Capítulo 24: La carta

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El ornitorrinco seguía sentado frente a la pantalla de su ordenador. ¿En realidad había renunciado a pelear por Doof? Basto un par de minutos para digerir por completo el mensaje de Peter.

Rápidamente, se puso de pie y extrajo de su sombrero la carta que había escrito. Corrió hacia la salida de su base para adentrarse a los pasillos de los cuarteles. Mientras avanzaba levanto su mano para ver la hora en su reloj. Eran las 9:05am, la mayoría de los agentes ya debieron de haber llegado. Al doblar en una esquina resbalo y cayó a lo largo que quedaba del pasillo.

-Lo siento agente P.- le dijo Carl que había dejado de trapear.-

Perry solo lanzo una mirada despectiva desde el suelo, pero nuevamente se levanto y siguió corriendo ignorando lo que sea que haya dicho el interno de medio tiempo.

Después de correr un unos segundos, se detuvo al ver caminar frente a él a su ex enemigo al otro extremo de la sala. No había ningún otro agente. Era ahora o nunca. Inhalo profundamente y se dispuso a acercarse a Doofenshmirtz.

Una vez junto a él, jalo levemente el pantalón del hombre para llamar su atención. Este se miro sobre su hombro, luego un poco más abajo a la altura del ornitorrinco. No dijo nada lo observo con una mirada dudosa.

Su estomago estaba hecho un nudo y un revoltijo al mismo tiempo, le temblaban las rodillas y estaba seguro que si hablara se notaria su nerviosismo. Por otro lado Doofenshmirtz lo observaba ignorando completamente lo que estaba a punto de hacer el ornitorrinco. Perry respiro profundamente y rápidamente le entrego la carta a su antiguo enemigo.

Él la recibe y analiza la carta sin comprender, el sobre decía para: Heinz Doofenshmirtz, pero sus ojos se detuvieron en el sello de corazón. De inmediato, cruzo su mirada con el ornitorrinco y sonrió un poco apenado.- mmm...no sé cómo decir esto...-comenzó a decir un tanto apenado.-Es muy halagador, pero voy a tener que rechazarte.- dijo hincándose a la altura del animal.- y no porque seas un ornitorrinco y yo un humano, no te lo tomes a mal.-dijo aclarando ese punto.-Sino es porque me gusta alguien más...

Lo primero que se le paso por la mente es ahorcar a Peter el Panda, ni siquiera se dio el tiempo de verificar el mensaje que le mando, simplemente estaba tan feliz que solo corrió para buscar a Doof y ahora sentía que ese panda había ganado. Apretaba sus puños con ira, frustración, decepción, la verdad no sabía qué era lo que sentía.

-Lo curioso...-dijo Doofenshmirtz llamando la atención de Perry.-...es que quien le gusta es un ornitorrinco, así que no discrimino a tu raza...-el ex científico continuaba hablando y hablando, y Perry no comprendía que rayos estaba diciendo ¿Le gustaba un ornitorrinco, pero no él? ¿De dónde rayos conocía a otro ornitorrinco?-...la verdad, nunca te había visto antes en la O.S.B.A ¿Eres nuevo?

Ahora sí que estaba perdido, incluso miro sobre su hombro para ver si le hablaba a alguien más, pero no, estaban solos en ese pasillo.

-¿Sabes? Hay otro ornitorrinco en la O.S.B.A, podrían ser amigos.- Perry hacia el mayor intento de adivinar lo que le ocurría, pero no encontraba ninguna explicación.-...Se llama Perry el ornitorrinco. Bueno, no digo que los ornitorrincos deben ser amigos entre de los ornitorrincos...

Después de oír su nombre no escucho nada mas, con su cara de indiferencia llevo su mano hacia su cabeza para confirmarse a si mismo lo que ocurría. Y así lo era. No llevaba puesto su sombrero.-"Por supuesto que no lo iba a reconocer..."-pero ese pensamiento se desvaneció al instante al recordad lo que le acababa de decir. Le gustaba un ornitorrinco... No tenía conocimiento de otro ornitorrinco cercano al científico, por lo que su conclusión lo llevo a bajar la cabeza para que lo evitara ver completamente sonrojado. ¿Era él? Tenía que ser él. Sería hipócrita de su parte creerlo, pero lo hacía tan feliz. A pesar de que su confesión había fracasado estaba feliz. Tan simple como eso.

-...y eso. Bueno, creo que estoy desvariando. En fin, lo siento amiguito.- Doof le entrega la carta al ornitorrinco. Perry la recibe y sonríe sin poder contener su alegría. Y deprisa se va corriendo por los pasillos. Intentaba mantenerse tranquilo, pero primero lo primero, debía ir a buscar su sombrero y ya tenía una idea de donde había perdido su sombrero. Corrió aun mas rápido hacia la esquina donde había resbalado hace unos instantes.

-Wow... ese ornitorrinco debe estar perturbado.- se dijo Doofenshmirtz al ver como se alejaba alegremente el pequeño animal a pesar de haber sido rechazado.

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Perry había regresado a su guarida a guardar la carta que le escribió a su ex enemigo e igualmente cogió su carta que había escrito para su cámara, el agente C de Australia. Ahora se encontraba en una fila junto a otros agentes que esperaban su turno para entregar sus cartas.

A pesar de todo lo ocurrido en las últimas horas, el ornitorrinco se sentía extrañamente bien. Tal vez no le había entregado la carta, pero se entero de algo mucho más especial. A fin de cuentas fue Doofenshmirtz quien se confeso, y con eso le bastaba. Lo malo es que el científico no lo había reconocido por lo que nunca supo que se confesó. Sabía que no había forma de que él comprendiera lo que había ocurrido. Nunca lo pudo reconocer sin su sombrero y nunca lo reconocería.

-Hola, amigo.- dijo Doofenshmirtz mientras saludaba al agente Conejo. Siempre que Doof llegaba se hacía notar ya que era el único agente que hablaba aparte del agente Loro. Varios agentes se voltearon para verlo, ya que se había hecho amigos de muchos, Perry por su parte no le prestó mucha atención sino que siguió esperando su turno para entregar su carta.-Mira, encontré unos ocelotes en Druselstiense que son agentes de otra O.S.B.A.-le decía alegremente a otros agentes junto a él.

Perry sonrió al escuchar todas esas cosas que decía el científico, no sabía como lo hacía, pero de alguna forma sus comentarios-por más absurdos que fueren- lo hacían feliz. Era el turno del ornitorrinco y dejo caer su carta por el buzón. Una vez hecho eso, procedió a retirarse.

-Perry.- lo saludo el científico que lo vio al inicio de la fila. Camino pasando entre todos los agentes, que se quejaban por saltarse su turno.-Oye, lo de ayer, no era mi intención entremeterme, pero hable con Peter y...- comenzó a decir, pero se detuvo al notar que había captado toda la atención de los agentes. -¿Podemos hablar? ¿En privado?-le pregunto mientras hacia una seña para alejarse del lugar.

Perry se agarro la cabeza avergonzada por tener el interés de todos los agentes. Pensaba que el científico no tenía remedio, sin embargo asintió aceptando su propuesta. Antes de irse Doofenshmirtz inserto su carta en el buzón, causando más quejas de los agentes. Ambos caminaron un par de metros de los animales que parecían murmurar entre ellos.

-mmm...hable con Peter el otro día.-dijo con un tono más serio, llamando por completo la atención del ornitorrinco.-Creo que tampoco le agradas mucho.- dijo un poco en broma, pero hasta él sabía que no tenia gracia.-Veo que es complicado.- hizo una mueca de preocupación. Perry ya lo sabía pero aun así se entristeció por poner a Doofenshmirtz en medio de los dos. Vio la expresión del ornitorrinco, y rápidamente siguió hablando.- Pero no pasa nada. Solo voy a tratar de que ambos no estén cerca.-rio un poco nervioso al pensar como lograría eso.- bueno, en realidad lo digo más por Peter. No me lo dijo pero, ¿Supongo que él empezó toda la pelea, no?-le pregunto a su amigo que lo vio un poco sorprendido.-No creo que tu hicieras algo como eso.

Perry asintió y sonrió. Doof lo conocía bastante, aunque suponía que sabría que él le respondió el golpe. Perry no solía caer tan bajo como para iniciar una pelea con otro miembro de la O.S.B.A. La verdad, estaba seguro que solo caía bajo con cuando se juntaba él, y nadie más.

-Oye, ¿Has visto a otro ornitorrinco trabajando aquí?-le pregunto cambiando el tema repentinamente. Perry suspiro y tomo su sombrero, se lo acomodo de modo que se cubriera más el rostro y solo negó con la cabeza.

-Yo vi uno en la mañana y me dijo... bueno, eso no importa, es solo que era un poco raro.- comenzó a comentar sin notar la cara de paciencia de Perry. Por más que se conocían, Perry a veces olvidaba que Doofenshmirtz se le pasan unos detalles sobre él, sobre todo cuando no tiene su sombrero.

El Agente OrnitorrincoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora