𝐌𝐎𝐍𝐒𝐓𝐄𝐑 𝐈𝐍 𝐌𝐄 | ʳⁱᵛᵉⁿ [ᶠᵃᵗᵉ: ʷⁱⁿˣ ˢᵃᵍᵃ]

𝐢𝐢. el mundo entero está enamorado de ti

EL MUNDO ENTERO ESTÁ ENAMORADO DE TI
también conocido como: episodio uno - con un hada, de la mano

parte dos

Circe no estaba segura de lo que sentía por sus compañeras de habitación. Las otras dos chicas eran completamente opuestas, y Circe agradecía que todas tuvieran habitaciones separadas para tener algo de intimidad. La chica rubia se había encerrado en la suya; Sky la llamaría erizo huraño si la viera ahora, escondida. Ese pensamiento hizo que Circe curvara el labio, recogiendo su pelo atado hacia atrás mientras enderezaba su postura.

Querer demostrar que Sky se equivocaba era algo que alimentaba a Circe.

Cerró la puerta de su habitación de un portazo, haciendo que sus dos compañeras de piso levantaran la vista. Circe sonrió torpemente y se acercó a las chicas mientras metía las manos en los bolsillos de su uniforme de Especialista. Tres chicas: una especialista, un hada y una mezcla de ambas.

—¡Hola! Un placer conocerlas. Soy Briar, la especialista de siempre. No es que serlo sea habitual, se necesitan habilidades específicas y estoy muy agradecida de estar aquí y...—, dijo una de las chicas, estrechando la mano de Circe. Circe miró a la otra chica, el hada, que le envió una sonrisa divertida antes de encogerse de hombros. De repente, Briar se sonrojó y dejó de hablar. —Lo siento. Cuando estoy nerviosa, hablo sin parar. Nuestra primera clase va a empezar pronto y estoy hecha un desastre. ¿Y si se dan cuenta de que soy un fracaso?—

—Oye—,dijo Circe, apretando el hombro de Briar para tranquilizarla.—Todo irá bien. Yo también voy—.

El hada, que no se había presentado, se giró para mirar a Circe desde donde estaba sentada.—Espera, ¿no eres un hada? La hermana de Sky—.

Circe se encogió ante su atención.—Lo soy. O se supone que lo soy. Pero mi magia es una mierda, así que también se me permite entrenar con los Especialistas—.

—Eso no es justo—,replicó el hada con altanería, olfateando con la nariz.—Por cierto, soy Eco. Hada del aire—.

La chica rubia sonrió.—Circe. Hada de la luz. O, ya sabes, se supone que lo soy—.

Echo resopló, y fue el turno de Briar de apretar el hombro de Circe en señal de consuelo.—Oye, estoy segura de que al final conseguirás que tus poderes funcionen—.

—O nunca—.Añadió Echo.

—¡Echo!—exclamó Briar, enviando una mirada a la chica de piel oscura antes de negar con la cabeza a Circe.—No quería decir eso, Circe-—.

—Lo hice. Y no me digas cómo debo sentirme—.

—¡Vaya, mira qué hora es! Deberíamos irnos a nuestra clase!—exclamó Briar, ahogando los pensamientos pesimistas de Echo mientras agarraba a una divertida Circe por la muñeca y la arrastraba fuera del pleito compartido. Una vez que cerraron la puerta, dejando a una aburrida Echo en el interior, Briar envió a la hada adolescente una mirada de disculpa.—Lo siento por ella. Puede ser... intensa—.