Experimento 2/4

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Martes por la mañana. Otra vez al instituto. El horario escolar estaba comenzando y por eso, un pequeño grupo de alumnos ya se encontraban preparando sus cosas para comenzar el día en el salón.


Entre ellos unas destacables cabelleras verdes y azul cielo.

—Buenos días Nagisa kun— saludó kayano mientras escribía la fecha y otros ítems en el costado del pizarrón con un trozo de tiza.

—Ah! Buenos días Kayano-san.— expresó el distraído peliazul caminando de regreso sobre sus pasos, por poco y no se percataba del saludo de la contraria.

Kayano se volteó en su lugar riendo suavemente. — ¿Qué tal el resto de tu día ayer?— preguntó genuinamente curiosa.

—¿Ayer?— Nagisa titubeó por un momento. —Bueno... no pasó nada extraordinario. Hasta donde sé, todo en orden—  continuó apartando la mirada disimuladamente.

—Ya veo—  La peliverde sonrió y vió a Nagisa alejarse lentamente, sentándose en su escritorio y sacando las cosas que usaría de su bolso. 

De la nada, la puerta de madera fue desplazada de manera abrupta, haciendo un ruido sordo que asustó a los presentes.

—Buen día.. Karma-Kun.— Saludó Isogai pasando frente al pelirrojo con una sonrisa tensa. Parecía que alguien se había levantado con el pie izquierdo.

El pelirrojo con mal humor no respondió. Simplemente se limitó a caminar hasta el fondo del salón para buscar su sitio y descansar un poco. Karma solía respetar sus horas de sueño, porque de otra manera se ponía más voluble de lo que normalmente ya era. Había pasado gran parte de la noche pensando y por más que tratara de conciliar el sueño se le hizo imposible. Eso explicaba también que estuviera tan temprano en el salón ese día, cosa poco común en él.

Sugino, quien venía detrás suyo, se apresuró a cerrar la puerta y a entrar rápidamente acercándose a su amigo peli celeste.

—Oye Nagisa, ¿Sabes qué le pasa a Karma?— murmuró el beisbolista en voz baja.

El mencionado solo se encogió en su lugar —No lo sé. ¿Que te hace pensar que— 

Nagisa se volteó instintivamente al sentir una mirada del fondo de la sala, proveniente del mencionado pelirrojo quien descansaba su cabeza en el hueco de sus  brazos. A pesar de su mirada cansada, sus ojos dorados seguían viéndose cálidos.

—Un momento.— Nagisa se levantó de su sitio dejando con las palabras en la boca a su amigo oji indigo.

Caminó entre los escritorios, hasta llegar al fondo del salón y se posicionó al frente de donde Karma estaba recostado. Ahora tenía ambos ojos cerrados.

Puso su mano en su cabeza suavemente y murmuró. — ¿Estás bien Karma? ¿Te sientes mal?— 

—Hmm, estoy bien. Solo estoy cansado.— Respondió somnoliento.

—¿No dormiste bien?— preguntó nuevamente sin apartar su mano.

Karma negó, aprovechando para sentir el toque de Nagisa como una suave caricia.

—¿Por qué?— murmuró el peli celeste. Esperaba que no fuese nada relacionado a lo que habían ingerido ayer, de lo contrario empezaría a preocuparse.

—Es tu culpa.— 

—¿Mi culpa?— 

—Si. Haces mucho ruido en mi cabeza.—

Nagisa se ruborizó sorprendido frunciendo levemente el ceño.

—Eres un tonto, deja de bromear. Ve a la enfermería a dormir un rato, yo le explicaré a Koro-sensei.—  

Química [KarmaGisa]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora