E҈s҈t҈r҈e҈s҈

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Inglaterra susurró algo al oído de Reino Unido antes de alejarse en silencio hasta su lugar, Reino Unido por su lado controlo su impulso de hacerle muecas al más viejo y con la calma y elegancia que se le inculcó se acercó a Francia quien se encontraba acomodando su boina con una mirada molesta.

—Hey, señor Francia— saludo casual.

Los nervios flotando a pie por sus acciones, sabe que su abuelo lo mira con desaprobación, su forma de dirigirse a Francia no es la inculcada, pero también sabe que Francia prefiere más ese saludo. El francés al escucharlo voltea a él, sonrie ladino y espera a que el más joven este cerca.

—¿Qué tal muchacho? ¿Todo bien con ese hombre?— su melodía estable y seria erizando la piel del inglés.

Yesel suave aullido sacando una carcajada de lo profundo de su garganta, Reino Unido quiso que la tierra lo tragara cuando identifico el sonido provenir del francés —Quiero decir, todo bien, el señor Inglaterra se ha molestado por la técnica, pero he conseguido la información suficiente, yo—

—Ya es hora Francia, deja de jugar con el niño— la molestia en la voz de Egipto captó la atención de Francia.

—Oh, voy en un segundo— Francia se dirige al egipcio —Te escucho— el chasquido de labios por parte del africano llamo la atención de ambos.

Reino Unido sintiéndose un poco mal por hacer que Francia pasará un mal rato —Esta bien señor Francia, usted tiene que entrar, lo que sea que iba a decir puede esperar a la reunión— Francia asintió si cuestionar nada dando una palmada en su hombro al momento de pasar a su lado. Está acción le recordó al inglés lo ocurrido en la habitación, ese sujeto había dicho su nombre y sin titubear.

Un extraño escalofrío corrió por su columna, muerto de curiosidad se acercó a Australia sin intención de iniciar una conversación y sin ganas de recibir miradas de odio o desaprobación, Australia se encontraba lejos de todos esperando a que todo acabará pronto, molesto por no haber podido obtener información y arruinarlo todo tan pronto.

Argentina un poco cerca de ellos movía su pie derecho con insistencia mirando un punto ciego, él y Tonga, a diferencia del resto parecían incómodos y desesperados por qué todo acabará, el tongano miraba cada tanto una foto entre sus manos que temblaban con insistencia, Reino Unido no supo de quién era la foto. A lo lejos, Rusia y el resto mantenían una tranquila conversación, por otro lado CIA y ONU hablaban sobre -posiblemente- la información del caso.

Dejo de observar su entorno al sentir la cabeza de Australia sobre su hombro, volteo a verlo, ojos rojos, cara maquillada, posiblemente buscando tapar las ojeras y moretones de la última vez que lo vio. Se sintió bien -no porque su “hermano”/“tío” estuviera en esas condiciones- es que Australia hace tiempo había desarrollado un miedo irracional al contacto físico, no era nada grave, si era tratado con un experto podía curarse y sabe que ha estado tomando esas citas médicas, pero eso no quita el hecho de que Australia odia aproximarse mucho a alguien, el que el australiano se haya recargado en su hombro lo hace sentir bien porque eso significa que está avanzando o se siente en confianza con él -aunque aún siga negándose a decirle quien es su agresor-.

Reino Unido no intenta abrazarlo, sabe que es mejor no hacerlo, se conforma con solo sonreír levemente mientras sigue pensando en lo que pasó allá adentro, con la mirada fija en la puerta de acero.

Francia por su lado estando junto a Egipto intenta no estropear las cosas y hacer un mejor intento del que hicieron el resto. Para suerte de ambos, el sujeto parecía tener la intensión de entablar una conversación con ellos. Es así como el hombre enmascarado habla primero no olvidando hacer señas para ser entendido.

—O ku tuz ne le uterr il chill bitched o curre, ne curre le pincles

Francia asintió pensativo, si bien había entendido poco lo que el hombre intento comunicar, aún habían cosas que quería aclarar, mientras Egipto solo observaba el área en busca de puntos débiles o cámaras de seguridad.

—¿Y cómo se siente?— la pregunta de parte del africano sorprendió a ambos hombres. Francia lo mira con deje de duda —Estar encadenado cómo si fueras el enemigo, apresado, privado de tu libertad, ¿Cómo se siente?— sin querer ver al francés continuo hablando con las manos en los bolsillos de la sudadera.

Hasta el momento había visto solo una cámara por encima de la única puerta, dos bocinas en las esquinas y ninguna ventana o micrófono, eso significaba que podrían hablar de cualquier cosa y solo decir lo que se les plazca en la reunión. Obviamente ese es el plan de Egipto, solo falta convencer al francés de estar de su lado -aunque eso no será difícil-.

Ochti nurrasla falta de sentimiento en su voz hacia evidente que no creía que realmente le importará al egipcio.

—Sí, este lugar es terrible— menciona Egipto.

—¿Qué crees que haces?— el susurro molesto de Francia lo interrumpe.

Entonces, Egipto voltea a verlo —Vamos Francia, somos libres de decir lo que nos plazca estando aquí, solo hay una cámara, pero no hay micrófonos y a través de esta puerta no sale ninguna palabra, solo actúa normal y nadie sospechara— un vano intento por convencer al francés.






Australia sufre de abusos, y ha desarrollado hafefobia de manera moderada, solo Reino Unido sabe de esto y es gracias a él que el australiano no ha ampliado su fobia.

Australia si está tratando su fobia.

ෆ⁠╹⁠ ⁠.̮⁠ ⁠╹⁠ෆ

¿Quién es él?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora