ROSES, albus severus potter

⠀⠀⠀⠀⠀008⠀ ▌ no hard feelings

IX. sin rencores

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Viéndolo desde otra perspectiva, Kaila extrañaba un poco esos detalles de florales que Albus Potter antes dejaba en lugares que sabía que ella vería. Sin embargo, eran las rosas las que mas destacaban, no porque trajeran recuerdos de la muerte de su madre y del trauma generado, al contrario, ahora esa bola de pensamientos quedaba opacada por la imagen del mejor amigo de su hermano.

Albus no lo hacía con malas intenciones, quizás no había pensado lo suficiente en ella y la muerte de Astoria, sino que inocentemente lo hizo por los sentimientos que tenía por ella y por darle un bonito detalle, algo que creyó que le gustaría, pero que resultó ser todo lo contrario. No iba a decirlo en voz alta, pero era un poco cierto lo que decía Deter de dar segundas oportunidades; Kaila sabía que Albus se lo merecía porque no era realmente una mala persona y lo quería mucho.

También era su amigo, independiente de los sentimientos que ambos tenían o no por el otro.

── No puedo creer que Deter haya perdonado a Timothée y que ayer hayan salido a Hogsmeade juntos ── gruñó Scorpius, sentándose en el suelo de la sala común de Slytherin junto a su hermana, como si él tuviera el derecho para decir eso.

Y claro que no lo tenía, no después de lo que le había hecho a la amiga de su hermana. Kaila lo miró indignada ante su comentario.

── ¿Y a ti qué te importa? Ellos pueden hacer lo que quieran, juntos o no. No te afecta en nada, déjalos ser.

── Es que... yo sé que no es algo que me tendría que importar, pero no puedo evitar sentirme como traicionado.

── ¿Es una broma? Porque no tienes derecho a reclamar nada o a sentirte así solo porque uno de tus amigos y una chica a la que lastimaste salieron solo como amigos. Al principio también me parecía extraño, pero es evidente que Timothée no tiene intenciones de salir con Deter como algo más.

── Eso lo sé, a él le llama la atención Rose Granger, pero sigue siendo algo que no puedo quitarme de la cabeza. Ellos dos juntos... ¡Es una locura! ── la habitación estaba vacía, a excepción de ellos dos.

Era muy, muy oportuno, demasiado para el gusto de ambos mellizos que no disfrutaban de la soledad, pero que se habían acostumbrado a ella más de lo que un chico de catorce años debería.

── Bueno, locura o no, sigue sin ser tu asunto. Recuerda eso, las personas son independientes y libres, además dudo que te importe por Timothée ya que es de los amigos con los que estás, pero con el que jamás te involucras del todo ── Kaila no quería decirlo, pero ya entendía los comentarios y la actitud irascible de su hermano ante el hecho de que Nott y Zabini hayan tenido una pequeña salida esa tarde ──. A ti te molesta porque te gusta Deter, esa es otra de las razones por las que iniciaste todo el acoso que la lastimó. Es el karma después de todo, así que te toca sufrir en silencio como ella.

── ¿Qué mierda dices? ── soltó exasperado, como si la sola mención de sentimientos por la Gryffindor fuera una aberración.

Y para él, en cierto modo, lo era.

── ¿Acaso estoy equivocada?

── Deberías meterte en tus propios asuntos ── dijo Scorpius, listo para tomar su morral e irse de la sala común.

── Touché ── musitó su hermana viendo cómo se marchaba.

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Kaila no creía en el destino, pero haberse encontrado con Albus en uno de los pasillos de regreso a la sala común de Slytherin solo podía tratarse de él. No estaba segura de si era una buena idea arreglar las cosas con él en ese preciso momento, pero si no era ahí, ¿cuándo lo sería? ¿cuándo hallaría otra oportunidad para hacerlo?

── ¡Albus! ── llamó con la esperanza de ser oída y de que él se volteara en su dirección.

La suerte o lo que fuera estaba de su lado, pues el chico dio una media vuelta y posó su mirada en ella. Una mueca curvó sus labios, no era una sonrisa o un gesto de desagrado, simplemente era una curva indescifrable para Kaila.

── Ah, Kaila ── fue lo único que salió de su boca.

── Hola, ¿cómo has estado? ── él pudo haber dicho que estaba mal, que el hecho de que ella lo ignorara por el tema de las flores era como una tortura agonizante, incluso si eso resultaba muy exagerado.

Albus Potter era un poquito dramático e intenso, pero así era como sentía él las cosas; cómo las percibía.

Pero no dijo lo que sentía, porque mentir o decir la verdad comenzaba a dar lo mismo siempre que esa interrogante se hacía presente. A las personas no les importaba realmente como él estaba, y Kaila Malfoy no era una excepción.

── He estado muy bien, si te soy sincero ── los religiosos se estarían muriendo de la cólera por sus mentiras, pretendiendo ser honesto.

── Eso es genial, me alegra poder oír eso ── sonrío ella, sin siquiera sospechar que estaban mintiéndole en la cara ──. Iré al grano, no quiero estar molesta contigo ni que tú te sientas culpable por lo de las flores o las rosas, en serio.

El chico bajó la mirada, avergonzado por ello. Recordar que él gustaba de Kaila era algo que lo incomodaba, porque sabía que no era reciproco y conformarse con migajas de su amistad o su presencia ausente solo dolía. No le importaba tener solo catorce años y desvivirse por amor, para eso era la vida, se trataba de disfrutarla y sentir hasta lo más insignificante porque el tiempo era muy escaso.

── No tienes que arreglar nada, la culpa fue mía porque no pensé en ti y en lo que pasó con tu mamá. No quería hacerte daño con las rosas o las demás flores, solo... fue una muestra de cariño que terminó siendo de todo, menos eso.

── No es culpa de nadie, no tenías idea de que soy una traumadita ¿O sí? ── él negó con un gesto de cabeza. Quería huir de esa conversación lo más rápido posible, en cualquier momento más alumnos pasarían por ese pasillo en dirección a las mazmorras y siendo honesto, Albus no quería terminar diciendo cosas de las cuales se arrepentiría a futuro ── ¿Podríamos seguir siendo amigos?

── Pero, nunca dejamos de serlo ── murmuró ──. No te preocupes, de verás que el tema murió hace mucho tiempo, no es necesario que arregles nada porque no hay nada que...

── ¿Sin rencores? ── interrumpió la muchacha, extendiendo su mano hacía el chico.

Albus la miró a los ojos y luego dirigió la mirada hacía la mano extendida de Kaila, dudando de si estrecharla o no.

Al final, lo hizo y los sentimientos que intentaba apagar se encendieron como nunca, haciendo cortocircuito. Estaba jodido.

── Sin rencores, pero en serio, no estoy molesto o mal por tu reacción. Deberías dejar de pensar en eso, no te hace bien, Kai.

Pero, ¿qué sabía él si lo hacía o no?