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Era un día soleado, fresco, lleno de felicidad y alegría. Pájaros cantando y bla bla bla.

Pero Changkyun...

—¡Si sigues corriendo en círculos como pollo sin cabeza te tiraré el sartén! —amenazó Hyunwoo con su sartén de hierro. Changkyun dejó de rodear el sofá y lo miró nervioso.

—Lo siento, pero aún no sé qué me pondré, ni qué peinado usar, ¿le gustarán los dulces de leche? No, mejor llevaré una caja con todo tipo de dulces y...

—¡Changkyun! —El nombrado tomó aire, llevaba horas con lo mismo; ¿Le gustará esto? ¿le gustará aquello? ¿será fan de esto otro?

Hyunwoo lo miraba recorrer todo el departamento ansioso. Ayer no pudo dormir.

Cosa que nunca pasó con Minhyuk.

Changkyun sentía la necesitad de hacer todo a la perfección, todo debía salir bien. No quería que algo vergonzoso pasara en esa "cita", como le decía él. Pero de nuevo, Hyunwoo tenía razón en algo.

—¿No crees que él ya ha visto muchas cosas vergonzosas de ti como para que te preocupes por eso?

—¿De qué hablas?

—A ver, —dijo y acomodó sus codos en la mesa —Uno, te le confesaste erróneamente. Dos, te vio llorar como nena y tres; eres realmente torpe y lento para todo.

Changkyun se sentía ofendido, pero tenía algo de razón, Jooheon ya no podía ver algo más vergonzoso que eso.

—Tienes razón.

—Siempre.

—Pero, ¿qué debería hacer para compensar todo eso?

Hyunwoo sonrió dulcemente y negó.

—Nada.







—Dios santo, estoy agotada. —se quejó Jeongyeon desparramándose en una de las sillas del staff. —¿Hora?

—No lo sé. —Jeongyeon levantó la cabeza extrañada. Jooheon miraba a todos lados, tal vez pensativo, la rubia hizo un mohín y cruzó sus piernas.

—¿Te pasa algo? Es la primera vez que te pregunto la hora y no estas pegado al celular.

—Mmh, nada. Solo veo a mi alrededor.

—Ese es el punto; nunca vez tus alrededores más de tres veces. —sonrió ella, Jooheon suspiró con una risita.

—Buen punto.

—¿De qué se trata? Oh, gracias —dijo aceptando una botella de agua.

—Tengo una salida.

—¿Con ese Changkyun?

—Mjm.

Jeongyeon sonrió con picardía, aunque tenía una idea, no creía que fuera posible. Igual, una bromita no caería mal.

—¿Qué, acaso te gusta? —dijo para luego reír y seguir con su botella.

—Sí.

Jooheon solo pudo oír una especie de explosión a su lado, se echó a un lado, con algo de asco, al sentir como varias gotas de agua se esparcían por todos lados.

—¡Oye! ¿qué te pasa?

—¡¿Estas jugando conmigo verdad?! —dijo sin parar de toser, Jooheon rió y empezó a darle palmadas a la espalda de ella.

—Claro, tonta. Ya creo que es hora de irnos.

—Está bien...

Jooheon seguía sonriendo hasta que vio a su hermana irse en busca de su bolso. Soltó un gran suspiro, estuvo cerca.

Rubio equivocado // Jookyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora