×5×

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Otra mañana más en el pueblo en la mitad de la nada. Los pájaros piaban y los gallos cantaban. Las personas salían de sus casas para salir a por el desayuno a la panadería del pueblo donde el olor a bollería inundaba todo el lugar. El calor escapando de las bocas de los habitantes haciendo que las ventanas se empañen con el vapor era algo habitual para aquellas fechas.

Tord acababa de levantarse. Su mirada estaba fija en el techo, sin parpadeo alguno. No había podido dormir casi nada esa noche debido a una persona: Tom. Las acciones de la noche anterior aún seguían en su cabeza; el sabor de sus labios, el tacto de sus manos...

—¡Pero en que estas pensando bobo!— se dijo a si mismo mientras se llevaba sus manos a la cara y rodaba por la cama. Debía estar loco.

¿No se habían visto en casi un año y medio y esa era lo primero que le hacía? Aparte de gritarle después de que él mismo se hiciera daño. Su cabeza seguía hecha un lío. Sabía que le prometió que lo llamaría y que se mandarian mensajes, pero la situación en la armada era peor de lo que esperaba. Tuvo que ser fuerte para tomar la decisión de dejar todo contacto con Tom por su bien... Pero el tuvo que volver a su vida sin aviso ninguno.

—Ese imbécil...

—Jefe, vayamos a desayunar.

Frente a la puerta se encontraba Paul, apollado en el marco de esta. Tord fue sacado de sus pensamientos y se asustó; tanto que acabó por caerse de la cama.

—Deja de darme esos sustos o acabaré con un paro cardiaco.

—Si pudiste sobrevivir a una explosión podrás sobrevivir a mis sustos.

El de cuernos se levantó y le dió un puñetazo en el hombro a su subordinado.

—¡Ay! Eres pura maldad, menos cuando estas con el otro. Con el eres más cariñoso—dijo Paul con tono triste actuado.

—Callate o el próximo va a la cara y te rompo la nariz.

—Si, jefe—respondió mientras se ponía derecho y llevaba su mano a la frente como modo de saludo.

—Iros vistiendo y vayamos a desayunar. Me esta entrando hambre.

Paul no respondió y salió corriendo de la habitación. Los tres chicos se vistieron y salieron del apartamento a por el todoterreno.

—Un momento chicos— les frenó Tord.— Olvide una cosa. Id yendo al coche y ahora os alcanzo.

Ambos chicos obedecieron y dejaron a su jefe a solas. Tord miró a todas las direcciones. Pista libre. Bajó las escaleras de la casa con mucha cautela hacía la cocina-comedor conjunta para asegurarse de que aún no se habían levantado los otros chicos, siendo así respondida sus dudas al no ver a nadie. De repente, noto algo siendo apoyado contra la parte trasera de su cabeza.

—¿Y tu te haces llamar jefe de la Armada?

Esa voz...
Tord se giró bruscamente para encontrarse con el de sudadera azul, imitando una pistola con sus manos como si fuera a dispararle. Tan brusco fue su movimiento que acabó cayendo escalera abajo.

—Igual de torpe que siempre— se rio Tom por lo bajo.

—PERO ESTAS LOCO. CASI ME DAS UN PARO CARDIACO TU TAMBIÉN— gritó el de cuernos al recobrar el sentido.— Ya tengo suficiente con Paul.

—Perdone su general, no era mi intención asustarle.

—Lo que sea. Me voy.

Tord se levantó y empezó a subir las escaleras pasando por al lado del otro, pero notó que alguien tiraba de su muñeca.

—¿Adonde vas?— preguntó Tom, frunciendo el ceño.

—No es de tu incumbencia.

—Si que lo es... —hizo una breve pausa.— Recuerda que nosotros aún... seguimos juntos.

Tord no tenía palabras. ¿A que venía eso? ¿Pero que estaba diciendo en una situación como aquella? Aún pensando que era absurdo, no pudo contener sus latidos y su sonrojo.
Sin siquiera mirarlo, el de cuernos se zafó del agarre del otro y siguió hacia delante, sin dirigir palabra alguna. Cuando salió de la casa, notó como sus piernas flaquearon y acabó por caerse al suelo. Quería llorar, pero las lágrimas no salían.

El pitido de un coche le saco de sus pensamientos y alzó la vista.

—¿Estas listo jefe?

Tord se limpió la cara y subió al todoterreno.

—¿Donde quiere ir a pillar la comida?— preguntó Patrick mientras ponía el GPS en marcha.

—Donde vosotros queráis chicos. Solo quiero un buen vaso de vodka.

—Jefe, vamos a desayunar no ha emborracharnos. Eso es para la noche.

—Da lo mismo; por la mañana, por la tarde, por la noche... Uno acabará borracho igualmente.

Sus subordinados no dijeron nada y conducieron hasta una pastelería no muy lejos del pueblo donde se estaban quedando. Los croissants recién horneados estaban deliciosos junto al café caliente que les llenaba de energía.
Tord, a pesar de aún estar pensando en lo que Tom dijo, disfrutaba con sus subordinados.

Aaayooo volví con otro cap. Letsgoooo!!
Tuve un pequeño bloqueo con la historia ya que no sabía cómo seguirla; todo lo que escribía me sonaba mal o como que no encajaba así que lo deje reapartado... Lo siento ;-;
Perooo ya conseguir salir y estoy volviendo a escribir el draft para que me sea más fácil seguir y no parar.
También tuve problemas con wattpad y esq soy bien boba y pues como q se me olvido la contraseña :') así que no sabía cómo recuperarla hasta que una amiga mía me ayudó... Gracias personita, agradecida con usted.
Dicho esto, espero que hayan disfrutado juju y hayan tenido un buen verano♡

「Nos vemos de nuevo」 -   Tomtord - 2° temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora