Cuando salí de mi habitación esa mañana, Namjoon estaba mirándose al espejo, vestía un ajustado traje gris, encima de una camisa negra, zapatos perfectamente boleados y limpios, su cabello peinado hacia atrás, era una pulgada más alto que yo, sencillamente y sin esfuerzo mantenía la imagen perfecta de un adulto aunque sólo era dos años mayor; pero después de todo era el futuro alfa y líder de la familia Kim. Mis padres lo adoraban aunque no lo demostraban muy seguido, estaban orgullosos de él.
—¿Iras a casa de los Jung?
—Claro, le prometí a Jimin que le llevaría bollos de fresa.
—Esta bien, si ves a mi prometido, recuérdale que tenemos una cita para cenar esta noche en el Hotel Emporio, dile que no llegue tarde porque odio esperar. La semana pasada se dio el lujo de hacerme esperar el ingrato media hora.
—No —dije clara y llanamente, Namjoon me miro como si hubiera perdido la cabeza. En su mente de alfa, no se imaginaria que yo, un simple beta lo desafiara de esa forma—, sabes que detesto todo lo que tiene que ver con él, es jodidamente insoportable, tiene el ego alzado y se cree la joya de la corona.
Namjoon sonrió para si mismo. —Ya veras cuando sea mi esposo, le quitare esas actitudes de diva en menos de una semana.
Eso era lo que esperaba. Aunque me parecía que Namjoon era el que tendría más problemas tratando de domar a Jung Hoseok. Lo conocía desde la infancia, nuestras familias eran muy cercanas porque tradicionalmente emparentaban generación tras generación para mantener la sangre de alfa y omega pura, y eso no parecía que cambiaria en los años venideros. Tal vez por eso Jimin era despreciado por los Jung, pues a pesar de ser hijo del jefe de la familia, era a lo que llamaban bastardo. Hijo del amante del alfa, ni siquiera fue reconocido, sólo llevando el apellido de la madre. Volviendo a Hoseok, me mantuve visitando a Jimin por años desde que lo conocí en la fiesta de presentación de los primogénitos de nuestras familias, donde se formalizo que Namjoon y Hoseok se casarían cuando ambos fueran mayores de edad, en tres meses, Jung cumpliría los dieciocho años; Ahí pude notar que el prometido de mi hermano, era un dolor en el culo.
—No me imagino como lo harás, pero si puedes darle unos azotes te lo agradecería mucho, él y su madre siempre le están haciendo la vida imposible a Jimin. Lo tratan como no más que un sirviente. He sido testigo de eso por años y no sabes como me duele que no pueda hacer nada por él, sólo me reconforta que cuando te cases con Jung lo alejaras de él. Lo único malo es tener a esa cosita insoportable viviendo aquí como el amo y señor. Tienes que domarlo rápido.
Namjoon sonrió de acuerdo conmigo y paso su mano por mi cabello para despeinarme.
—Vamos te llevare a la escuela y espero que me hagas el favor que te pedí, entonces sólo tienes que decirme que regalo quieres para tu cumpleaños.
—Una motocicleta.
—Tu cumpleaños es en tres días, dime algo más real.
—Una motocicleta, tu puedes conseguir eso y más.
—Mamá me matara si compro algo como eso para ti, ella cree que esos aparatos son del diablo, cómo les llama ella.
—Potenciales asesinos —dije rodando los ojos y Namjoon asintió pasando su brazo por mi espalda—, vamos que se hace tarde, tengo una junta en la oficina hoy.
Como le había prometido a Jimin, compre bollos de fresa después de la escuela y me apresure a la casa de los Jung, toque a la puerta y me recibió la ama de llaves, la mujer aun era joven y muy bella, sonrió mientras realizaba una reverencia.
—Amo Kim. Ha venido a ver al joven Jimin, me temo que esta algo ocupado, el amo Hoseok le pidió que limpiara su habitación.
—Alguien en esta casa debería decirle a Jung Hoseok, que puede limpiar su habitación el solo— suspire molesto—, lo esperare en la sala.
La ama de llaves me hizo entrar y cuando me deje caer en uno de los sillones, la mujer se retiro a seguir con sus deberes, empecé a revisar mi teléfono celular. Jung Hoseok entró minutos después, detrás de él lo seguía su chofer cargando su mochila. Me miró, barriéndome de arriba a abajo e ignorándome por completo. Camino hacia las escaleras que subían al segundo piso cuando tuve que detenerlo.
—Mi hermano dice que no vayas a olvidar la cita de hoy.
Se detuvo a la mitad del camino y volvió su mirada hacia mi, Claramente me despreciaba, pero el sentimiento era reciprocó.
—Tu hermano puede decírmelo el mismo, ¿acaso no tiene un teléfono? —parecía bastante indignado, por alguna extraña razón verlo irritado me parecía bastante agradable.
—Tal vez es porque su nivel de tolerancia hacia ti, es menor que la mía —le guiñe el ojo con complicidad, pareció a un más irritado—. No sé, no has pensado que si fueras más amables con las personas a tu alrededor, Namjoon te apreciaría más.
—No necesito que el me aprecie. Soy un omega de clase alta, mis feromonas son de las más fuertes, yo jamás daría a luz a un beta— me miro aun con mas desprecio, me prometí a mi mismo hace años, no molestarme con él por eso, ya estaba acostumbrando a sus desaires por mi condición de beta, que su comentario se me resbalaba como el agua—, por mi, él puede besarme el culo.
—Oh si lo hará, y lo disfrutaras mucho.
El color rojo apareció en su cara, me sorprendió que alguien tan irritante como él, pudiera verse un poco tierno, si bien su físico era bastante atractivo, su personalidad era un difícil. Antes de darme cuenta Jimin bajaba corriendo las escaleras.
—Taehyung, has venido.
Sonreí a mi dulce Jimin —Traje los bollos que te prometí.
Hoseok se dio la vuelta, mientras pasaba a lado de un emocionado Jimin, lo empujo con su cuerpo.
—Fíjate por donde caminas bastardo— dijo con repulsión. Jimin dejo de sonreír mientras asentía.
—Si amo Hoseok.
Después de que Jung se hubiera retirado Jimin volvió a verme y volvió a sonreír.
—Traje los bollos que te gustan.
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Básicos
FanfictionUn romance que nace del desprecio de ambos personajes por el otro, podrá funcionar un matrimonio sin amor. Sobre todo cuando uno de ellos sólo quiere castigar al otro.