Una de las leyendas de Guatemala que más miedo genera.
Este travieso ser mitológico suele encontrarse con más frecuencia en las zonas agrícolas. Siempre en busca de la mejor manera para molestar a las personas y así puedan adueñarse de su alma o para que dejen de habitar la casa.
Es escalofriante ver al duende, pero causa más escalofrío escuchar sus pequeños pasos; los duendes caminan con los pies hacía atrás
Los duendes se la pasan molestando a las personas, tomando las cosas y las esconden o cambian de lugar.
También anda detrás de los niños y de las jovencitas que buscan adueñarse de sus almas y los atormentan con crueles juegos.
A los niños se los llevan lejos y tratan de perderlos, para que nadie pueda encontrarlos.
Luego de jugar con ellos por un momento le atrapan su alma.Juegan con el pelo de los caballos también, haciéndoles trenzas al igual que El Sombrerón.
Dicen que estos chiquitines eran angelitos, pero fueron desterrados porque mantenían la codicia y la envidia viva en ellos, por ello fueron sacudidos del reino de los cielos.
Para hacer que el duende deje de molestar hay que hacer esto: darles instrumentos, como una guitarra o un tambor para que ellos se entretengan en hacer música y no en molestar a las personas.
Una historia escalofriante que cuenta una vecina mía
Un día, ella y su papá regresaban luego de su trabajo en el campo, su tía se encontraba asustada y apenada hablando con su mamá. Entonces se enteraron que su hijo, el primo de mi vecina se había perdido.
Eran eso de las 6 de la tarde y no sabían nada de él, hasta que se dieron cuenta de unas pequeñas huellas sobre la tierra, se percataron que una fila de huella iba hacía un lado y las otras parecían de un niño que iban de lado contrario.
Asustados pensaron que eran huellas de duende, iniciaron a buscar más, hasta que llegaron al final del campo y vieron un árbol gigante donde estaba el niño jugando muy alegre.
Rápidamente le dijeron que se bajara del árbol y fuera a casa, sin tantas explicaciones se fueron para su hogar llenos de miedo y agonía.
Ella dice que cuando llegaron a casa le pidieron a su primo que dijera lo que había ocurrido, por qué estaba allí jugando sin permiso, si a él lo habían mandado a trabajar.
Él dijo: "cuando estaba trabajando llegaron los pequeños niños y me decían que me fuera a jugar con ellos, les dije que no muchas veces, pero al final me convencieron"
Él nunca se imaginó que eran duendes, creyó que solo eran niños pequeños que querían jugar con él.
Relata que su apariencia no es como nos la describen siempre, que eran solo uno niños chiquitines sin tanto arreglo, pero eso sí; sus botas puntiagudas si eran como siempre imaginamos.
Estos pequeños hacen que el andar por el campo sea más escalofriante y también nos ponen en qué pensar cuando vemos que las cosas en nuestras casas desaparecen de la nada,
¿no es verdad?
¿Tú también lo piensas?
Continuara: 👻👻👻👻👻👻