El dolor y mareo no lo dejaron ir demasiado lejos, apenas salió del edificio y corrió calle abajo el malestar fisico empeoró debido a lo alterado que se encontraba. Se detuvo en un callejón entre una librería y una tienda de mascotas, recargó la espalda en la pared y respiró profundamente tratando de calmarse.
No se había dado cuenta de la humedad en su rostro hasta que se llevó los dedos de una mano a la mejilla derecha, un sollozo se le escapó y por más que intento evitarlo no pudo hacer más que llorar.
Todos los recuerdos lo habían golpeado de golpe, parecía que apenas había sucedido ayer que el padre de Hyukjae los descubrió y se encargo de separarlos. El dolor y los sentimientos que pensaba estaban superados y olvidados volvieron todos de golpe, saliendo a flote del lugar donde los había ocultado en su corazón por siete largos años.
¿Por qué? ¿Por qué ahora? ¿Por qué tenía que verlo de nuevo?
Necesitaba llegar al hotel pero todas sus cosas estaban en el auto de Siwon y solo tenía consigo el celular, no quería volver pero no tenía dinero ni para pagar el autobús.
Sintió rabia consigo mismo y con Hyukjae, él habría luchado por lo que tenían y Hyuk no lo hizo, prefirió rendirse ante la intolerancia y los deseos de su padre de separarlos.
Hyukjae jamás supo cuando lo necesitaba y como su corazón se rompió en miles de pedazos aquella noche.
Con rabia limpio las lágrimas de su rostro dispuesto a caminar hasta el hotel si debía hacerlo, llamaría a Kyuhyun y le diría que iba a volver a Londres, que el trabajo no había resultado y que no de quedaría en Corea, eso era lo mejor. Alejarse de Hyukjae para siempre y no verlo de nuevo jamás.
Trató de salir del callejón y volver a la calle pero sintio un dolor punzante en un lado de la cabeza y la vista se le nubló por lo que se vio obligado a quedarse donde estaba hasta sentirse mejor.
Su celular comenzó a sonar y al ver el remitente el nombre de Siwon brillaba en la pantalla más no quiso responderle.
🔹💠🔹
—¿Que rayos está pasando Hyukjae? ¡Hyuk! —
Al ver a Donghae salir corriendo de aquel modo Hyuk reaccionó de la misma forma, a paso rápido salió de la oficina dejando a Siwon allí solo sin entender lo que estaba sucediendo.
Salió tan rápido como pudo y corrió por la calle buscando al castaño desperadamente, no podía dejarlo ir o tal vez no tendría la oportunidad de verlo de nuevo.
«Donghae ¿donde estás? Por favor... no te alejes de mi otra vez.»
Su corazón latía desesperado, buscaba con la mirada con la única esperanza de que Donghae no estuviera tan lejos y encontrarlo de nuevo, necesitaba verlo y abrazarlo tanto como necesitaba respirar. Jamás imagino verlo de nuevo pero en cuanto sus miradas se cruzaron sintio que todo tomaba sentido de nuevo y la única cosa importante en su mente era él, verlo, besarlo y hablar de todo lo que sucedió. Rogarle por perdón aunque no hubiera hecho nada mal, aunque el culpable era su padre le pediría perdón a Donghae de rodillas si tenía que hacerlo.
Llegó corriendo hasta la esquina de la calle, se detuvo observando alrededor pero no lo vio por ninguna parte, no estaba dentro del restaurante ni en la libreria.
—Donghae... ¿a dónde has ido?— habló para si mismo, con desespero se pasó los dedos por el cabello y comenzó a caminar de regreso.
Iba atento y caminaba con más calma, sabía que la desesperación no iba a llevarlo a nada así que respiro profundo e hizo su mejor esfuerzo por mantener la calma.
Pasó justo en frente del restaurante italiano y la librería y justo lo vio, en el callejón, con la espalda apoyada en la pared. La primera cosa que pensó al darle una atenta mirada fue que se veía hermoso aún viéndose pálido y alterado, con las mejillas mojadas y enrojecidas y el cabello largo enmarcando su cara.
Donghae era perfecto, siempre lo había sido y ahora era un hombre guapo, tal vez el hombre más guapo y perfecto en el que jamás había puesto los ojos.
—Aquí estas...— se acercó a él hasta estar frente a frente.
Donghae saltó en su lugar al oír la voz ajena, era obvio que no esperaba ser encontrado y Hyukjae lo sorprendió.
—Debo irme... necesito ir por mis cosas. —
Los nervios de Donghae eran evidentes y se odió a sí mismo por eso. Intentó apartarse de él pero Hyukjae reaccionó de un modo que no esperaba, lo sujetó de los hombros y tiro de él haciéndole chocar de lleno en su pecho, sintio los fuertes brazos rodeandolo.
El latir del corazón de Hyukjae parecía ser un eco del suyo, lo sentía contra su propio pecho.
—No sabes cuánto me alegro de verte, Donghae. Después de tanto tiempo no puedo creer que estés aquí, he pensando tanto en ti... —
Hyukjae lo estrechó más fuerte entre sus brazos, la emoción de sus palabras era evidente en su tono de voz y las lágrimas calientes se resbalaron de nuevo por las mejillas de Donghae.
Se sentía expuesto en ese momento, todos los sentimientos que pensaba estaban olvidados lo golpearon como un tren, estuvo a punto de abrazarlo de vuelta hasta que recordó a Kyuhyun y su compromiso.
Hyukjae no formaba parte de su vida, ya no más. Lo había dejado atrás con los recuerdos de su infancia.
—Déjame ir, por favor. Olvidé mis cosas en el auto de Siwon y necesito volver por ellas. —
El abrazo de Hyuk se rompió y finalmente pudo alejarse de él, evitó mirarlo a los ojos porque sabía que si lo hacía estaría perdido y tenía miedo de eso, miedo de revivir lo que una vez sintio por él, miedo de ser débil.
Sin darle una mirada más a Hyuk, el castaño le dio la espalda y comenzó a caminar saliendo del callejón y luego de regreso, no le tomó demasiado tiempo ver el auto de Siwon aparcado en la calle justo frente al pequeño edificio.
—¡Donghae! Tenemos que hablar... no te vayas. —
—No tenemos nada de que hablar. —
Hyuk lo siguió dentro, Hae subió las escaleras al segundo piso seguido del más alto. Lo único que quería era encontrar a Siwon y pedirle que lo llevara al hotel, sentía que estaba a punto de desmayarse y la cabeza le iba a explotar del dolor.
—Te equivocas, tenemos mucho pendiente. —
—Nuestros asuntos pendientes los resolvimos hace muchos años, Hyukjae. Ahora somos extraños, ya no somos nada para el otro. —
Hyukjae lo sujetó con fuerza y un tato de brusquedad de uno de sus brazos, obligándole a girarse a verlo.
—Entonces ¿no soy nada para ti? — dijo con dolor en su voz.
La fría mirada que le dedicó Donghae le dio la respuesta incluso antes de que las palabras salieras de sus labios.
—No, Hyukjae. Dejaste de ser algo para mí el día que me abandonaste. El día que preferiste seguir las órdenes de tu padre. —
Donghae se soltó de su agarre con rabia y entró en la oficina dejándolo ahí de pie sintiéndose aturdido y perdido.
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Luchando por su amor (Eunhae)
RandomDECLARO QUE ESTA HISTORIA ES DE MI AUTORÍA Y NO PERMITO NINGÚN TIPO DE ADAPTACIÓN. LOS PERSONAJES NO ME PERTECECEN.