Capítulo 14: Contra el Instinto Animal

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Llevaban unos minutos observando a Perry en el veterinario. Phineas, Ferb e Isabella -que los acompañó- observaban como el ornitorrinco era examinado por el veterinario. Candace alzaba la vista de vez en cuando de su celular para ver como marchaba todo. Para su mala suerte sus padres estaban ocupados ese día y le pidieron que acompañara a Phineas y a Ferb. No solo le desagrada la idea porque tenía planes, sino porque si sus hermanos estaban en lo cierto -cosa que suele ocurrir- ella tenía que encargarse de los detalles de todo eso de conseguir una pareja para Perry, ya que Phineas y Ferb son solo niños.

-¿Y bien?-le pregunto Phineas al veterinario, quien era un hombre viejo y de apariencia despreocupada. Observaba las dichas heridas del ornitorrinco que ya casi no tenían visibilidad.

-¿me dices que estaba en lugares estrechos, no?-le pregunto de vuelta.

-Si, incluso logró entrar en la chimenea.-le comento.- Fue raro que pudiera llegar hasta allí.

-Parece que este amiguito tiene mucha habilidad para llegar a esos lugares, pero está bien. Se repondrá de sus heridas.- dijo dando por terminado ese tema.-Con respecto a lo que estaba haciendo. No tiene nada de malo, ni tampoco representaba algo concreto. Posiblemente, solo buscaba una nueva forma de divertirse.-explicó una posibilidad.- Pero si aun quieren salir de las dudas, lo podrían presentar a otras ornitorrincos hembras. Así sabremos si está interesado, ya que está en edad de tener pareja, incluso hijos.

Phineas y Ferb intercambiaron miradas dudosas. El veterinario dijo que no era nada malo, pero él no sabe lo que quiere Perry. Pensaron en que sería mejor que él decidiera.

Ambos asintieron y dirigieron su mirada a Candace.-Está bien, pero que sea rápido.-dijo resignada.-Tengo una cita en 1 hora.-aclaro mientras mandaba un mensaje por su celular.

-Entonces, síganme...-dijo el veterinario caminando hacia una puerta trasera, dejándolos pasar.

-Que conveniente que tienen más ornitorrincos aquí.-dijo Phineas mientras cargaba a Perry.

-Sobre todo siendo un animal tan extraño y exótico que está en peligro de extinción.-comentó Ferb mientras ingresaban a la sala de atrás. Era una habitación aún más grande que la anterior donde figuraba un enorme mesón en el centro y a su alrededor varias jaulas con diferentes tipos de animales. Dejaron a Perry en un gran mesón, mientras el doctor se dirigía a una de las jaulas. Extrajo a una ornitorrinco que se veía totalmente pasiva al contacto con el veterinario, parecía muy acostumbrada a los humanos.-Está en una hembra de apenas 4 años, se llama Anna.-comentó el hombre antes de dejarla a unos metros de distancia de Perry, esperando que uno de los dos dé el primer paso.

-Aaahh...-suspiro Isabella.-es tan bonita.-dijo observando, principalmente los ojos claros, aunque básicamente era idéntica a Perry.

Ambos animales se quedaron en completa quietud por unos segundos hasta que la ornitorrinco dio apenas un pequeño paso hacia Perry, sin embargo este se alejó por completo hacia el otro extremo de la mesa. La hembra se detuvo al observar el comportamiento del otro ornitorrinco, lo pensó un poco y dio otro paso más hacia él. Por su parte, Perry se acercó aún más a la orilla de la mesa. Nuevamente, se detuvo a pensarlo y luego avanzó hacia Perry, solo que esta vez se acercó un poco más hacia él. Este al verla tan cerca camino hacia el otro extremo de la mesa, sin embargo al ver que esta lo seguía y al no ver escapatoria decidió saltar de la mesa.

-¡Perry!-exclamo Phineas al mismo tiempo en que lo agarraba en el aire.

Ante esa reacción hubo una señal de decepción general de los presentes.-Caray, ni siquiera la quiere cerca.-dijo Candace sorprendida, ya que Perry suele ser siempre amable.- ¿Qué tendrá ella que no le agrada?

El Agente OrnitorrincoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora