Conflicto

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Prov Zenitsu

Maldita sea, me dolía la puta cabeza, aun no entraban los rayos del sol, pero ya estaba claro, me senté quejándome de la pesadez de mi cuerpo, a mi lado izquierdo se encontraba un mastodonte acostado boca abajo, sin camisa puesta, dejando ver su gran espalda y grandes brazos que abrazaban la almohada, me levante hacia el baño para lavarme la cara, me vi en el reflejo del espejo.

-dios soy un asco- con mi dedo índice derecho toque la horrorosa ojera de mi ojo izquierdo.

-un poco, pero es lo que hay- una burlona voz resonó a mis espaldas- ¿Cómo te sientes? - se acercó hacia mi espalda, sus manos se apoyaron en la fría cerámica del lavabo, rodeándome.

-me siento del asco- frote mi cara hastiado- no sé porque bebi tanto, a la próxima solo diré la verdad- vi a Uzui-san a través del espejo quien aún recién despertado se veía increíble- ¿Cómo demonios te ves tan bien recién despertado? - pregunté molesto.

-es un don- sonrió mostrándome sus perfectos dientes- te iré a preparar el desayuno- dejo un beso sobre mi cabeza, se dio la vuelta recogiéndose el cabello, varios recuerdos a medias vinieron a mi cabeza, siendo el principal estando yo sobre él, el resto todo se volvía confuso, me decidí darme una ducha fría, ayudo en algo, me cambie con ropa algo abrigada, al ir a la cocina vi a Uzui-san de espaldas sirviendo algo en una taza, al dar vuelta se sorprendió un poco- pensaba llevarte el desayuno a la cama- reí acercándome a él, lo abrace de su cintura apoyándome en su gran pecho.

-que asco parecen recién casados- apareció Inosuke con peor cara que la mía, me separe de él rápidamente avergonzado, Inosuke fue por una botella de agua y luego salió de la habitación no sin antes darme una mirada como incitándome a hacer algo, nos quedamos solos nuevamente, si parecíamos eso.

-ayer…- comencé- ¿hice algo indebido? – pregunté sin mucho interés.

-mmm ¿te gustaría que la respuesta sea negativa? – es un idiota cuando responde mi pregunta con otra pregunta.

-me gustaría la verdad- no quería verlo a los ojos, tenía una pequeña idea de lo que había hecho anoche.

-si te preocupa que hallas hecho o dicho algo indebido, no tienes por qué preocuparte, no hiciste nada- me veía a los ojos- aunque te portaste muy cariñoso- hablo burlón- jugaremos ese juego más seguido- río.

-nunca más volveré a beber- dije malhumorado, volvió a reír ofreciéndome la taza que tenía en su mano izquierda, la acepte viendo su contenido, un distinguible aroma a café inundo mis fosas nasales, emocionado gire a verlo.

-si lo se soy genial, pude conseguir un poco de café hace unos días, lo guarde para hoy, ibas a necesitar un poco- sonrió orgulloso- encontré unos granos de café, se los di a Tanjiro para que los pudiera plantar, con suerte en unos meses tendremos más café- dio un sorbo a la taza que tenía en la mano derecha.

-eso es magnífico- me apoye al lado de él, solo que, en vez de ver hacia la puerta, le daba la espalda, viendo hacia el jardín trasero- con el invierno tendremos que poner una pérgola sobre los cultivos, la nieve podría arruinarlos- se podía ver como algunos cultivos se asomaban de entre la tierra.

-si tienes razón- se giró para ver lo mismo que yo- empezara a nevar en cualquier momento- dio otro sorbo a su café- tenemos que estar preparados para abastecernos y encerrarnos- perdió su vista en el jardín- Kocho quiere hacer unos experimentos con los caminantes en unos días-.

- ¿no se tendrían que morir congelados? - pregunte tomando la mitad del líquido de la taza en mis manos.

-pues, deberían de haber muerto en las primeras semanas de convertirse, ya que la sangre no circula por ende tendrían que dejar de caminar, pero no están muertos del todo- me respondió, deje la taza sobre la mesa para frotar mis brazos -si tienes frio ¿no quieres entrar en calor? - su tono seductor me puso los pelos de punta, gire sorprendido hacia él, quien me veía de la misma forma que su forma de hablar.

Parásitos Donde viven las historias. Descúbrelo ahora