ROSES, albus severus potter

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IV. amores caídos
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── ¿Le volviste a dejar flores? Eres un idiota ── Yorhan miró a Albus, Timothée tenía razón al decir cuán imbécil era.

── Se me hizo costumbre y, aunque sé que las odia por lo de su madre, no puedo evitarlo.

── No, sí que puedes ── aseguró Timothée ──, el problema es que sabes por qué quema las flores que le has dejado, lo que pasa es que realmente no te importó que te haya dicho la razón por la que no soporta verlas. Así que, Kaila tampoco te importa porque ni eso pudiste respetar ¿Sabes lo traumático que es ver algo que te recuerda a una persona que perdiste? No creo que sea una exageración.

Nott tenía muchísima razón, Albus tenía que admitirlo. Era un verdadero idiota, ni siquiera debería decir que quería a Kaila, porque uno no daña a las personas a las cuales quiere.

── Tienes razón, perdóname.

── ¿Acaso me llamo Kaila? No eres a mí a quien debes de pedirle perdón, no soy yo al que dañaste. Nos vemos Al.

Y lo dejaron solo.

Quería ir con Kaila y disculparse por las flores, pero no podía arriesgarse a ser odiado por ella o que lo golpeara por ser un insensible, le aterraba la idea de solo pensarla. Supuso que Shawn Mendes tenía razón cuando publicó su canción en donde le preguntaba a la persona si dejaba vivir o morir la rosa, porque él sabía cuál sería su respuesta, la misma que Kaila.

Las iba a dejar morir.

── Hola Al ── saludó James ── ¿Estás bien?

── Hola Jamie ── sonrió, aunque era más una mueca torcida que una sonrisa ── ¿Por qué lo preguntas? Estoy... bien.

── Claro, pero tienes cara de haber oído toda la discografía de Adele mientras te inventabas seis divorcios, dos amores fallidos y un esposo infiel ── dijo medio en broma, medio en serio.

¿Tan mal se veía luego de haber sacado conclusiones sobre Kaila y él? Sí, podía ser que tuviera un trauma con las flores desde el verano pasado, pero no por eso su inexistente relación con ella se vería afectada ¿Verdad?

── Como sabes, me gusta Kaila, intenté dejarle flores, pero hace unos días me dijo que detesta con su alma todo lo relacionado a ellas porque le recuerdan a su madre, así que ya no sé qué hacer.

── ¿Ser sincero? Tal vez ahora te da miedo decirle lo que sientes, pero créeme que es mil veces mejor ser rechazado a no decir lo que te está consumiendo lentamente ¿Te gusta? Dile, no pierdes nada, no importa si te rechaza, porque de eso se trata la vida, de amar, aunque vayan a romperte.

── Suena bastante motivador ── ironizó ──, si es que quiero que me rompan al decir lo que siento. No, no quiero eso, todo era mejor antes cuando ni siquiera me interesaba gustarle a la gente, cuando se burlaban de mí por haber quedado en Slytherin.

── ¿En verdad echas de menos esos años? O solo lo dices porque en ese entonces no te gustaba Kaila y tus sentimientos no eran confusos ni te afectaban lo suficiente. Piénsalo, quedarte callado no es una opción.

── Lo es sí al no decir nada no salgo lastimado.

James lo entendía. Comprendía muy bien ese sentimiento de miedo, el temor al rechazo y siendo sincero, no le gustaría ver a su hermano pasar por algo como eso, porque él ya lo había experimentado con Dorotea un par de días atrás. Pero Albus no debía de guardarse las cosas, hablarlo era mejor que enterrarlo bajo su piel hasta que cuando quiera salir sea demasiado tarde y explote.

── Ya, pero no te das cuenta de que ocultarlo no hará que desaparezca. Eso va a dañarte más.

── ¿Y acaso realmente sabes algo sobre el amor? Con Dorotea todo fue un desastre.

James sonrió, triste por recordarlo.

── ¿En verdad piensas que no sé nada? De no saberlo ni siquiera hubiera hablado de lo que sentía con ella, preferí conversar sobre ello antes de que explotara e hiciera una estupidez. Puede ser que Dorotea no esté lista para una relación, quizás me rechazó sutilmente y eso está perfecto, porque eso es el amor. Dar sin esperar nada a cambio, aunque si no te corresponden, ya llegará alguien que sí.

── ¿Y si no quiero esperar a que llegue?

── Te quedas solo, porque no puedes obligar a alguien a que te quiera.

Que complicado era enamorarse y ver que todos tus amores terminaban fallando, cayéndose para así romper tu corazón en mil pedacitos. Albus no estaba preparado para experimentar la sensación de vacío, un chico de catorce años no debía sufrir por un corazón roto y un amor caído.