue el objeto de nuestros más profundos sentimientos. Incluso si haberlo amado tanto, significo una bomba atómica para nuestro corazón. Cuando Evangeline...