El comienzo

246 25 10
                                    

Capitulo 1

Prov Zenitsu.

Me encontraba arrodillado y apoyado sobre las palmas de mis manos, mordiendo mi labio inferior para no gemir alto mientras era embestido con algo de dureza, sus manos agarraban con fuerza mi cintura mientras resoplaba, podía escuchar a esos malditos caminantes frente a nosotros, su miembro salía y entraba rápido, sentí que toco mi punto dulce, mi cuerpo daba pequeños temblores, abrí la boca amenazando gritar, una de sus manos fue hasta mi boca y la agarro con fuerza, jalo de allí hasta levantarme y pegando mi espalda a su pecho.

- ni siquiera se te ocurra hacer un ruido- susurro contra mi oreja derecha sin dejar de embestirme, al parecer el conocía mejor mi cuerpo que yo, aun temblaba ligeramente tratando de reponerme del reciente orgasmo seco, insatisfecho moví mi cadera en círculos lentos sintiendo como palpitaba su miembro dentro de mí, me separe un poco hasta sacar poco más de la mitad para luego volver a meterlo lentamente, sabía que Uzui-san es impaciente algunas veces y esta es una de esas ocasiones, saque su miembro por completo, revoto hasta quedarse totalmente erguido y tocar su vientre, con mis nalgas me arrimaba a su miembro, me di vuelta para verlo a la cara, totalmente despeinado, sudoroso y algo ruborizado por el esfuerzo, mis manos subieron a su cuello, me deje caer al suelo y lo jale a él, con cuidado me recostó.

-así puedo ver tu cara- sonreí tímidamente.

- si claro hazte el tímido- se inclinó para darme un fugaz beso en los labios, enrede mis piernas en su cintura dándole total acceso a mi entrada, a tientas metió de golpe su miembro, haciéndome sentir esa exquisita sensación de dolor y placer, siguió metiéndolo sin una pizca de misericordia, se levantó agarrando mi cintura de nuevo, la subió a la altura de su pelvis dando estocadas firmes, lleve ambas manos a mi boca apretándola con fuerza, me hacía ver el maldito cielo, su respiración fue haciéndose más pesada, pronto se vendría.

-de...dentro- hable lo más bajo que pude, el sonrió victorioso, no tenías que ser un genio para haberlo entendido, levanto más mi cuerpo hasta casi dejarme apoyado únicamente por mis hombros, dio unas ultimas embestidas, abrí la boca tratando de dejar salir algún sonido, pero me fue imposible, podía sentir perfectamente que aquel monstruoso miembro que intentaba atravesar mi abdomen, los sonidos al golpear su pelvis con mí trasero eran viscosos, el choque entre nuestros cuerpos era algo violento, podría decirse que me embestía con algo de odio, me corrí en este mismo, sentí algo caliente inundar mi interior, mi cuerpo entero temblaba gustoso por el increíble orgasmo, de su parte solo podía escuchar su respiración pesada que trataba de regularla, tenía sus ojos cerrados y se estaba mordiendo el labio inferior, con sumo cuidado bajo mis piernas que un se estremecían, se inclinó para agarrar algún trapo o papel para limpiarme.

-al menos hoy no gritaste- hablo tranquilo comenzando a limpiarme.
-yo no soy el que lo hace como un estúpido animal en celo- abrí mis piernas.

-yo no escucho quejas- con sumo cuidado agarro mis piernas, como si se fueran a quebrar si las tocaba con más fuerza de la necesaria, lo que, contraria a sus acciones de hace unos minutos- al menos no tuve que matar a ninguna de esas cosas mientras lo estábamos haciendo como la otra vez- me dejo limpio superficialmente, me senté, dolía, pero no como la primera vez, de hecho ¿Qué forma es esta de empezar una historia? Disculpen mis modales, soy Agatsuma Zenitsu y disculpen la primera impresión, mi vida era normal hasta que todos se fue al carajo.

Hace 5 meses.

Era trabajador de medio tiempo en una tienda de libros en el centro de la cuidad, no era mucho pero me gustaba, era simple tenía un compañero que atendía a los clientes y yo era el que acomodaba las cosas, ya fuera en los anaqueles o en la bodega, nuestra tienda estaba en un segundo nivel así que teníamos una buena vista de la calle principal, el día estaba siendo normal, las personas venían por un libro en específico, otras vagaban por la tienda buscando alguno que llamara su atención, ya casi era hora de que cerráramos y los últimos clientes escogían algo, unas ambulancias de escuchaban a lo lejos, luego una explosión interrumpió el agradable silencio, todos nos asomamos por la ventana, una estampida de personas corría en dirección contraria a la explosión, vi que unas personas de abalanzaban sobre otras para morderlas, me gire preocupado hacia mi compañero quien tenía cara de desconcierto, me aproxime hacia él y se escuchan gritos subiendo a nuestro piso.

Parásitos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora