Capítulo 3

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Narra Ariana

Llegamos a la que sería mi nueva casa y la verdad es que desde fuera no se ve pequeña, pero es que por dentro es todavía más grande.

Es verdad que yo ya la había visto por el vídeo que subieron en Youtube, pero es que en vivo impresiona muchísimo más y, además, no pensé que fuera más grande.

—Ven, síguenos —me dijo Javi—. Te mostraremos la casa y te diremos cuál es tu cuarto.

Dimos una vuelta por toda la planta baja, me enseñaron la terraza y por último el piso de arriba, donde se encontraban tanto mi cuarto como los de ellos.

De por sí, aunque entrene y estudie, paso mucho tiempo sentada en el sillón. Mi primo dice que soy una vaga y que podría aprovechar el tiempo en algo, pero es que la verdad no tengo nada que hacer, más que leer (sentada).

—Ya que ya hemos terminado de enseñarte tu cuarto y la casa entera, ya podemos subir tus maletas para que empieces a organizar tu cuarto —me informó Eric.

—¿Ahora? —pregunté sentándome en el sillón—. Estoy fleje cansada como para ponerme a organizar mi cuarto —protesté.

—No, no, venga, arriba —-me dijo Eric—. Levántate del sillón y a colocar tus cosas.

—Venga, encima te subimos nosotros las maletas —me intentó convencer Javi, cosa que consiguió.

—Bueno, venga vale —me levanté del sillón y en lo que ellos cogieron mis maletas yo me levanté y me dirigí a las escaleras para empezar a subir las escaleras seguido de ellos.

Subimos al segundo piso y caminamos hacia mi habitación, que, para mí, es muy grande y espaciosa.

—Bueno, aquí te dejamos las maletas y ya tú lo organizas como quieras —dijo Javi dejando las maletas al lado de las que anteriormente había dejado Eric.

Cabe decir que la habitación me parece preciosa y que es perfecta para mí. Es de colores verde pastel, marrón y blanco  con toques de color gris, que son mi combinaciones de colores favorita.
Conforme entras a la habitación hay un escritorio de frente delante de una gran ventana. A la derecha está el armario empotrado en la pared y en el centro hay una cama matrimonial con un mueble (se pueden meter dentro cosas), así como un reposa pies, del tamaño del ancho de la cama.

Conmigo traía una maleta grande y dos medianas.
Empecé por la maleta más grande, que seguramente sería la que más trabajo me daría. Tampoco me acuerdo de lo que tenía ahí metido a parte de la ropa, seguramente tendría recuerdos con mi primo y algunas cosas más.
La subí en los pies de la cama y quité el candado de la maleta y la abrí al cuarto intento, pues tengo las llaves de las cuatro maletas en el mismo llavero.
Saqué toda la ropa y la fui colocando en perchas, estanterías o cajones, depende de la prenda de ropa. Luego saqué mis neceseres del baño, aunque tampoco es que tenga muchísimas cosas, pero principalmente las colonias y perfumes, las cremas que me recetó el dermatólogo para el acné y algunas cosas más de aseo. Además traía conmigo un bote entero de la colonia de mi primo para perfumar la ropa que me traje de mi primo, no la robé, sino que se las “cogí prestadas” y me las traje a Barcelona, (él me dijo que me las podía llevar, pues él ya no las utiliza).

En esta maleta también había unos cuantos libros que ya me he leído y algunos cuadros que tengo con mi primo, con Juseph, con Cruzzi y con mis dos mejores amigos, Jorge y Sofía.
Ellos están de acuerdo con que me haya mudado, pues ellos claramente sabían lo que yo estaba pasando.

Solo tú y yo || Alén VicenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora