37. Tú puedes sin mí

404 11 2
                                    

P.O.V. Aria

Me quedan dos semanas en Gran Canaria y no puedo negar que es mejor que quedarme en Barcelona.

Yo que al principio no sabía que era peor, pero ahora sí lo se, Barcelona es peor.

Y oye, no lo digo porque no me guste en si la comunidad, que si me gusta, lo digo por lo de ver a Alen, que lo tendría que ver en demasiados lugares y aquí únicamente tengo que pasar de mi hermana y su grupo y listo, a las cuales solo las veo en el recreo.

Cuando Dafne me llamó el otro día me sentí mal y me preocupé por Alen, pero dije que en dos días hablaría con él y esos dos días ya se cumplieron, o sea, hoy.

Tengo pensado llamarle en una hora, no videollamada, si no una llamada normal, porque si hago videollamada empezaré a llorar por verle.

...

Las campanas de la famosa canción de Quevedo de Ahora y Siempre empezaron a sonar indicándome que ya era hora de llamar a Alen.

Le mandé un mensaje a Dafne avisándole de que ya iba a llamar a su hermano.

—Vale Aria, solo vas a llamar a Alen, tú puedes —me dije a mí misma.

En la llamada

—Hola Alen —saludé, aclaro, no era videollamada.

—¿Aria? —sonaba sorprendido.

Pasaron unos segundos hasta que él decidió hablar, porque si era por mí nos daban las uvas esperando que hablara.

—¿Para qué me llamas? —preguntó. Su voz sonaba más apagada y triste que de normal.

—Emm —pensé qué decirle—. Se que ya no tenemos la misma relación que antes pero tu hermana me ha comentado cómo estás y aún que no estemos juntos, me preocupas.

—Estoy bien...

—No, no estás bien —le interrumpí—. Tu hermana me ha dicho que estás siempre en tu habitación, has descuidado tus estudios y que ya no comes tanto como antes.

—Bueno, son factores que no importan.

—Joder Alen, ¿cómo que no importan? —dije frustrada porque él sabe todo lo que me pasó a mí y se despreocupa por eso—. Alen por favor...

—Ari, sin ti no es lo mismo —dijo cortándome y yo me quedé sorprendida—. Yo te necesito, sin ti no puedo.

—Alen, tú puedes sin mí.

—¿Si pudiera sin ti estaría como estoy? —me hace una pregunta que obviamente no hace falta responder—. Pues ya está.

—Alen, sabe perfectamente que si no pensaras en mí podrías estar mejor.

—El caso es que no te puedo olvidar... Te extraño mucho.

—No me lo hagas más difícil por favor —le pedí.

—Vale —aceptó—. Cuando vuelvas a Barcelona déjame hablar contigo.

—No hay ninguna excusa que me puedas poner —dije—. Te morreaste con otra estando conmigo.

Solo tú y yo || Alén VicenteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora