Capítulo 34: Bolos

67 14 2
                                    


Se podría decir que estaban bien. Habían "resuelto" temporalmente el problema que tuvieron hace unos días. Aun así la mente de Perry el ornitorrinco seguía bordeando el asunto sin llegar a una decisión clara.

A pesar de que ambos habían estado de acuerdo en continuar su relación, no estaba seguro de que hacer. Por un lado, no sentía correcto seguir la relación, pero por otro lado tampoco quería terminar.

¿Y cómo hacerlo? Era incapaz de lastimar a Doof, después de todo ya lo había intentado y ni siquiera pudo decírselo.-¿Perry?-dijo Doof agitando su mano frente al rostro del agente.-¿Perry el ornitorrinco?-este agito su cabeza y vio sorprendido al científico que buscaba llamar su atención.-Es tu turno.

Miró a su alrededor solo para notar que los ojos de todos los agentes presentes estaban en él. Casi olvidaba por completo que se encontraba en los bolos, después de todo desde que M.E.R.M.E.L.A.D.A. había caído todos en la agencia tenían más tiempo libre. Es por ello que decidieron ir la mayoría de los agentes a jugar a los bolos.

El ornitorrinco se puso de pie y tomo una bola, olvidándose por un momento de sus pensamientos, se concentró en el juego. Tomó unos segundos para prepararse y lanzar. La bola fue directo por el centro del carril hasta golpear los pinos, dejando todos en el piso. Los que se encontraban en el equipo de Perry celebraron por ponerlos en ventaja, mientras que otros se lamentaban por quedarse atrás en el marcador.-Wow. Eso estuvo increíble.-comentó Doof a pesar de estar en el equipo con desventaja.-Me gustaría poder hacer eso. En realidad soy bastante malo.-dijo admitiendo sus capacidades. La verdad solo había ido para divertirse a pesar de ser un total desastre en los bolos.

Perry sonrió y aunque había hecho chuza llamo a Doof con la cabeza señalando que lo siguiera. Se dirigió a buscar una nueva bola y se acomodó en un carril que nadie estaba ocupando.

Mientras los demás agentes continuaban con el juego, Perry acomodo a Doof en la pose inicial para poder tirar. Movió su brazo hacia atrás y su cabeza hacia adelante. Una vez en la pose, el ornitorrinco le pone la bola en la mano y le corrige la forma de hacerlo.

Toco levemente la mano de Doof y una ajena sensación lo nublo fugazmente. El ornitorrinco miro a su alrededor discretamente para ver si alguien más sintió lo que el sintió o si solo era cosa de él. Se ruborizo un poco por la vergüenza al ver que todo seguía normal. Continuo ayudando a Doof con la otra pose, Perry la observo por unos segundos y procedió a corregir su brazo, el pie y finalmente la cadera.

Nuevamente sintió la extraña sensación y esta vez no podía decir que era vergüenza ni nada por el estilo. Sin vacilar y sin dudarlo tocó al científico como si nada, como si no fuera importante mantener su postura. No le importaba lo que dijera Doof o los agentes que miraban la escena, porque esa simple sensación de estar junto a él y tocarlo se sentía muy bien. Quería seguir así.

Lo estuvo observando atentamente todo ese tiempo. Doof debió sentir la mirada del ornitorrinco sobre él, ya que terminó fijando sus ojos en el agente y sus miradas se cruzaron. Él no sospechó que le ocurría algo al ornitorrinco e ingenuamente sonrió amistosamente -ignorando el revoltijo de emociones que estaba sintiendo el ornitorrinco.- tal vez pensaba que simplemente lo estaba ayudando a jugar. Perry el ornitorrinco le sonrió cómodamente de vuelta como si nada. Tal vez demasiado cómodo para ser cierto. ¿Qué le ocurría? Últimamente se estaba sintiendo raro cuando estaba cerca de Doof. No era la típica vergüenza que le daba en público sino todo lo contrario. Sentía la necesidad de estar más cerca de él, a pesar de todo.

Acercó su mano hacia la cara del científico para continuar ayudándolo en su postura. El más leve tacto con su piel lo estremeció por completo. Esa sensación era tan absorbente, que ni siquiera logro notar que estaba acortando el espacio entre él y Doof.- ¿Perry?-lo llamo fingiendo la mayor normalidad, a pesar de estar completamente nervioso por las acciones del ornitorrinco frente a sus compañeros agentes.

Afortunadamente para él y para Doof, volvió en sí antes de que hiciera algo de cual podría arrepentirse. Ante lo que suponía era la mirada de algunos agentes, se cacheteo mentalmente y sacudió su cabeza apesadumbrado. Terminó bruscamente el contacto con Doof y se alejó de golpe.

Decidió no mirar a sus espaldas a los agentes que observaban la escena. Solo esperaban que no fueran muchos.-¿Y... ya está?- pregunto Doof al ornitorrinco ya que lo había dejado en esa posición un tanto incómoda. Ante la pregunta, Perry asintió fingiendo que todo estaba bien. Aunque se veía algo agitado.-¡Genial!- dijo poniéndose de pie de forma normal.

Doof continuo practicado paso a paso los movimientos, mientras Perry se empeñaba a observar.

Cada movimiento, cada detalle de su cuerpo lo grababa en su cabeza. Cuando menos se dio cuenta, nuevamente estaba a sólo unos pasos de él. Se detuvo en seco y retrocedió unos pasos hasta llegar a su lugar. Se cruzó de brazos y bajó la cabeza mientras se regañaba mentalmente. ¿En qué rayos pensaba? Doof solo practicaba para jugar bolos. No era para nada especial.

Pero... ¿por qué actuaba así? Se supone que estaba convencido en que la relación estaba mal. ¿Por qué hacia eso? ¿Sería su subconsciente que quería decirle algo?

Uno de los agentes, el agente Rata para ser exactos, le chiflo a Doof para advertirle que era su turno. El científico se dirigió entusiasmado al carril. El ornitorrinco vio como simplemente pasó caminando frente a él, sin embargo y al parecer fue suficiente para que se volviera a estremecer y su corazón latiera muy fuerte.

Apretó fuertemente sus dientes sin saber por qué. Algo le pasaba ¿Pero qué?

Pensó que su fase de adolescente de ruborizarse como idiota y sentirse estúpido ya había pasado y se había dado por terminado cuando se confesó. Pero al parecer no había terminado ahí. Suspiro hastiado por la situación. Había tanto que debía aprender de esto.

Era el turno de Doof, se preparó y sigo las indicaciones de Perry le había dado. Lanzo la bola por el carril, impactando con los bolos.- ¡Sí! -celebro Doof.- ¿Vieron? Logre tirar la mitad.-dijo alegremente, al parecer era todo un logro tomando en cuenta que nunca fue bueno para ese juego.

Varios agentes -de su equipo- le aplaudieron para felicitarlo. El científico fijo su vista en Perry y le sonrió. Como respuesta, el ornitorrinco le devolvió la sonrisa y levanto el pulgar.

Extrañamente la sensación que tenía Perry desapareció. Aunque aún se sentía raro por lo ocurrido Por un lado estaba aliviado, pero por otro lado no sabía que le había ocurrido.

Siguió a Doof con la mirada y no pudo evitar sonreír otra vez. Aunque se había dicho a si mismo que debía terminar esta relación, y a pesar de que aún no encuentra una forma de hacerlo sin perjudicar a Doof, al menos podía agradecer que habían momentos como esos en que lo pasaban bien juntos.

El Agente OrnitorrincoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora