Oscuridad ~ Hoffman #4

CAPITULO 2

Jasmine

El ruido seco de la palma abierta de mi padre, sobre mi mejilla es lo que se escucha mientras los demás dentro del salón dónde estamos nos ven, suspiro aguantando las lágrimas, porque no puedo llorar y lo vuelvo a ver, sus ojos azules iguales a los míos mientras un hilo de sangre baja por mi nariz

—¡¿Cuántas veces tengo que repetirte las mierdas?! — grita, pero me mantengo impasible, mientras me grita todo lo que hago mal aún cuando sea la única que lo hace, en sus ojos la decepción diaria, a la cuál debería estar acostumbrada

Pero no es así

Porque sus ojos siempre son iguales de fríos cuando se trata de mirarme, solo un pozo profundo que me recrimina que seguramente estoy haciendo algo mal

—Hice lo que pediste y el resultado esta ahí... — murmuró pero rápidamente soy callada con otra bofetada, está menos fuerte que la anterior pero que arde igual, aún así me mantengo impasible

Espera que llore pero no lo hago, así que gruñe, y sigue regañandome

—No me refutes te lo he dicho muchas veces — grita exasperado, no digo nada aún cuando muchas veces me pega por la razón contraria, porque espera que hable y no lo hago, tal vez debería saber cuándo sería el momento indicado pero jamás lo es — Jasmine Cohen, ya me cansé de repetirlo y que sigas siendo así — me señala completa, y rueda los ojos — ve a prepararte tenemos una reunión, no la cagues está vez

En silencio me dirijo al baño, y suspiro cuando estoy a solas, escucho las voces y murmullos de los que están cerca aquí y que hablan acerca de como debería hacer para que las cosas por fin las entienda y deje de estorbar, suspiro mientras hecho algo de agua en mi cara y limpio el hilo de sangre

Aún cuando sigue bajando, maldigo pero no lo limpio, solo trato que la hinchazón en mi cara baje, al igual que el trago amargo que me genera que sea un estorbo para mi padre, el dolor más grande que siento no es el de los golpes físicos, al fin al cabo desde que tenía 3 años estoy acostumbrada a recibirlo

Es ver su rostro lleno de decepción por más que me esfuerzo en ser lo que el siempre ha querido, me desgasto a diario en el gimnasio, los entrenamientos inhumanos que me han convertido en una máquina que solo le causa decepción a su padre

19 años de decepciones, no lloro por más que quiero hacerlo, y veo el reflejo cansado del espejo que muestra a la chica de 19 años que no es más que nervios e inseguridades

—La mayor decepción de papá — gruño ante la voz de la maldita que sale del cubículo

—La puta de la mafia — contesto su saludo, me ve con rabia pero me da igual, su piel morena brillando por alguna crema y sus curvas no tan exageradas pero por la que todos matarían

Excepto su señor, sonrió y me doy la vuelta para ignorarla ahora lo que menos quiero es oír sus palabras llenas de veneno, disfrazado de bondad

—Jasmine — llama cuando ya estoy por abrir la puerta — tus palabras a mi no me ofenden, soy todo lo que mi señor quiere que sea, y yo que tu dejaría de usar eso a tu favor cada que nos encontremos, ya que por más que te esfuerces al final terminarás como yo, siendo lo que mi padre quiera, te reducirás a ser una puta

La ignoro mientras salgo, apretando los puños recordando la vez que mi padre me contó como asesino a mi madre cuando el doctor le entrego la pequeña hija que había tenido, ya que no era lo que el esperaba, y que esperaba que le diera más malditas gracias cada que repiraba porque confiaba en que podía serle útil

Pero jamás sera así, porque en mi vagina está todo el maldito problema de toda mi vida, "La mayor decepción de papá"

* * *

El silencio baña el lugar, pero no puedo bajar del auto porque Cohen no ha bajado y debo esperar junto con el, sus guardias se retiran en silencio y espero algún otra bofetada o algún otro golpe pero solo me mira indiferente, observando de más el moretón de su anillo sobre mi rostro y la sangre que sigue saliendo de mi nariz

Aún cuando no es escandalosa, es lo suficiente para que haga una mueca

—Sabes que te lo mereces mi niña — expresa, y suspiro, son pocas las veces que me llama así, y todas siempre involucran una reprimenda o una post reprimenda — así que seré claro ahora, porque depende mucho de ti lo que va a pasar

—¿Que sucede papá? — el suspira acomodando su cabello hacia atrás, y dejándome apreciar sus ojos vacíos cada que habla conmigo

—Entraras en la jaula — anuncia, trago en seco asintiendo — y quiero maldita que tengas maldita presicion porque si sales así sea con un corte o un pequeño moretón recibirás las consecuencias...

—No... Prometiste que jamás me harías algo como eso — suspiro, agitada

—Pero tu actitud no mejora y solo vas de mal a Peor, Jasmine necesito que pongas de tu parte, así que ahí está la advertencia que se convertirá en realidad si no haces las cosas como te digo — trago en seco y ahora sí mis ojos se llenan de lagrimas

La ansiedad empieza a goleparme el pecho, mientras bajamos del auto y aprovecho para atar mi cabello, y suspirar, camino colocandome los guantes y avanzando, de reojo veo como papá sube a su reservado, desde donde tiene la vista perfecta de mi en la jaula, a la cual entro, recito un mantra en silencio

El timbre suena anunciando la pelea que recién empieza y me concentro en evadir los golpes, más que todo eso, generando oportunidades para poder dar los golpes precisos, son 5, todos contra mi porque papá desea que pierda, desea que alguno de ellos me de algún golpe así sea ligero

Estoy por terminar, y solo me queda uno por derribar, he permanecido intacta y quiero cantar victoria, mientras el hombre se viene contra mi con todo lo que tiene, ignoro los comentarios de los demás, la sangre sobre mi cuerpo, y me concentro en terminar esto

No quiero que papá cumpla su advertencia, atacó con todo lo que tengo, aún cuando mis músculos están cansados y necesito alguna ducha relajante después de esto, pero dudo mucho que la consiga, ya que actúa en mi contra, y me lleva contra el metal que da pequeños corrientazos, sollozo, y peleó, enterrando le el cuchillo dentro del ojo

Se echa hacia atrás y aprovecho para tirarme sobre el, sacándole el cuchillo para hacer lo mismo con su otro ojo y terminar cortando su cuello, la rabia que siento es proporcional a todo el tamaño de mi cuerpo, levanto la vista encontrándome con unos ojos avellanas, que todos aquí conocen, me quedo un rato observandolo, pero rápidamente busco la de mi padre

Todos aquí se mantienen en silencio, pocas personas, mujeres como yo logran lo que acabo de lograr, los cadáveres en el suelo una muestra clara de como me han entrenado, y me ven con orgullo que se pierde cuando encuentro los ojos de mi padre y entonces todo es triste, vacío, gris

Gris como la tormenta que se desatará cuando lleguemos a casa, porque lo siento en mi espalda y la sangre que corre lentamente por ella