Elaine
¿Que tanto puedes llegar a conocer alguien realmente? Una misma pregunta me repetía en mi mente, a cualquier hora y a cualquier lugar, el saber de su paradero ¿realmente iba a cambiarlo?¿cómo reaccionaria? No lo se, incluso si lo supiera aun me cuestionaría mis acciones.
El taxi avanzaba hacia el aeropuerto, cada camino, calle y callejón hacia marear mi cabeza, mis pensamientos e incluso mi existencia.
Finalmente paró.
La bruma de la mañana y el poco calor del otoño caía sobre mi pero nuevamente lo repetía.
-Te amo...- pequeñas palabras susurrantes ante un viento determinado a llevarlas.
Con renovada energía emprendí mi camino y aborde aquel avión que tanta bulla hacía por mi llegada.
New Bostin pm
Era la primera vez que estaba tan lejos de casa, la primera vez que tomaba un avión, siendo sincera incluso la primera vez que realmente me preocupaba algo mas que mi estupida vida perfecta. Estar en la cima realmente pudre tu cerebro.
Pero esto no era por mi, realmente tenia un propósito y era llegar a la persona correcta, llegar a mi destino, un destino que yo misma pelearía con uñas y dientes por proteger de cualquiera que quisiese entrometerse en el, porque ese era el deseo de mi corazón.
Respire con dificultad -no te acobardes ahora...- me dije a mi misma, y con paso delicado subí al primer taxi que encontré.
El trayecto fue relativamente tranquilo, no podía esperar que una cuidad pequeña fuese tan, tan suave, quizás solo eran mis intentos desesperados de calmar mi desesperación.
Finalmente había llegado, y conmigo una lluvia torrencial, mis cosas estaban igual de empapadas que mi determinación, el miedo y la vacilación se apoderaron de cada célula de mi cuerpo.
No podía hacer esto así que simplemente me senté en los escalones de su casa mientras mi agitada respiración tomaba cada vez mas participe de mi.
Hundiendo mi cara en mis piernas replantee mis acciones, mi vida mi camino y mi guía estaba a tan solo unos cuantos centímetros de mi, pero... ¿que podía ofrecer yo? Nada y en este momento incluso era patética.
Me iria...
-Realmente no te ves para nada bien- esas palabras resonaron por el lugar y fue cuando alce la mirada, solo para ver unos hermosos ojos dorados viéndome, entre la lluvia ahí estaba el. John.
Hola gente los extrañe.
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