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Bañar a Changkyun. Eso implicaba ponerse un guante de baño y pasarlo por su espalda, hombros y... Jooheon, por el amor a Dios, basta.

Además, Jooheon descubrió lo malvado que era Hyunwoo.

-Te dejaré bañarlo, yo iré a la farmacia. No tardaré... O tal vez sí.

-Pero... -y se cerró la puerta.

Ya era tarde para arrepentirse. Ya estaba con un guante puesto, con un jabón en la mano y en frente de Changkyun; el cual trataba de quitarse su camiseta.

-Eh, ¿Jooheon?

-Dime.

-¿Me ayudarías?

-Ah, claro.

Con cuidado, él tomó el comienzo de la camiseta de Changkyun, subiéndola despacio y sacando su yeso de igual manera. Pudo notar un leve sonrojo en el castaño el cual lo hizo reír de ternura.

-Lo siento, choqué un poco tu yeso.

-Descuida, no dolió -sonrió.

-Changkyun... -¿Ahora qué?

Buena pregunta, ni Jooheon lo sabía. Tenía a Changkyun en ropa interior en frente de él. Suspiró tratando de organizarse y ladeó sutilmente al castaño, indicándole que podía sentarse en el pequeño banco rosa que lo ayudaría en el baño. Recogió sus mangas al igual que los ruedos de su pantalón y con un pasador de rosa (seguramente de Yuha) hizo lo mismo con el cabello que cubría su frente. Volvió hacia Changkyun que lo miraba con una mueca extraña de risa.

-¿Qué?

-Te pareces a mi madre.

-Claro. Ven, cuéntame algo extremo mientras baño este cuerpo escultural de mondadientes -dijo y Changkyun sonrió al sentir el agua cubrirlo por completo.

-Bien... A ver, algo extremo. ¡Ah sí! Cuando estaba en secundaria me retaron a comerme una hoja.

-...¿Y?

-Pude tragarla.

Changkyun levantó su cabeza al dejar de sentir que Jooheon restregaba su espalda. Vio a la derecha de reojo encontrándose con una miraba seria e incrédula por parte del rubio. Sonrió inocente y recibió otro balde de agua.

-Que rebelde.

Jooheon siguió tallando la delgada espalda de Changkyun, observando cada lunar de esta. Su cabeza caía hacia el frente dejando su cuello a la merced del rubio. Se veía tan suave y delicado, se detuvo para apreciar mejor su espalda, no era tan pequeña, pero era delgada y los huesos de sus hombros eran notorios.

En su vida había hecho locuras y había cometido equivocaciones. Pero algo le decía que haberse acercado a Changkyun y besar su cuello no era algo de lo cual arrepentirse. Un sonoro beso que hizo erizar cada cabello de Changkyun.

-¡¿Qué fue eso?! -una risita fue su respuesta, giró y pudo ver a Jooheon reírse. Sus labios hicieron que esa zona ardiera, al igual que su rostro.

-No pude evitarlo, se veía bien -dijo logrando sacar una risa nerviosa del contrario.

-Estás loco.

-Posiblemente.

Changkyun tenía razón, Jooheon estaba loco. Pero decirlo no lo detuvo con aquellos besos que empezaron de nuevo. Provocando que un cosquilleo en toda su espalda apareciera. Los besos eran cada vez más lentos y el sonido que ocasionaba volvía loco al castaño. Jooheon no desaprovechaba aquella oportunidad, seguía "bañándolo" pasando sus manos por hombros y piernas.

Rubio equivocado // Jookyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora