Cap. 4 Reencuentro en la Ducha

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Pasaron los años y ambos crecimos, y aunque nuestra relación de hermano-hermana siguió bien después de la última vez que nos bañamos juntos ese buen trato entre ambos fue marchitando cada vez más.
Ya tenía 17 años y estaba en la preparatoria, casi por finalizarla, por lo que el estrés y las tareas ya no me permitían prácticamente ver a mi familia, lo cual era mejor para mi. En el caso de mi hermana se encontraba en la secundaria con 12-13 años aproximadamente haciendo pijamadas con sus amigas y demás.
Para este entonces ya vivíamos en una casa propia un poco más espaciosa, cierto día mi hermana tuvo un accidente jugando voleibol (ya que pertenecía al equipo), como siempre, tan delicada para todo había astillado su tobillo, su muñeca y su codo, por lo tanto se encontraba en muletas, para poder moverse, mi Madre había pedido algunos días de vacaciones para cuidarla pero ya había sido hora de volver al trabajo, por lo tanto estaba en casa. Yo, ya me encontraba en casa después de la Preparatoria y me había recostado en mi cuarto a ver mi Facebook (que por aquel tiempo era más popular) como si no tuviera exámenes finales la próxima semana.
De pronto escuche un golpe seguido de un quejido en el baño que compartían nuestros cuartos.
-¿Estas bien? Pregunté.

-Ven. Contesto con voz quejosa.
Así que fui, al abrir la puerta estaba en el suelo, en calzones blancos y un top deportivo color crema. Rápidamente fui y tomé las muletas para ponerlas sobre la pared y luego levantarla.
-¿Que haces aquí mensa? Le pregunté mientras pasaba mis brazos por detrás de su espalda y por detrás de su cabeza para levantarla.

-Pues quería venir al baño. Me dijo mientras la levantaba.

-¿Ya terminaste? Pregunté.

-No, ayúdame a sentarme por favor.
Así que la ayude a sentarse en el retrete y después a bajar su calzón para que comenzara a orinar.

-No te vayas. Me dijo.
-Ayúdame para meterme a bañar de una vez, alrrato tengo cita con el traumatólogo para que vea como van mis huesos. Agregó.

Así es, tal situación me recordó mucho a nuestro primer baño juntos de más pequeños, más aún así hasta el momento yo no la había visto con morbo y no pensaba hacerlo.
-Esta bien, ¿Ya terminaste? Le contesté mientras me acerqué a la ducha a acomodar la silla que precisamente teníamos ahí para que ella se pudiera bañar.

-Si, ya. Contestó, así que abrí el agua y regrese por ella quitándole totalmente sus calzones que ya se encontraban en sus pies.

Cuando me levante, levanto los brazos y me pidió que le quitara también el top que traía, así que lo hice, lo tome de debajo de sus pechos y lo levante quitándoselo completamente. En este punto fue inevitable no comenzar a sentir algo de morbo, sus pechos ya comenzaban a abultarse, su cintura ya se había estrechado, comenzaba a agarrar un cuerpo que aunque era delgado era muy lindo.
La tome de la cintura y la levante mientras ella apoyaba sus brazos entre mi cuello, y la lleve hasta la silla preparada en la ducha.
-Me vas a tener que ayudar. Me dijo justo cuando yo ya pensaba en salir de ahí.

-¿No puedes sola? Dije con mi respiración algo agitada por lo que ocurría.

-¿Porque estás así?, ni que no me conocieras desnuda. Me dijo sarcásticamente.

-Estás pesada y te cargué, eso es lo que sucede. Contesté serio.

-Me tienes que ayudar. Reiteró con su tono mandón que la caracteriza. Así que acepte y fui a mi cuarto a ponerme un short para no mojar mi ropa y volví.

-¿Está bien el agua? Pregunté.

-Perfecta. Contestó.
Así que me fui detrás de ella para comenzar a lavar su pelo.

-Me siento incómoda. Me dice de pronto mientras comenzaba a lavar su pelo con shampoo.

-¿Por? Pregunté.

-Estoy desnuda y tu no, deberías aprovechar para bañarte, que vienes cerdo de la escuela. Me contestó.

Reí mientras le dije:
-Esto me parece como un dejavú (por lo que había pasado de chicos) Nose si sea buena idea volver a lo mismo.

-Descuida, ya se que al quitarte la ropa se vuelve grande. Me contestó.
En este momento quede algo confundido aunque para mi era muy claro lo que ella quería, así que me quite el short junto con mis bóxer, en fin, me encontraba a sus espaldas lavando su pelo.
Después me pidió que ayudara a enjabonarla así que enjuague su pelo y comencé a enjabonar sus brazos sabiendo ya el propósito con el que lo hacía, pero seguí a las espaldas de la silla donde se encontraba, después de sus brazos enjabone su cuello y pase a sus pechos, los cuales aproveché para acariciar.
-Faltan mis piernas. Agregaba mientras intentaba mirarme volteando hacia arriba.

Así que por fin me pase para en frente de ella y pude notar que miro mi pene erecto más yo fui a lo mío terminando de enjabonar su cintura y pasándome a sus piernas y pies.
Por último subí nuevamente esta vez a su entre pierna y sin tocar su vagina intenté solo "tentar" un poco para que ella diera el siguiente paso de decirme que era lo que quería de mi, más no lo hizo.
Cuando finalice le pregunté:
-¿A mi no me vas a enjabonar?

-Que pregunta tan estupida Alex, me lastime mi muñeca. Contestó.

-Aún tienes la otra ¿no?. Pregunté cegado por la calentura.

-¿Para que Alex? ¿Quieres que te enjabone para que te corras encima mío de nuevo? No gracias. Contestó de manera sarcástica rechazándome. Lo cual me dejo bastante confundido.

Secreto entre hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora