Una bestia que no quiere serlo.

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- Sr. Polarys, ¿se encuentra con nosotros? - Dice la maestra que me veía cruzando los brazos.

- Ham... si, disculpe... yo... - Digo volviendo un poco a la normalidad viendo de vuelta el pizarrón que ya estaba lleno.

- Entonces, si usted está con nosotros, ¿puede explicarnos el principio de la entropía? - Menciona la maestra viéndome fijamente.

- Yo... la entropía... - Volteo a ver a los lados notando la mirada de mis compañeros, que parecían un poco expectantes haber si volvía a explotar, no había pasado mucho de eso y ahora solo me sentía como una bestia dentro de un circo. - Bueno la entropía es... una unidad de medida dentro de la termodinámica que... indica la cantidad de desorden que hay en un sistema, relacionada también con la teoría física de que todo en el universo tiende al caos y al desorden, así que entré más entropía haya en un sistema termodinámico en equilibrio, el desorden es mayor al igual que su tendencia al caos. - digo viendo hacia al frente el pizarrón, notando las ecuaciones que había en ellas... tan bellas...

- Muy bien sr. Polarys, ya veo que no se volvió tan bruto. - Menciona la maestra con precaución.

Ante el comentario yo solo hice como que no escuche nada recordando lo métodos de relajación que Ripley me había enseñado para controlar los impulsos del Wickerbeast, pero no sabía qué diferencia podría haber entre una Wickerbeast hembra y un Wickerbeast macho, aún hacía mi mayor esfuerzo para controlar todo los impulsos, para cuando la clase termino la maestra que era una gacela se retiraba un poco apresurada y algunos alumnos se fueron con ella, pero muchos otros se quedaron dentro del salón unos para pláticar entre ellos pero otros se me acercaban solo para tratar de pláticar conmigo, la gran mayoría con buenas intenciones queriendo ayudar de alguna manera pero solo me limitaba a estar sentado en el suelo, ya que ni siquiera podía sentarme en una silla normal mientras estuviera atrapado en el cuerpo del wickerbeast, permaneciendo en silencio pero lanzandoles una mirada de agradecimiento a aquello que solo trataban de ayudar, en el caso de los que no, en su mayoría humanos, solo se acercaban para soltar comentarios como:

"Ojalá te encierren antes de que empieces a desaparecer gente"

"Lo bueno es que mi familia cazaba bestias como tu"

"Tu raza tiene demasiada entropía"

Yo solo trataba de ignorarlos, pero la ayuda de Karla y Kazuna que a pesar de lo sucedido seguían ayudando y apoyando, simplemente los alejaban, simplemente no sabía qué hacer en ese momento sabía que con esto todo podría cambiar nuevamente y no a favor de los Furrys, tenía que haberle hecho caso al Sr. Baldwin, tenía que haber soltado lo que había sucedido en aquella cueva.... pero no sabía por que me costaba tanto trabajo el poder hacerlo, por que cada que trataba de hablarlo era como si volviera a estar en esa cueva siendo a punto de ser decapitado por el Thunderbird, como si sintiera sus garras nuevamente en mi cabeza, sujetándome tal muñeco de trapo.

- Polarys... ¿Estás bien? - Escucho a Kazuna.

- Yo, ya no se que decir Kazuna... siento como mi mente es un torbellino. - Digo un poco disperso.

- Sabes que Karla y yo te vamos a apoyar, te conocemos y sabemos a diferencia de todos ellos, a diferencia de los medios de comunicación que tu no eres una bestia y que estas a años luz de ser algo parecido a lo que te enfrentaste. - Dice Kazuna poniendo su manita en mi espalda.

- Sabemos lo difícil que es esto, pero tu eres el que lo estás viviendo, pero no sabemos cómo ayudarte... y menos si tu no quieres ser ayudado. - Dice Karla igual acercándose.

- Yo es que... yo... - Trataba de sincerarme con ellos pero no podía.

En el salón llega mi entrenadora Ripley, tocando en la puerta antes de entrar, siendo una sorpresa que ella estuviera ahí, cosa que muy seguramente tampoco era una buena señal.

Mr. Astra (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora