COBARDE

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John

-Lastímame como a todos los demás-

Mi mente se sacudió y aquellas palabras golpearon cada pensamiento que tenía. Había olvidado por qué había hecho todo esto, la razón por la cual sacrifique a tantos por la seguridad de uno.

¿Había valido realmente la pena? Claro que no, pues al final de cuentas volví a quedarme solo, volví a perseguir ese deseo de destruirlo todo, nada había cambiado, era el monstruo y ellos eran las víctimas, pero para mí era todo lo contrario.

Me habían lastimado, humillado y traicionado muchas veces, siempre intente salir adelante, dejarlo atrás y enfocarme en mejorar... pero ¿para qué? Para que intentaba ser alguien que no soy, para que intentar darles lo mejor de mi si al final me abandonaran. No lo valía.

No merecían esto y yo tampoco, ¿Por qué soy así?, porque ellos pueden lastimarme y yo no puedo hacer lo mismo... No es justo.

Ellos se destruyen así mismos todos los días sin importarles nada, ¿Por qué debería siquiera interesarme? Ahora ya lo habían resuelto ¿no es así? Su respuesta fue la "Casa segura" creada bajo un principio falso, no aprendieron solo me temieron, no cambiaron, los obligue a cambiar. Había hecho un buen trabajo.

-No lo vales, nadie aquí lo vale- Mi respuesta seca ante su sufrimiento los sorprendió.

La cara de asombro de aquella peli magenta adornaba todo a mi paso.

-Zeke déjalos-

Lentamente baje mi mano, me había cansado de huir una y otra vez, estaba arto de eso y muchas cosas más. Solté su camisa, ahora por primera vez en dos años no quería verla, era un desperdicio de mi tiempo.

-Me larg...- Un aura apareció a la vista

-¡VETE A LA MIERDA!- Una violenta ola de energía se propulso hacia mí, lo sabía quería sacarme de ahí, quería alejarme de todos ellos... pues al final de cuentas él también me temía.

Me moví tan rápido como mi cuerpo pudo y gracias al cambio de fase lo hice como un rayo saliendo del alcance de esa onda.

Aparecí frente al, su mirada de asombro genero asco en mi interior, era inferior a mi y siempre lo seria.

Lance un golpe a su estómago lo más rápido y fuerte que pude provocando qué sangre saliese de su boca y este mismo se doblara por el dolor.

-Inútil-

Lo remate con una patada a su nariz y con eso había quedado inconsciente, era tan débil y yo tan poderoso, esa era la diferencia entre nosotros, el poder.

El poder que tanto me esmere en ocultar, lo sabía, en cuento volviera a usarlo todo se iría al carajo y finalmente sucedió.

-Llévenlo a la enfermería, lo necesita-

-Y en cuanto a ustedes... ya no los molestare más, pueden hacer lo que quieran-

Con cansancio suspire, estaba muy agotado mentalmente y no era para menos. El cambio finalmente asomaba a la distancia, sin embargo, no era para veneficio de las multitudes, era mi momento de salir de esta porquería llamada "Oscuridad" 

SanarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora