8. ¿Qué quieres?

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Gun, después de haber trabajado por un buen rato, no dudó en dejar todo sobre el escritorio, a pesar de que aún no terminaba, sabía que también tenía que pasar tiempo con Nirin, así que tras hacerse a la idea de que le esperaba un duro enfrentamie...

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Gun, después de haber trabajado por un buen rato, no dudó en dejar todo sobre el escritorio, a pesar de que aún no terminaba, sabía que también tenía que pasar tiempo con Nirin, así que tras hacerse a la idea de que le esperaba un duro enfrentamiento con Off, tomó a Chimon entre sus brazos —quien balbuceaba— feliz ante las caras y gestos que le hacía el pelinegro.

En cuanto Gun salió del despacho lo primero que hizo fue encontrarse con Off quien le miraba con gran preocupación, ahora sabía que Gun le había hecho mentalmente un recordatorio familiar, y su fría actitud lo confirmaba.

—¿Gatito?... —le llamó en un hilo de voz.

Pero Gun no se detuvo a hablar con él, no deseaba hacerlo de momento y menos con el bebé en brazos, se conocía perfectamente y sabía que una palabra dicha por Off le haría detonar y eso es lo que menos quería.

—Gun...

—Ahora no Off... —se limitó a decir para subir a la habitación de su pequeña.

Al llegar al cuarto de Nirin, pudo escuchar como su pequeña tarareaba dulcemente una melodía infantil y por ese breve instante el mal humor que tenía el pelinegro se había esfumado.

—Llevaré a Chimon a dar un baño —dijo la niñera y Gun sonrió débilmente.

—Gracias, —se limitó a responder al mismo tiempo que entregaba a su bebé, quién al no sentir los brazos de Gun empezó a hacer unos enormes pucheros que empezaban a romperle el corazón, pero también estaba consciente de que necesitaba pasar tiempo padre-hija con su pequeña.

—Vamos a darte un rico baño —dijo la nana y empezó a hacer caras y gestos para distraer al pequeño y Gun pudiera quedarse con la niña.

El pelinegro caminó hacia dónde estaba la niña entretenida y una gran sonrisa apareció en su rostro olvidando por completo su enojo con el imbécil de su esposo.

—Hola Nini, ¿me puedo sentar?

—Sí, papi —respondió emocionada sin dejar de colorear.

—¿Qué haces?

—Un dibujo de nosotros —aquello le formó a Gun un gran nudo, y más al ver los garabatos de la niña le hizo sentirse aún peor de lo que ya se sentía.

—¿Puedo dibujar contigo? —preguntó casi en un susurro y de inmediato la niña le pasó unas hojas y algunos crayones de colores.

Ahora ambos estaban dibujando y tarareando la misma canción que antes tarareaba la niña, y después de un rato el pelinegro realmente se estaba divirtiendo con su pequeña al grado que no se había percatado de la hora que era, hasta que el sonido de unos pasos los interrumpieron.

—¿Puedo dibujar con ustedes? —escuchó decir a Off y de inmediato se tensó.

—Si papá Offy, —y tal como lo hizo con Gun, la niña le pasó al castaño unas hojas blancas y varios crayones—. Siéntate a un lado de papá Gugie. —y Off sin pensarlo le hizo caso.

My lovely ex assistant - H.A #15Donde viven las historias. Descúbrelo ahora