Diciembre. 2016
Los meses pasaron tan rápido, que en un abrir y cerrar de ojos estaban celebrando la Navidad. Donghae y Hyukjae llevaban ya un par de meses siendo más que solo mejores amigos, aunque siempre trataban de tener mucho cuidado, no querían que nadie en la escuela ni en casa supieran de su relación.
Al principio, las cosas entre ellos no iban más allá de besos inocentes y tomarse de las manos, con el tiempo tomaron más confianza y todo cambió.
Hyukjae no perdía la oportunidad de estar un momento a solas con Donghae, podía decirse que era adicto a besarlo. Cualquier momento para escaparse de los ojos curiosos de los demás era bueno, hasta el momento su lugar más seguro era la casa de Hyukjae ya que casi siempre sus padres estaban de viaje o llegaban a casa muy tarde del trabajo, madre de Donghae siempre estaba ocupada también y mientras Donghae estuviera en la casa no se preocupaba demasiado.
Hyukjae no pensó recibir una sospresa de parte de sus padres, quienes decidieron cancelar un viaje de negocios para estar en casa y compartir una cena con su hijo aunque estaba feliz por ello, no pensó nunca en las consecuencias que aquella noche traería para él y para Donghae.
La cena pasó tranquila, Hyukjae compartió con sus padres, Donghae y su madre. A pesar de que la señora madre se Donghae en realidad trabaja para ellos, sus padres le tenían mucho cariño y la trataban más como una amiga que una empleada, además ella cuidaba de Hyukjae como si fuera su propio hijo.
Después de la cena los adultos se quedaron en la sala conversando y Hyukjae se fue a su habitación con Donghae, tenía un regalo para él y no podía dárselo en presencia de nadie más.
—¿Por qué tanto misterio?— inquirió el castaño, Hyukjae aún lo sujetaba de la muñeca.
—Tengo un regalo para ti y quiero dártelo en privado.—
Al entrar en la habitación Hyukjae no tuvo cuidado de cerrar bien la puerta como siempre hacia, esta quedó a medio cerrar y ninguno de los dos se percató de ello.
Donghae tomó asiento en la cama del más alto mientras este rebuscaba en la gaveta de su escritorio, luego se sentó junto a él sosteniendo una pequeña caja blanca de terciopelo en sus manos.
—Vamos, ábrelo. —
—No es un anillo ¿verdad?—
Donghae le dedico una mirada divertida y después desvió la vista hacia la pequeña caja entre sus manos, cuando por fin abrió esta y vio lo que había adentro, sonrió.
Eran llaveros, dos peces Koi de plata. Separados solo eran eso, peces... pero al verlos juntos formaban un todo.
—¿Te gusta? Lo mande a hacer especialmente para ti.—
El castaño asintió enérgicamente con su cabeza, no podía dejar de sonreír. No era el regalo en sí mismo, sino lo que representaba para ambos.
—Me encanta, gracias.—
Hyukjae colocó una mano bajo su mentón y le hizo levantar la mirada hacia él.
—Te amo, Donghae. Y aunque somos muy jóvenes aún te prometo que siempre voy a amarte, cada día te amaré más que el anterior. —
—También te amo, Hyuk. Con todo mi ser. —
Hyukjae colocó sus manos en las mejillas del castaño y acortó la poca distancia entre ellos, presionó sus labios sobre los de Donghae y lo besó a consciencia.
Le acarició los labios uno por uno con los suyos, su lengua encontró su camino al interior de la boca contraria justo cuando Donghae pasaba los brazos alrededor de su cuello para acercarlo más. Cayeron en la cama poco a poco sin separarse y las manos de Hyukjae bajaron al cuerpo de su novio, acarició su pecho hacia abajo hasta llegar a su cadera.
Donghae se apartó buscando un poco de aire, el corazón de latia como loco y su respiración se hacía pesada cada vez que Hyukjae lo besaba o lo tocaba como en aquel momento. Se dejaron llevar y olvidaron donde estaban y lo más importante, que habían más personas en la casa.
Los minutos pasaron y seguían en la cama enredados en un abrazo que ningún amigo le daría a otro, enfrascados en una cantidad incontable de besos y suspiros.
Ninguno de los dos escuchó los pasos del padre de Hyukjae subiendo las escaleras hasta la habitación de su hijo, el hombre supuso que se había distraído con Donghae jugando algún video juego así que decidió llevarles un pedazo de pastel a cada uno.
Sin duda, el señor Lee no esperó jamás encontrarse con aquella escena que estaban precenciando sus ojos en aquel momento, los platos se estrellaron contra el suelo haciendo regresar a la realidad a los dos muchachos que rodaban en la cama.
El color que ambos tenían en las mejillas desaparecio de inmediato, Donghae se quedó inmóvil en la cama, con la ropa y el cabello desordenados, con los labios hinchados y enrojecidos por los besos de Hyukjae.
Y Hyukjae... estaba más pálido que de costumbre, el pánico se apoderó de todo su ser en un grado que era inexplicacable.
—Padre...—
Y el hombre mayor explotó, en un par de pasos estaba junto a la cama de su hijo y lo tomó bruscamente de un brazo alejandolo de Donghae quien solo había comenzado a llorar lleno de miedo.
—¿¡Que significa esto, Hyukjae!?— gritó el mayor lleno de ira. —¿Esto es lo que has estado haciendo todo este tiempo mientras tu madre y yo trabajamos?—
Hyukjae en vano trataba de soltarse del agarre de su padre.
—Papá, por favor déjame explicártelo... —
Una fuerte bofetada resonó en la habitación, Donghae saltó en su lugar y reaccionó sin pensar acercándose a ellos para tratar de apartar al padre de su hijo, pero solo consiguió ser empujado y tirado al suelo.
—¡No! ¡Donghae no tiene la culpa! Es mía... no la tomes contra él. —
Aquella palabras solo hicieron enojar más a su padre quien lo sacó de la habitación aún sujeteandolo con fuerza del brazo.
—¡No voy a permitir que mi hijo menor sea una vergüenza para la familia! —
Los gritos llamaron la atención de la madre de Donghae y la de Hyukjae que estaban abajo en la sala, corrieron escaleras arriba al ver la escena del padre arrastrando a su hijo hacia el estudio.
—Cariño ¿que está pasando?—
La madre de Hyukjae corrió detrás de su esposo, asustada y preocupada.
—¡Mamá, lo siento!— Donghae corrió a los brazos de su madre, quien no perdió tiempo para abrazarlo.
—Donghae, hijo ¿que está sucediendo?— Cuestionó ella mientras apretaba a su hijo en sus brazos y observaba los platos rotos y pedazos de pastel en el suelo.
Pero Donghae solo lloraba, no podía decir nada. Se estaba muriendo de miedo, no por la reacción de su madre sino por la del padre de Hyuk y las consecuencias que traería consigo el haber sido descubiertos.
![](https://img.wattpad.com/cover/300778000-288-k101206.jpg)
ESTÁS LEYENDO
Luchando por su amor (Eunhae)
RandomDECLARO QUE ESTA HISTORIA ES DE MI AUTORÍA Y NO PERMITO NINGÚN TIPO DE ADAPTACIÓN. LOS PERSONAJES NO ME PERTECECEN.