Hoseok y yo habíamos tenido bastantes desacuerdos y peleas, pero ningún como esta vez. Ambos nos encontrábamos aplicando la ley del hielo, ni él quería hablar, ni yo tenía ganas de decir algo. Convivíamos mejor si cada quien hacia sus cosas como si el otro no existiera, al menos era más pacífico; el problema era que, se sentía mucho mejor pelear que ignorarnos el uno al otro, o al menos así era para mí, no me gustaba que hiciera como si no estuviera, el otro problema fue que tampoco quería ser el primero en ceder.
Hoseok no fue a trabajar los siguientes días, había renunciado y no tenía planeado volver como había dicho. Hubo un momento en el que vacilé acerca de todo esto, me pregunte si realmente valía la pena vivir en esta miseria sólo para castigarlo, al final no ganaría nada, estaba claro que Hoseok era demasiado orgulloso para arrodillarse y humillarse o disculparse por ser una mierdecilla de persona, pero sobre todo se negaba a derramar una maldita lágrima.
Incluso cuando lo había lastimado con mis palabras: sólo hubo un pequeño rastro de dolor en sus ojos que desapareció inmediatamente. No volvió a dormir en el sofá después de la primera noche, pero aún durmiendo juntos, lo sentía cada vez más lejos. No es que alguna vez hubiéramos estado cerca pero el espacio que dejábamos entre la cama se alargó aún más.
Está mañana lo sentí levantarse antes que yo, mientras él creia que estaba dormido, se cambió y arreglo en la habitación, coloco su collar anti mordida y salió con un bolso colgado en la espalda. Sabía perfectamente a dónde iba, hoy sería el cumpleaños veintiseis de Namjoon, sabía que Hoseok visitaría su tumba porque lo había escuchado hablando por teléfono para conseguir un pasaje a Seo-ju más tarde yo también compré un boleto. Cuando salí de la habitación no había rastro de Hoseok, me dirigí a la estación y antes de llegar compré una botella de vino y flores.
Cuando llegue al templo familiar, observé a Hoseok desde la lejanía, solo estaba sentado ahí bebiendo de unas latas de cerveza, algo poco común en él, quise acercarme pero antes de que me diera cuenta Hoseok había pateado la tumba de mi hermano. La ira llenó mi cuerpo, apretando los puños me dirigí hasta donde estaba de forma apresurada mientras Hoseok seguía pateando la tumba y rompiendo las flores que adornaban su lugar.
Al llegar a su lado me paralice, él estaba llorando, por primera vez, él estaba llorando delante de mi. Hasta que me miró, se limpio las lágrimas y puso una expresión sería. Mi cuerpo se movió solo y lo jale para abrazarlo, pase mi mano por su espalda para acariciarlo, su respiración era irregular, intento apartarme al principio pero luego termino rindiendose ocultando su rostro en mi pecho. Nunca lo había visto tan vulnerable, se sentía demasiado fragil entre mis brazos.
—Lo odio —dijo una vez que su respiración se tranquilizó—, lo odio tanto.
—Lo sé, lo sé —segui acariciando su espalda, sabiendo una realidad que aún me negaba a aceptar, los "odio" de Hoseok en realidad querían decir que lo amaba. Hoseok estaba enamorado de mi hermano y no sabía que pensar al respecto. Seguí acariciando su espalda por un rato más, hasta que finalmente se aparto.
Volvió a mirar la tumba de Namjoon y pareció arrepentirse, las palabras que dijo después me lo confirmaron.
—Soy un idiota, perdóname Namjoon.
Se agachó a recojer la basura y las flores que había destruido. Yo sólo lo mire por un buen rato, deje la botella en la tumba y las flores dentro de un florero que se salvó de la furia reciente de Hoseok.
—¿Desde cuándo estabas enamorado de Namjoon? —pregunte con curiosidad.
Hoseok no hizo ningún esfuerzo por ocultarlo.
—No lo sé, pero cuando entre a la escuela superior creo que ya estaba enamorado de él. Todos me envidiaban porque Namjoon era un hombre muy guapo, me percate que me gustaba cuando no pude negar que era atractivo ante nadie. Pero no es solo físico, hubo muchos alfas atractivos a mi alrededor, tú lo has dicho, les gustará o no, ellos estaban detrás de mi o de mi culo como gustes llamarle —dijo irónicamente—, pero Namjoon me quería, conocía todos mis defectos y solía decir que era un dolor de muelas, entonces yo me enojaba, pero luego él tomaba mi mano y la besaba como si yo fuera algo precioso para él.
Hoseok sonrió con melancolía seguramente recordando aquellos días que pasó a lado de Namjoon.
—Mi hermano era un buen tipo después de todo.
—Asi es, tal vez fuera un amor forzado, porque de todos modos sabía que no podíamos amar a nadie más, pero fueron muchos años haciéndonos compañía el uno al otro. Era la persona más cercana a mi, incluso más que mis propios padres que solo me veían como un trofeo. Él fue el primero que me mostró un poquito de amor.
—Já, y el desgraciado nunca me hizo saber que te quería, no de esa forma, incluso bromeábamos sobre como te daría unas nalgadas cuando te portaras mal —me cruce de brazos indignado porque mi hermano no confiaba en mí para decirme que en realidad si le gustaba su prometido. Luego recordé que yo no solía tenerle mucho aprecio y me lamente porque tal vez por esa razón mi hermano no fue sincero conmigo.
—¿Eso hacian? —pregunto cruzándose de brazos también—, sinceramente dudo mucho que fuera capaz de levantarme la mano, él era un gran tipo.
—Recuerdas la ves que te di una nalgada, eso fue porque pense que así podría al menos satisfacer a mi hermano, hacerle saber que alguien te iba a poner en tu lugar —Hoseok estaba rojo, no sabía si era un sonrojo o estaba enojado, a mi parecer podrían ser ambos—, pero no me gustó hacerlo, se sintió tan incorrecto, sucio e inadecuado.
—Bueno, me alegro que no lo volvieras a hacer, no fue nada gracioso y fue muy incómodo para mí —dijo y volvió a mirar la tumba de Namjoon—, lo extraño demasiado y cuando murió, no supe que hacer o que decir, estaba muy enojado porque se había ido y me había dejado solo, se que era un enojo bastante irracional pero...
—Es difícil aceptar que sea ido, las cosas sería muy diferentes si estuviera aquí.
—No estaríamos estancados en un matrimonio sin amor, Jimin y tú probablemente estarían juntos y yo estaría con Namjoon. Ahora que lo pienso de verdad lo odio, él lo arruinó todo.
—Asi es —suspire cansado—, ya es tarde, es hora de volver a casa.
Hoseok asintio y se dió la vuelta primero, se alejo rápidamente y no volvió a mirar atrás. Mire la tumba de Namjoon y me disculpé por robar a su prometido y no tratarlo bien.
Regresamos a casa en la vieja camioneta, Hoseok parecía nostálgico, pero al mismo tiempo tenía una expresión más relajada, como si se hubiera quitado una pesada carga de encima.
Por cierto —comento aún viendo por la ventana—, he encontrado un nuevo trabajo, un amigo me lo ofreció y decidí que es mejor que estar de mayordomo.
—¿De qué se trata? —pregunte—, mientras no sea nada peligroso está bien, no tienes que trabajar con Jimin, creo que ya aprendiste que debemos valorar a todos, ya sean patrones o simples empleados. Aunque me gustaría ver qué le pidieras una disculpa a Jimin.
—No empieces Taehyung, estábamos hablando tan bien, ¿Por qué siempre tienes que traer a Jimin a colación? —rodó los ojos con molestia—, y si tal vez me pase con Jimin, pero no quiero disculparme, déjame ser egoísta en eso y por lo del trabajo no es nada peligroso, sere aprendíz de manager de Oh Sehun, se que me falta experiencia pero creo que puedo aprender algo y en la escuela de negocios conseguí varios contactos con los que puedo mejorar su agenda de trabajo.
—Esta bien, a ambas cosas.
Dije, quería hacer las paces con Hoseok, así que trate de molestarlo lo menos posible, no quería volver a una situación como los días atrás, dónde ni siquiera me miraba o dirigía el saludo, dónde era ignorado. Esa semana fue la más frustrante de todas desde que inicio mi matrimonio.
ESTÁS LEYENDO
Básicos
FanfictionUn romance que nace del desprecio de ambos personajes por el otro, podrá funcionar un matrimonio sin amor. Sobre todo cuando uno de ellos sólo quiere castigar al otro.