Capítulo 3

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Vals de época.

4 años atrás. (18 años de edad)

Lo único que tienen en común Alan, Fetto y Porco es el apellido, porque de ahí mantienen personalidades totalmente diferentes, las que mas se asimilan son las de Alan y Fetto que son mas abiertos, tanto que al mismo tiempos son demasiado cerrados, no de mente si no de alma, ellos son indescifrables, descubrir lo que pasa por su mente es de las cosas mas difíciles que puede haber, mientras que Porco es predecible e impulsivo.

Los he visto a todos como lideres, en la faceta en la que mantienen el poder en sus manos, como lo consumen y así como con las medicinas he presenciado cuales son los efectos secundarios que sufren.

Alan a simple vista se ve demostrativo, afectuoso y el tipo de persona que cumple con todos los caprichos que le pidas, pero tanta bondad o como se llame tiene su precio. Es reservado a su modo, con sus negocios y relaciones. Alan toda mi vida ha sido un enigma para mi, descubrir lo que se trae entre manos o de que lado está es complicado, nunca dice a donde va o porque se pierde por tanto tiempo, y aunque yo haya estado lejos, desde que tengo vida se que concurre frecuentemente a lugares misterios y viene cuando quiere sin dar explicaciones a nadie con nuevas propuestas para Porco, a pesar de que mi padre sea el General no tiene derecho a preguntar, ademas su avaricia lo manda a callar y solo recibir el botín que le ofrecen en bandeja.

En Fetto me he podido percatar que siempre ha mantenido una linea con la familia, aunque convivamos puedo decir que jamas lo he visto verdaderamente involucrado, y no espero que todos sean la copia de los otros, pero Fetto tiene algo diferente a nosotros. Los lideres como Fetto se reducen a casi nada, ya que a el realmente le importa todo lo que tenga que ver con su clan y su comunidad, no hasta el punto de que ellos se aprovechen de él, si no que es como una balanza, por eso antes que nada le tienen respeto. En cierta parte me recuerda a la forma de ser un líder como el tipo de Alan, pero lo cierto es que se distinguen en muchos aspectos.

Alan jamas se rebajaría, dicho de por boca, a dar apretones de mano o ir a cenar una tarde con la comunidad, tampoco lo he visto dar la mano sin torcerla, no obstante a Fetto lo he visto hacer cada una de esas cosa y por eso me siento con la responsabilidad de hacer lo mismo con mi comunidad, a la que trato de bajar a menudo para compartir, tal como el me enseño cuando era pequeña y juntos bajábamos de vez en cuando a saludar. En un principio cuando era niña me gustaba ir por la adoración que me daban, sin embargo me termino gustando mas la calidez con la que me recibían y no sentía que lo hacían por ser la hija de mi padre, si no porque son buenas personas y sé que es difícil poder decir algo así, pero es como lo siento.

Finalmente Porco, quien esta hecho a base de ego y codicia, por lo cual no tengo nada mas que decir. Su avaricia es más grande que su cerebro y eso lo nubla de tener un buen juicio. Alan le enseño, pero él aún no comprende y si fuera él no tomaría las palabras de Fetto a la ligera.

Un día se estrellará.

En fin, para Alan la familia lo es todo y por ello nos hace convivir a menudo, aunque con el cambio de General, Porco ha disminuido las visitas a menudo y nos ha hecho apegarnos a ella, la que solo permite visitas anuales y cuando sean estrictamente necesarias, eso a menos de las fechas de celebraciones, a las cuales se les hace excepción, pero de ahí están prohibidas hacerse.

Aleja a todo aquel que cree que quiere robarle su fortuna.

Hoy cumplía la mayoría de edad y me habían subido de rango en el ejercito.

Por fin para lo que tanto me había esforzado por conseguir estaba sucediendo, lo malo fue que solo pude disfrutar apenas y unas horas con mi cargo, ya que fui convocada por algún miembro de mi familia para que me trasladaran de vuelta a Italia.

Dominando al Diablo © +18 | Libro #2 | Genes PerversosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora