¿Quién es él?

U҈n҈ A҈t҈a҈q҈u҈e҈ I҈n҈v҈a҈s҈i҈v҈o҈

Tonga suspiró aliviado una vez las puertas fueron cerradas tras la salida de Japón y lo admiro internamente más que nunca por su enorme valentía, de verdad que no sabía de dónde sacaba tanto coraje para mirar a alguien así sin temblar de miedo.

Japón por su parte dedico una sonrisa victoriosa a Argentina quien se revolcó en su miseria, es el único latino ahí presente, quiere hacer las cosas bien en nombre de sus colegas, demostrar que los latinos no solo son holgazanes, fiesteros, despreocupados y valemadristas, que como latino también es capaz de ocuparse de asuntos serios, pero está vez metio la pata.

CIA dió la instrucción de que la próxima pareja se preparará para entrar. Es así como un calmado chino se acerca a la puerta en compañía de Rusia, ambos mantenían un semblante apacible, sin intenciones negativas o con signos de nervios.

Cuando las puertas se abrieron frente a ellos, cómo dos soldados tomaron marcha casi al mismo tiempo hasta quedar frente al sujeto, quien permanecía de pie con la cabeza en alto para mirar al rostro a ambos hombres.

El silencio perduró por un momento, hasta que Rusia decidió hablar.

—¿Qué hacías en la capital de América?— a diferencia del resto, no tenía intenciones de ser blando.

Eso molesto al sujeto, ¿Lo estaba considerando una amenaza? Pues ahora sería la amenaza.

—Na' chinea, no odu porrozcu, la tuzchka quickling—

China decidió interferir antes de que Rusia arruinara las cosas —¿Cuál era tu intención al llegar a la capital de América? ¿Y porque atacaste a los oficiales?—

El sujeto cambio su expresión aunque eso ninguno de los países lo noto gracias al saco que usaba, para él era extraña aquella situación, los últimos hombres que se acercaron a él no mostraban negatividad, tampoco parecían buscar sacarle información.

Más bien, aparentaban buscar pistas de forma "pacífica" pero esos tipos frente a él. No, ellos iban a pararse al frente suyo con caras intimidantes para juzgarlo cómo si fueran dioses a punto de otorgarle un castigo divino. La extrañeza en su rostro se distorsionó a una muestra de enojo y sus puños formaron un perfecto moretón casi instantáneo sobre una de las mejillas del ruso quien tambaleante termino cayendo encima del chino.

—Ya toya no tuchnia, oleska na li dorra—

—Bajate. Rusia, pesas— a duras penas conseguía quejarse el chino.

Rusia hizo caso al ver que su compañero perdía el aire y una vez se puso de pie, volvió a caer encima del chino quien golpeó su cabeza contra el suelo y perdió el poco aire que acababa de recuperar.

—Noch ti la coxtli poturro—

—CIA no exageraba, él realmente se mantiene a la defensiva— susurro China.

No porque quisiera mantener sus palabras solo entre él y el ruso, más bien porque el peso del ruso a duras penas le deja hablar, empuja a Rusia por los hombros, quien no muestra interés en colaborar a pesar de que el chino insiste en que lo haga.

Y es que como iba a querer hacerlo, si Rusia estaba encantado con la vista que tenía, China, debajo suyo tratando de moverlo y recuperar el aire, era tan gracioso, pero en cuanto reacciono que el chino cada vez perdía más fuerzas decidió hacerse a un lado en lugar de intentar pararse, fue entonces dónde China pudo recuperar el aire, tosiendo un poco en el proceso de su libertad.

Los guardias al otro lado de la puerta tras haber escuchado los golpes y bajo la señal de su superior ingresaron rápidamente a la habitación para sacar casi a rastras a ambas representaciones.

Nueva semana, nuevo capítulo.

Aqui estamos de regreso, intentando retomar este libro.

Por hoy solo digo, que China es demasiado débil y Rusia demasiado pesado, incluso frente al Country más fuerte termina siendo una gran carga.

Por cierto, ahora dejaré lo dicho por nuestro hombre misterioso en los comentarios, para que sea más fácil la comprensión del capítulo.

Sin más que decir, preparaos, por qué en el siguiente cap se nos vienen las teorías con la próxima pareja.

ෆ╹ .̮ ╹ෆ