Capítulo 8

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Después de tal tarde, yo llegue a la casa sola, viendo a mi hermano ahí sentado en las escaleras, me acerque lentamente.

- ¿Qué haces aquí afuera? – pregunte mirándolo y este suspiro.

- Nada, supe que no estabas, papá esta adentro y sin ti le gritaría cualquier cosa al señor que hay allá adentro.

- ¿Angie? – pregunté.

- No la vi – dijo negando, subí los escalones solo dos para abrir la puerta y ver a papá en la sala.

- Me preguntaba cuando mi hijo iba a venir.

- Cuando el trabajo me desocupara del trabajo. – dijo aquel sabiendo que no era cierto.

- Oh, de acuerdo se lo difícil que a veces es el trabajo en nuestra familia – dijo papá levantándose y lo decía en serio se le veía en la cara, se lo tomaba en serio.

- Si bueno también esperaba pasar tiempo con mi hermana, así que estamos en el patio – aviso mirándolo mientras agarraba mi mano para salirnos al patio con cuidado. – ¿sigues escribiendo?

Asentí mirando mi libreta con cuidado en la mesa, este la agarro mirándome, preguntándome con la mirada si es que podia leerlo, y accedí no tenía mucho a parte de los poemas o dibujos, ni uno acerca de mis salidas a escondidas.

Empezo a leer atento yo solo mire el sol escondiéndose, suspiro cuando dejó la libreta en la mano.

>> tienes la facilidad con las palabras.

- Tuve que... - suspiré. – ¿Qué más me quedaba? – le pregunte y este suspiro viendo a Laura trayendo vasos para llenarlo con jugo.

- Gracias – agradeció cuando se fue. – esos chicos que bailan en la calle le dan dolor de cabeza a papá pero a los demás le dan esperanza.

- Ya lo sé, he querido al menos que papá deje de ser un chiflado pero una no va a convencerlo.

- ¿Qué estás diciendo? – pregunto mirándome y suspire.

- No podemos solo nosotros, o simplemente esa banda que baila en la calle, si papá escucha a la ciudad entera y a los demás países puede pensar en algo.

- A todos les prohibió la música – recordó y asentí, sabía que si papá moría mi hermano no quería el cargo entonces lo único que teníamos que hacer es que oiga a la ciudad, en una manera de decir.

- Entonces hay que...

- Quitarle el cargo – completo y lo mire seria, y suspire. No sé si es o se hace.

- ¿En serio? – pregunte, aun así quitando esto, papá trabajo mucho, para quitarle el puesto al exgobernador que nos robaba y ahora este que no roba, su propio hijo se le ocurre eso.

- No es cierto – negó riendo. – solo hay que hacer que la misma ciudad se levante.

- Pero sin que ellos se enteren para que no hagan algo antes – dije en silencio y este sonrío agarrando su vaso chocándolo con el mío que estaba en la mesa y no lo habia movido.

Esa misma noche estuvimos hablando como lo hacíamos antes, así que pues simplemente saque el colchón de abajo para que este durmiera ahí con su ropa ya que aquí no tenía nada.

Hasta despertarme en la mañana dormido amodorrado boca abajo, suspire metiéndome en mi closet para recordar en ese momento, esconder vestidos para ver si uso uno en una fiesta escondida después, agarre ropa para dejarla en el sofá que había ahí, para esperar a que mi hermano se despertara y se fuera, me senté para prender la computadora y ver las cosas de mi universidad.

Se levantó un poco atontado, pero supo dónde estaba después de quejarse mucho, y que oyera mi voz, se despertó bostezando para salir de mi cuarto después, ahora si podia bañarme sin preocuparme tanto, salí de la ducha para trasladarme al closet y cambiarme libremente.

Una falda azul marino, un top blanco con un bolero abierto blanco de cuadros azul, y celeste de líneas grises, me puse un collar del planeta Venus.

Baje a desayunar cuando ya estaban mi padre y mi hermano ahí esperando, con los platos ya frente a ellos, viendo la televisión. Los partidos anteriores o los resúmenes bueno, gritando o reclamando cómo si sus voces hicieran que todo el partido vaya a cambiar.

Yo solo callada, eso fue lo mío un buen tiempo pero de poco se me fue el interés, pero que le hago me aburro un poco fácil, miré hacia la ventana viendo una sombra ahí escondiéndose, suspiré mirando mi plato evitando la mirada, sentí la mirada de mi hermano sobre mí pero no le hice casó.

Solo quería comer, mi hermano y yo en paz sin problema alguno, papá se levantó para irse a trabajar.

- Hay alguien en los arbustos – dijo recargando sus brazos en la mesa, suspire.

- O es un reportero, o un guardia de protección – dije sin importancia, quería creer de esos.

- Puede ser – dijo mirando hacia afuera. – pero está mirando mucho más de lo que esas personas harían.

Mire sobre mi hombro viendo esa sombra, alguien güero, pero sin cara suspire negando. Para mirar de nuevo a mi hermano.

- Déjalo – le dije cansada.

- ¿Ya te acostumbraste?

- No me queda de otra – dije dejando el tenedor en mi plato, para mirarlo.

- En eso tienes razón. Pero al menos no sé decirle a Scott – me dijo y suspire.

- ¿Qué más hago? Lamentablemente no nos queda otra que aguantarnos muchas cosas. – suspire. – aunque salga de Matera todo el mundo va a seguirme, ya que bueno somos los hijos del que hizo la peor cosa del mundo.

- Bueno, en eso tienes razón, pero a mí no me preocupa.

- Querido, es que a ti todo se te resbala – dije mirándolo. – a mí no, a mi todo se me sube encima y me hace caer, y no me levantó de nuevo.

- Es que a ti todo te preocupa.

- Y a ti no, y eso es lo que nos diferencia de nosotros. – le dije sonriendo.

- Por eso, nos queremos mutuamente.

- Mi amor de hermana es casi odio, pero con cariño – le dije sonriendo, este río.

- Claro, me odias tanto que casi me extrañas mientras me fui.

- Me lamente bastante no ir contigo. – dije mirándolo, mientras me cruzaba de brazos.

- Lo supe, más de una vez. – dijo mirándome.

- Ahora no puedo, papá me envío a Rose para estudiar, pero fue para ocultarme todo lo de Mask Rhythm.

- No le funcionó – negó

- No lo suficiente, se le olvidó de repente los sitios web, y el internet pero claro... bloqueo el YouTube y parte de las redes sociales.

- Ahí no fue tan inteligente – negó

- Lo utiliza, sé que día y noche está haciendo algo en la computadora pero no sé qué es exactamente, y todos usamos los sitios web, pero papá tiene todo. – dije mirándolo.

- ¿Qué crees? – preguntó y levante los hombros.

- No digo, ni creo nada – dije sonriendo. – no somos policías ni nada pero... algo trae encima.

- Papá ya es raro, de por sí ahora esto – dijo mirándome.

- Papá siempre ha sido raro, pero empeoro desde aquel día. – dije mirándolo.

- Todos cambiamos desde ese día – dijo agarrando su vaso y jugando con él. – yo me volví más abierto, y tu más cerrada, ambos intercambiamos personalidades.

Tiene razón soy cerrada con la gente, pero al parecer soy abierta con aquel chico que ni siquiera se su nombre, pero al parecer sé que puedo confiar en él, y eso medio me asusta.

- Eso a veces es mejor, no sabes en quien confiar – le dije mirándolo, este suspiro mirándome.

Behind The Mask (Próximamente En Físico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora