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Yoo Jimin se encontraba sentada en las escaleras fuera de la secundaria, por alguna razón no había querido entrar todavía y Kim Minjeong no podía estar más agradecida por eso.
Debido a que ella entraba una hora más tarde ese día, Minjeong llegó caminando con su cabeza baja esperando no encontrarse a nadie, pero un suspiro seguido de un bostezo logró detenerla y hacerla levantar la mirada.
Por eso ahora se encontraba parada al costado de aquellas pequeñas escaleras, siendo cubierta por la pared de estas mientras observaba a la castaña mirar el cielo sin percatarse de que hacía diez minutos tenía que haber entrado a clases.
Minjeong sonrió y cubrió aquella tierna sonrisa con su mano al ver a Jimin colocar una mano encima de su frente para que el Sol no la molestara mientras un tierno puchero se colaba por sus labios... Y la menor creyó que no había algo más hermoso que estar admirando a aquella chica.
ㅡ¿Qué estás haciendo? ㅡMinjeong chilló de sorpresa al escuchar la voz de su mejor amiga detrás de ellaㅡ. ¿También llegas tarde?
La mayor de las dos negó apenada, y al caer en la situación que se encontraba se volteó rápidamente para observar a la castaña.
Llevó sus manos a su rostro al notar que la mayor las había notado y ahora se encontraba mirando a Minjeong con una leve sorpresa, pero con esa curiosidade que siempre había tenido sobre ella.
Y Jimin se preguntó cuánto tiempo llevaba aquella chica detrás de aquella pared, y no pudo evitar reprimir una sonrisa antes esos pensamientos.
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