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Mes: 5. Llegué.

Felix le dejó pasar dos meses después de encontrarse medianamente bien. Había estado dos veces más en el hospital y llegó el punto de que no podía levantarse de la cama por el infernal dolor que cargaba.

Hyunjin no se separó e intentó animarle cosa que conseguía siempre. Sus amigos aún no se habían enterado y las excusas que ponían eran muy variadas.

- Cariño... — susurró Felix ganándose la atención de Hyunjin — Tengo hambre.

- Voy a pedir algo de comer, ¿quieres kimchi, pizza, hamburguesa...? — sacó su teléfono mirandole.

- Pizza. — sonrió ampliamente mirando al mayor.

En ese momento los ojos de Hyunjin se cristalizaron en menos de dos segundos y asintió despacio llamando a la pizzería mientras acariciaba el pelo dorado del contrario.

Al cabo de una hora llamaron al timbre y Hwang bajó para coger la pizza y pagar. Subió después con algo de beber y unos vasos, dejó la pizza en la cama y los vasos en la pequeña mesa que se encontraba al lado de Felix para que no hiciera fuerzas.

Empezaron a comer y una vez más llegó aquel tema sentimental.

- Lixie...

- Dime, mi vida. — Uh... dolió.

- ¿Cuáles son tus flores favoritas? — ladeó su cabeza mirandole.

- Los tulipanes y margaritas...aunque las rosas blancas también me gustan mucho o los girasoles. — sonrió ampliamente mirandole y el castaño asintió.

- Te amo. — ¿Te amo?

- ¿Qué dijiste?

- Te amo, Lee Felix...tanto que esas palabras no son lo suficiente para expresarte todo. — susurró mirandole viendo como los ojitos del menor brillaban.

- Yo también te amo. — susurró mirandole,  Hyunjin se acercó para besarle siendo correspondido.

Un cálido abrazo llegó después de aquel beso acompañado de algunas lágrimas por parte de ambos. Se miraron a los ojos y Hyunjin empezó a analizar cada facción del contrario;

» Sus ojos marrones junto a unas ojeras bastante notorias debido al cansancio, sus mejillas tenían un leve rosado que resaltaba por la palidez de su piel, sus labios tenían la piel levantada por morderlos. Sus pecas se notaban menos y la punta de su nariz estaba tornada de un leve rosa al igual que sus mejillas.

Al igual que hizo Hyunjin, Felix también le analizó;

» Su pelo revuelto y sus ojos se notaban cansados, estaban peleando los dos juntos, sus mejillas mojadas debido a las lágrimas que corrían por estas y salian de sus ojos. Tenía unos pequeños cortes en la mejilla de hace unas semanas, su cara se veía más fina debido a que apenas comía y sus labios eran lo único que se mantenían en buen estado.

Felix hizo el intento de incorporarse por sí solo pero consiguió cansarse y no. Con ayuda de su mayor se incorporó.

- Todo es tan injusto... — susurró el castaño.

- Lo sé mi vida...pero hay que vivir con ello ¿si? — sonrió levemente revolviendo el pelo del contrario que solo asintió.

Ambos sabían que en cualquier momento podría pasar algo y que llegase el final, mientras habían podido habían disfrutado al máximo hasta el estado que estaba ahora.

Felix le había dicho en los próximos días que leyese, junto al grupo, el cuaderno que escribía todas las noches y Hyunjin no puso oposición alguna a ese pedido. Tenían miedo, mucho miedo, Hyunjin el que más. No se hacía aún la idea de los próximos años sin él, sin ser ellos y sin ser uno solo.

Más de una noche Felix había visto a la muerte varias veces en su sueño, una larga fila de que gente que él quería y ella, aquel ente, aquel miedo, se abría paso entre aquella fila de gente.

El castaño le costaba conciliar el sueño y siempre que podía dormir se asustaba de su propia mente por aquellas pesadillas tan espantosas que visualizaba; Felix era un esqueleto en el hospital y solo estaban ellos, su novio giraba la cabeza mirandole y en el acto de abrir la boca un montón de insectos salían de su boca.

- Ya está, cariño... — susurró el menor adormilado mientras Hyunjin se acurrucaba en sus brazos. Aquellas experiencias eran las peores.

Se escuchan pasos cerca y él solamente intenta esconderse en si mismo de aquel terrorífico final. Empezó a temblar. Lloraba y el pomo de la puerta se giró. Aquella tenebrosa sonrisa apareció en aquel rostro sombrío.

- Bhoo, Felix.

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