Una familia muy peculiar.

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Una vez salíamos del aeropuerto, pude ver mas familias ir con otros furros, algunos parecían agusto y otros un tanto nerviosos, claro uno se esperaría que no le tocara con una especie de familia desquiciada o algo similar que tuviera unas intenciones un tanto... ya saben, oscuras y de verdad esperaba que esta no fuera la situación con la familia Baldwin, que aun siendo una pareja de no más de 70 años, no sabía en sí que era lo que podía suceder.

Caminábamos en el estacionamiento hasta llegar a una camioneta, pero la camioneta literalmente parecía de aquellas que se ven en las películas de apocalipsis zombie: Grande, con un chingo de luces, ruedas grandes y demás cosas y lo primero que pasó por mi mente fue: catastrofistas.

- Nos costó bastante tiempo poder obtenerla, pero es muy pero muy fiable, ya si hay una oportunidad te dejaré usarla - Dice el señor Baldwin -déjame ayudarte con tus cosas-
- Ham... no, no se preocupe yo puedo je...- Decía nervioso.

- Vamos no pasa nada, estaré viejo pero no obsoleto, venga déjame hecharte una mano -
Estaba en esa situación en la que no sabía cómo reaccionar ante esto, aun me sentía inseguro ¿y si pensaban que me aprovecharía de su hospitalidad? acepte la ayuda pero aun así yo me encargue de las maletas más pesadas, casi podría decirme a mí mismo que traía mi colección de piedras encima ¿o eran acaso los nervios? Debía de calmarme, solo debía ser yo mismo y actuar con naturalidad. Le agradecí con un ligero movimiento de cabeza al señor Baldwin su ayuda y cerré con cuidado la cajuela para después proceder a subir a la parte de atrás de la camioneta respirando tranquilo. Apenas me subo ya me estaba poniendo el cinturón de seguridad cuando mis orejas giran directo a la señora Baldwin

- Bien pues ahora a casa, te encantará el lugar Polarys, es un tanto modesto pero creo que por ser un felino te gustará bastante.- Dice la señora Baldwin con alegría, era como si en ese momento una madre estuviera recogiendo a su hijo de la escuela.

- No se lo cuentes todo cariño, que sino la impresión será menor. Bien todos sus cin... Oh, ya veo que te has adelantado.- Dice el señor Baldwin.

- La seguridad es primero señor Baldwin - Digo un poco en tono de broma para bajar mi propio nerviosismo.

- La respuesta correcta, bien en marcha entonces -

El señor Baldwin sonrío y sin más encendió la camioneta que apenas prendió se pudo escuchar la gran potencia del motor que llevaba tremenda bestia de vehículo, que a pesar de ser grande, el sonido era agradable no como los que luego se podían llegar a escuchar en las calles de mi ciudad que hasta algunos le ponían otros escapes para hacer más ruido del necesario. Salir del estacionamiento no fue tan difícil a pesar de la cantidad de personas y autos que había. Primero cruzaremos por la ciudad y era muy pero muy llamativo el lugar, había luces muy brillantes por todos lados, marcando los lugares más relevantes de la ciudad, ya sean cosas restaurantes, plazas comerciales y demás cosas pero lo que sí pude notar es que ya había una presencia de población de furros en el lugar cosa que simplemente me llenó de alegría ya que a partir de eso se abrían muchas posibilidades. Claro tendría que pensar en muchas cosas, no sería un parásito para los Baldwin debía de pensar en cosas como donde conseguir un trabajo o también el lugar donde estudiaría, ya estando en el país que quería, eso me aventajaba varios años a mi meta de covertirme en un astronauta.

Mi emoción por querer ver más la ciudad crecía conforme íbamos recorriendo las calles... Momento, no nos habíamos detenido aún a pesar de que ya habíamos pasado varias residenciales, me llenaba de intriga pues el hecho de que es lo que vería ya que poco después saldríamos de la ciudad, llegando a una carrtera donde había casas pero un poco alejadas la una de la otra.
- Esto será perfecto para correr por las mañanas... - Murmuro viendo los pastizales y al fondo el bosque... el bosque... sólo había visto uno en varias ocasiones y era en Pinal de Amoles, en la Sierra Gorda, pero sin duda cada bosque tenía lo suyo y lo que yo veía al frente mió era un bosque de una especie de pinos de madera oscura, ya me imaginaba como se ponía el invierno por aquí.

Mr. Astra (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora