𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐍 𝐌𝐄 | ʳⁱᵛᵉⁿ [ᶠᵃᵗᵉ: ʷⁱⁿˣ ˢᵃᵍᵃ]

𝐱𝐯. no volverá a pasar

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( 𝘨𝘪𝘧: 𝘤𝘪𝘳𝘤𝘦 𝘣𝘶𝘮𝘱𝘴 𝘪𝘯𝘵𝘰 𝘳𝘪𝘷𝘦𝘯 )

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LA BRISA FRESCA CARGA LA PIEL DE CIRCE mientras sus rasgos están poseídos por un profundo pensamiento mientras mira a través de los terrenos de la escuela.

Tenía los labios fruncidos, zonificando la conversación de las otras chicas mientras sus pálidas piernas se extendían por el césped. Desde que Rosalind se había convertido en directora, muchas cosas habían cambiado ─ pequeñas y grandes.

Stella se había cortado el pelo, aunque Circe no estaba segura de si se trataba de un acto de rebeldía o de moda, pero le quedaba muy bien. Briar se había visto obligada a abandonar el colegio porque a sus padres no les gustaba el peligro que conllevaba, y ahora la suite de Circe se sentía mucho más vacía. Los pasillos de la escuela se convirtieron en algo más complicado por el miedo a reprobar las clases bajo las estrictas reglas de Rosalind. Y Circe tenía ahora que lidiar con su padre y con su madre.

Otras cosas, sin embargo, seguían igual.

Tres parejas seguían felizmente unidas ─ Bloom y Sky, Musa y Sam, y Stella y Echo ( aunque la rubia seguía queriendo mantenerlo en secreto para el resto del colegio). Beatrix seguía siguiendo todas las órdenes de Rosalind. Y Circe y Riven... bueno, eran Circe y Riven.

Hacían como si la otra no existiera, excepto en aquellas noches solitarias en las que se encontraban accidentalmente en un pasillo vacío y recordaban el fuego que solían tener. Eran esos momentos en los que Circe deseaba que las circunstancias fueran diferentes ─ cuando sus cuerpos se deslizaban el uno en el otro, cuando él susurraba su nombre, cuando la abrazaba como si fuera todo su mundo.

Pero esas noches nunca duraban, pues Riven siempre se iba. Y así los dos seguían atrapados en ese círculo vicioso, de no hablar nunca de sus sentimientos y de herirse mutuamente de formas inimaginables.

Y quizás Circe quería más que eso.

—Van a enviar a Silva a Polaris—.

La voz de Stella sacó a Circe de sus profundos pensamientos y levantó la vista cuando la rubia tomó asiento junto a Eco. Las manos de Circe se cerraron en un puño, clavando su mirada en la hierba. ¿Cómo es posible que siempre pierda a las personas que le importan?

—¿El Norte Helado? Es una sentencia de muerte—.Musa afirmó, retorciéndose incómoda al sentir el alcance de las emociones de Circe.

—No es justo—,murmuró la rubia, tirando de las hebras de hierba.—Conozco a mi padre ─ dijo él, que lo habría matado. Silva sólo se estaba defendiendo. Además, no es que haya tenido éxito—.