Cap. 10 ¿Encerio?

544 7 0
                                    

Ambos confiábamos el uno en el otro, pero es difícil amar a alguien a quien no puedes mostrar tu amor con el mundo, es difícil tenerla cerca y evitar verla con unos ojos que te delatarían, es difícil escabullirnos en nuestra propia casa siendo el centro de atención, ella de los hombres, y yo de las mujeres.

Danna no tomaba, le daba asco para es entonces, quizá fue mi culpa que mal acostumbre a mis amigos a poder sentarse con ella rodeándola sin supervisar lo que hablaban o lo que le proponían, y ella nunca me lo contaba. Pero al estar en el patio, viéndola en el sofá, rodeada de chicos intensos y algo borrachos no me daba buena espina, quizá un poco de celos, tal vez. El punto es que no quería tampoco hacer ninguna escena, y menos porque yo en cambio también me encontraba rodeado de algunas chicas por esa novedad de que estaba "soltero". Entonces en mi mente ocurría un revuelo en el que no quería mandarla a su cuarto pues sentía sería injusto para ambos. Así que seguí, solo observando de lejos.
Manos de chicos sobaban su espalda encuerada, pues traía esa blusa sexy que solo tapaba sus pechos, y algunas otras manos sus piernas, quizá muy arriba o muy cerca de sus entrepiernas, la mirada de los 5 cabrones que la rodeaban era la misma de cualquier chico para ligar a alguna chica, eso daba rabia.
Por otra parte yo tenía que mantener mi apariencia de el rey de la fiesta, recargado en la barra de nuestro asador con cada palma de mi mano en la espalda de una chica diferente, teniendo que mantener esa mirada de conquistador, aunque más bien tenía cara de que me estaban ganando a la chica con la que me quería acostar esa misma noche... y esa era mi hermana.

Y se lo que pensarán, "que buenos amigos", pero los amigos falsos abundan en la adolescencia, pero como quedarte solo en esa época es lo que nadie quiere pues... ahí me tenían. Y tampoco los juzguen, mi hermanita no es ni era la chica más buena de la cuadra, siempre fue muy delgada, pero sus facciones siempre la hicieron ver mayor, más madura, y esa cara de mandona siempre atrajo a cualquier tipo de hombre, además, se los conté, es hermosa.

El problema en esa ocasión fue que comencé a hacerme ideas, pues acompaño a algunos amigos a la cocina, y después a fumar a la cochera de nuestra casa, así que mi mente comenzó a atar piezas de un rompecabezas que no existía, no creo que alguien no pasara por eso en alguna ocasión, típico celó adolescente. Los tragos y el desespero de no ver lo que hacía o no hacía me llevó a pecar tomando del brazo y abrazando a las chicas en cuanto ella volvió y pudo verme, en cuanto esto paso me imagino que su mente hizo lo mismo que hizo la mía y comenzó a beber con mis amigos.
Los tragos y demás en una chica de 14 y que no sabe tomar no son muy buena idea así que para cuando asimile la situación ya no estaba en la sala, de hecho, no había nadie de los que estaban con ella, y fue donde me preocupe. Solté a las chicas y entre a mi casa a buscarla, subí al segundo piso y mi cuarto estaba cerrado con llave, por el ruido de la música no lograba escuchar nada, así que entre al cuarto de Danna y entre al mío por medio del baño que compartíamos.
-¿Enserio? Fue lo primero que salió de mi boca al abrir la puerta.

Me lancé sobre David uno de mis mejores amigos, los demás, vinieron a quitarme de encima de David y explote, golpeando no se ni a quien, pero haciendo que salieran del cuarto.
Voltee con Danna la cual estaba desnuda sobre mi cama, se reía de que había ido a rescatarla y balbuceaba, probablemente además del alcohol habían adulterado su bebida para salirse con la suya esos patanes de mierda. La dejé recostada para mi en mi cama, tal y como la habían dejado y baje a terminar la fiesta sin antes revisar los celulares de los hij*put* para ver qué no hubieran grabado nada y ponerlos en ridiculo por lo que habían hecho. Cuando se fue la última persona volví a mi cuarto y Danna seguía totalmente dormida, me recosté a un lado de ella mientras la miraba, y pasaba mi mano sobre su cuerpo recorriendo su bella piel, esa noche tarde en dormir pensando en que, aunque no la habían penetrado, las manos sucias de ellos seguían en ella, en mi pequeña hermanita, en mi pequeña princesa, y en que quería que volviera a ser mía, así que esa noche follé a Danna como hasta ese momento nunca había hecho, a pesar de que estuviera en ese sueño profundo y dormí a su lado con miedo de lo que sentiría al día siguiente por lo que le habían intentado hacer.

Secreto entre hermanos.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora