•❅──────✧✦✧──────❅• CAPÍTULO VEINTITRÉS EL COMIENZO DEL FINAL •❅──────✧✦✧──────❅•
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LEONARDO ESTABA RECOSTADO sobre su cama mientras fumaba. Después de que Potter y sus amigos huyeran de la mansión el señor tenebroso no estaba muy contento con ellos. También había pasado el robo del banco, en la bóveda Lestrange.
Leonardo no tenía cabeza para pensar en nada, quería que todo terminara y poder estar en paz. Pero parecía que sus plegarias no eran escuchadas, pues Draco Malfoy entro por la puerta de su habitación cerrandola con magia.
Leonardo no le prestó tanta atención como Draco hubiera querido. El hombre estaba acostado mientras miraba el techo de su habitacion. Draco se sentó a sus pies y espero que el lo mirará.
—¿Qué nos pasó?—Leonardo lo miro ante su pregunta y suspiró.
—No tengo idea.
Draco se quitó sus zapatos mientras iba y se acostaba junto a el manteniendo su distancia.
—¿Qué está mal?
—Todo, nunca debí enamorarme de un niño. Eso está mal para empezar.—contesto Leo haciendo que Draco sintiera un dolor en el pecho.
—¿Te arrepientes?
—No, nunca.
—Quiero volver a lo que éramos.—dijo mientras tomaba su mano con temor a ser rechazado.
Leonardo vio sus intenciones y entrelazó sus dedos con los de el. Draco apretó el agarré y quiso estar así por mucho tiempo.
—Nos alejamos Leo.—declaro.
—Lo se, estaremos bien después de que todo terminé. Seremos felices Draco, lo prometo.—se giro a mirarlo a los ojos.
Draco asintio de inmediato.
—Te creo...
—Tengo algo para ti.—se sentó en su cama mientras se quitaba su collar de oro blanco.
Draco lo miro atentó mientras esté sacaba unos sobres de su buró y se los tendía a Draco.
—No se si lo sabes, pero tengo una hermana melliza.—dijo mirándolo.—Si algo me llega a...
—No te va a pasar nada Leo.
—Uno nunca sabe, solo quiero que le des el collar a mi hermana junto a la carta que está ahí, hay una para Rabastan también. Y una para ti.—explico.
Draco sintió sus ojos llorar ante eso, el solo pensamiento de perder a Leonardo lo hizo sentir terror.
—Y esto es para ti.—se quitó su anillo el cual era de un dragón, el cual tenía grabado las iniciales de Leonardo.
Draco tendió su mano y el hombre se lo coloco. Draco se inclino a besarlo pero fue detenido por el dolor de la marca de Leonardo, su pecho ardió como nunca y perdió el equilibrio.
—¡Leo!
—Mierda...—murmuro.
En ese momento llegó un Patronus que conocía, era el de Rabastan.
—"Leo, han visto a Harry Potter en Hogwarts. El señor tenebroso dice que ya es hora. La guerra va a comenzar"
Con eso dicho el animal desapareció en el aire y el alma de Leonardo también, miro a Draco quién estaba asustado.
—Tenemos que ir.—dijo con urgencia Draco.
—No, te quedas.—le ordenó.
—¡Ni si quiera lo pienses!
—Lo siento mucho Draco.—dijo antes de encerarlo en la habitación con magia, Draco intentó abrir con maleficios que no funcionaron.—Te quiero, de acuerdo. No lo olvides.—fue lo último que Leonardo le dijo a Draco atraves de la puerta antes de desaparecer.
—¡Espera!
La magia de Leonardo era demasiado fuerte, pero el también lo era. No por nada era un Malfoy, así que intentando su último recurso, Draco derrumbó la puerta de la habitación suspirando.
Corrió a la sala para ver la casa completamente vacía, Leonardo ya se había ido y Draco no dudo en desparecer de la mansión para ir a Hogsmeade.
La guerra estaba por comenzar y necesitaba estar al lado de Leonardo.
