Agradeciéndote

90 20 6
                                    

Prov Zenitsu

Al despertarme me encontré dentro de algún lugar con ropa por todas partes, al intentar moverme mi cuerpo no respondió ya que me encontraba atado y quise gritar, pero un pedazo de tela me lo impidió, el pánico reino en mi cuerpo.

-oh ya despertaste- una voz alegre hablo frente a mí, un extraño hombre de cabellos rebeldes amarillos y en las puntas anaranjado, con ojos felinos me veía expectante- descuida no te haremos daño- aunque su voz era amble seguía inquieto- ve por los demás y dile al joven Kamado que traiga algo de agua y comida, un hombre alto de cabellos plateados paso delante de mí, esos grandes ojos magentas fueron lo último que vi al desmayarme, unos minutos después llegaron varias personas, algunos destacaban mucho por su apariencia.

- ¿te sientes bien? - me pregunto una amable señorita de ojos morados- ¿te duele algo? Está bien puedes decirme soy doctora- con cuidado quito la mordaza de mi boca, tímidamente negué- bien si te duele algo no dudes en decirme- me guiño el ojo izquierdo a lo que un pequeño sonrojo se apodero de mis mejías, asentí, un chico de cabellos burdeos se acercó a mí con una botella de agua embotellada y una lata de alimento humeante, me regalo una dulce sonrisa.

-no te haremos daño, estarás a salvo con nosotros- comenzó a hablar el de cabellos amarillos- rescatamos a las personas que podamos- se paró frente a mí.

- ¿s-saben que fue lo que paso? - susurre.

-no estamos muy seguros, pero ten pon seguro que no se detendrá pronto- hablo un chico de cabellos blancos una cicatriz en la cara.

- ¿Quiénes son? - pregunte temeroso.
-somos parte de la marina o bueno lo éramos hasta hace unos días, nuestro escuadrón se llama Hashibas- hablo el de cabellos plateados.

-no parecen militares- susurre tan bajo que creí que nadie escucharía.

- ¿Qué parecemos entonces? - tenía una sonrisa socarrona en su cara.

-pandilleros- volví a susurrar dudoso, sacando una carcajada de su parte.
-y tu pareces un triste ratoncito asustado- sonrió burlón- vamos come- dijo el hombre de ojos magentas- ¿te comió la lengua el gato? - se burló cruzándose de brazos.

-como demonios pretendes que coma si estoy atado de manos- era conocido por tener un temperamento voluble y ser contestón, que mi apariencia no los engañe, tengo un carácter odioso, unas risas discretas por parte de los presentes, quienes intentaban ocultarlas, los ojos del musculoso se agrandaron sorprendidos, el chico de cabellos amarillos me desato con cuidado.

-intenta alguna estupidez y perderás las manos- me amenazo de nuevo con su espada que desenvainó de su espalda.

- ¿crees que mataría a alguien de un botellazo de agua y con una lata? - alce una ceja volvieron a aguantar una risa.

-podrías tener algo oculto entre tus ropas- se acercó para encararme.

- ¿rescatas a un extraño y ni siquiera revisas si trae algo escondido? Valla militar - se rio como si lo que acabara de decir fuera gracioso.

-mocoso acabas con mi paciencia- se acercó con la espada apuntándome.
-mejor dinos como te llamas y algunas cosas sobre ti- intervino el chico de la cicatriz, deteniendo al grandulón.

-mi nombre es Zenitsu, tengo 18, no soy alérgico a nada, trabajaba en una tienda donde vendía libros, mi compañero salió a buscar ayuda y nunca regreso, mis parientes murieron hace un tiempo, soy malo en los deportes y me gustan los días lluviosos- finalice con una inocente sonrisa sin mostrar mis dientes.

-bueno Zenitsu, mi nombre es Rengoku, el de extravagante apariencia es Tengen, los hermanos Shinazugawa, el mayor Sanemi y Genya- los iba señalando uno a uno mientras yo comía con ansias- la doctora Kocho y su hermana Kanao, los hermanos Kamado, Tanjiro y Nezuko y por último Inosuke-.

Parásitos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora