Capítulo 13

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Nicolás Slora entraba al restaurante la primera hora de la mañana, viendo la mesa del restaurante que usaron los de Mask Rhythm usaron ayer, las cosas guardadas nada en que dejara las cosas, el mismo pensó que no encontrarían nada por el hecho de que siempre dejan las cosas limpias e impecables.

Solo dejaron una sola cosa que estaba en el piso, destruida. Algo hecho pedazos solo en pedazos sin rastros, lo que las personas del restaurante se llevaron en algún momento después de la noche, no era comida, ni nada.

Nicolás miró al encargado acercándose que hablaba con los camareros, que pensó que habían atendido a los de esa mesa.

- Nadie los vio señor, nadie supo de ellos nadie los atendió – dijo el encargado al gobernador que estaba serio, ¿Cómo dejan entrar a alguien y nadie sabe?

- Déjeme ver la lista de las personas que vinieron, y las cámaras de seguridad y créame que no recibo un no. – dijo serio el encargado le dio la lista inmediatamente después de buscarla, y le indico donde era la seguridad.

Nicolás camino con su espalda rígida, y su semblante nulo sin nada, ¿Por qué no atrapaban a esos malditos delincuentes? ¿Por qué nadie los vio entrar o salir? No son fantasmas él sabe que son reales, no existirían tantos rastros pero tampoco habría huecos, entonces no entendía.

Caminó a las cámara y vio como las cámaras cuando entraron no funcionaban, perdieron la señal entonces no ayudaba miró la lista inspeccionando cada nombre de la lista, hasta detenerse en uno conocido, completamente.

Ella creyó seguramente que no lo recordaría si lo usaba después de unos 10 años, Lindsay Flora. El nombre de su madre y apellido inventado de esas tantas investigaciones de su hija al escribir.

Miró la puerta un poco sentido y traicionado de lo que puede hacer su hija a sus espaldas, ayudar a delincuentes, aprovechando que su hija no estaba en casa camino a su cuarto apenas llegó a la casa, inspeccionando cada cosa, asegurarse de cada cosa, inspecciono su closet minuciosamente, cada vestido que encontraba, nada fuera de lo común, hasta regresar al cuarto, tocando cada cosa a su paso.

Nicolás Sora estaba nulo, y francamente herido por su propia familia, en su cabeza no le habia cruzado a su hija bailando con aquella banda que promueve la música, pero sus palabras tenian sentido.

- Ellos hacen cosas que por ser tu hija, no hago pero en algún momento hare esas cosa.

Ahora lo esté haciendo, está llevándole la contraria y hacer lo que ella quiere, pero aunque es mayor de edad sabe que aún vive en su techo, debe respetar esas reglas si quiere volver a ir, pero sabía que aunque vivía en su techo lo volvería a hacer.

Hasta que vio un hueco, en el pedazo de la chimenea quito el mosaico blanco, para ver una caja, la agarró con cuidado escuchando la voz de su hija y con cuidado de que no se enoje tampoco, salió del cuarto de su hermano para irse hacia su oficina.

Cuando puso la caja de su hija en su escritorio, abrió con cuidado, viendo cosas de su mamá esos recuerdos collares personalizados, unos anillos que él mismo le habia regalado, pero vio un antifaz color negro y azul oscuro, debajo. Suspiro viendo más allá, un celular y apenas le pico vio un reproductor con música, se le veía en cada portada de aquella aplicación.

Se sentó en la silla volviendo a la realidad de su hija, donde le daba la espalda a la casa y seguramente Teo también, miró un retrato de su familia en su oficina, uno grande que lo pintaron antes de fallecer su esposa.

Se levantó de la silla, para ir hacia el cuarto de su hija, y enfrentarla aunque no le hizo daño, él se sentía herido apenas entró miró a su hija escribiendo en su libreta, sus mechones escondiéndose un poco en el chongo que ella llevaba adornando el pelo rubio que heredó de su madre.

Behind The Mask (Próximamente En Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora