Han pasado toda la mañana en casa, viendo películas. Todas han sido elección del omega, y para el alfa son aburridas. Tratan sobre amor y esas cosas. Vegas solo las aguanta porque a Pete le gustan y cuando las ve, no se está quejando de los dolores que el embarazado le ha dejado. Hoy cumplía los 8 meses y su estómago parecía querer reventar. Por la noche irían a casa de sus padres al Baby Shower, gracias al cuello Pete era buen actor e hizo como que no sabía nada. Incluso lloró un poco para hacerlo más real.
Vegas mete una mano dentro de la camisa de Pete, él está sobre su pecho, disfrutando el calor y la película. Acariciando su panza, sintiendo los movimientos que el bebé da. Bajo su mano, siente a Pete removerse incómodo. Va subiendo, con tal de sentir más a su bebé, pero el castaño le para.
—No lo hagas.
— ¿Tocarte?
—Muy arriba.
— ¿Por qué? — Frunce su ceño. — Siempre lo hago.
—Si pero, ya no quiero.
—Tú tienes algo, dime.
Pete niega, pegándose más a Vegas y cruzando sus brazos sobre el pecho.
—Vamos, Pete. Puedes decirme.
—Es vergonzoso, déjame.
— ¿Es por el embarazo? — el omega asiente. — Entonces no lo es.
—Vegas... me da pena.
—Amor, estaba bien. Dime — acaricia su cabello, suave para darle confianza.
—Yo... Yo tengo de esas protectores para el pecho por... tu sabes.
—No sé.
— ¡Vegas! — chilla y le pega.
—Okay, okay — se ríe. — ¿Era eso?
—Sí, es horrible.
—Es tierno. Y hasta sexy.
—No lo es y estoy harto. Tengo 8 meses y casi no puedo ni respirar.
—Tenemos la cesárea programada en dos semanas, amor.
—Estoy nervioso, no quiero que nada salga mal.
—... No estás marcado.
Vegas lo suelta, tomando asiento en la cama y tirando de sus cabellos.
—Tranquilo, Vegas.
—SI no estás marcado puedes hasta morir, Pete. ¿Cómo voy a estar tranquilo?
—No va a pasar nada, ¿okay?, perdón por decir eso.
Sin contestar, Vegas vuelve a recostarse, abrazando y besando la cabeza del omega.
—Estará bien. Vegas.
—No quiero que te vayas.
—No me voy a ir. Aquí me voy a quedar.
—Te quiero, Pete — confiesa, apretándolo contra su cuerpo.
El corazón de Pete bombea fuerte en su pecho, tanto que cree que se saldrá. Trata de mantenerse al margen y contesta de igual manera.
—También te quiero, Vegas.
[...]
Pete le sonríe a la gente que llega a la casa de los padres de Vegas. No conoce a nadie y le da nervios cuando alguien se acerca a saludarle. No sabe dónde se ha metido el alfa, probablemente esté platicando con sus primos, pero Pete lo quiere aquí.
—Hola — una niña, de al menos 5 años le tira de su camiseta. Es de Vegas y por su estómago ya no le queda tan grande.
—Hola, nena — le acaricia el cabello.
— ¿Tú eres el novio de Vegas?
—Eh, sí, creo.
— ¿Por qué mamá dice que tienes un bebé dentro? — rasca su barbilla. — ¿Cómo siquiera lo metiste?
—Bueno... yo-
—Niña, vete con tu madre.
— ¡Vegas! — Ella se abraza a las largas piernas del alfa y este le acaricia el cabello.
—Tu mamá te está buscando.
— ¿Cuál?
—Averígualo.
Ella se va corriendo hasta donde dos mujeres están, una es más alta. Y la que es más baja, se nota más delicada y es la primera en abrazar a la niña.
— ¿Estas bien? — Vegas pone su mano detrás de la espalda de Pete.
El omega asiente con una mueca.
—Estoy bien pero no conozco a nadie.
— ¡Chicos! — Khan entra del patio, sonriéndoles. — Al fin los encuentro, en especial a ti, Pete.
—Hola, papá — Vegas se acerca a Khan, envolviéndolo en un abrazo.
—Hola, hijo — acaricia su mejilla. — Ven aquí, Pete.
Lo lleva por las escaleras hasta una habitación.
—Aquí dormía Vegas — dice Khan, buscando algo. — Quiero darte algo que Vegas uso hasta que tuvo como 4 años — busca debajo de su almohada. — Después lo puso... debajo de la almohada.
Alza más almohadas y o toma. Camina hacia Pete, sonriéndole.
—Ten — se lo pone en las manos. — Es la cadena de Vegas. Siempre la tuvo con él, creo que es como de la suerte y es especia para él.
Es una cadena de oro, con una plaquita y su nombre grabada en ésta.
—Es muy linda, gracias.
—De nada, ahora ven aquí.
Otra vez, toma su mano y lo lleva a otra habitación. Ésta es más grande y huele demasiado fuerte a May. Entre sus cajones, Khan rebusca.
— ¿Tienes estrías?
—Mmmh si — Pete se sonroja.
— ¿Vegas sabe?
—Sí, y dijo que eran lindas.
—Lo sé. Así son los alfas, aman todas las marcas que el embarazo te deja.
— ¿Si?
Khan asiente, dándole un bote de crema.
—Cuando tengas la cesaría no sabes cómo se va a poner — se ríe. Es para las estrías, pueden ser lindas para Vegas pero a veces duelen, eso te ayudará.
—Muchas gracias — lo abraza con bastante trabajo por su grande panza.
—También quiero que sepas que aunque May sea muy tosca, es buena y te quiere. Está feliz de que estés con él, después de lo de-
—Lamai, lo sé. Vegas me dijo.
Khan sonríe, asintiendo.
Bajan y ahora todos los invitados están ahí. Vegas presenta a Pete como su omega, y él no podía estar más feliz de eso.
Los regalos fueron buenos y les cayeron bien porque ellos no tenían nada. Esta semana debían de ir por una cuna o su bebé dormiría en el aire. Pete se siente feliz, la familia del pelinegro fue muy amable y dulce con él, también conoció los padres de Arm y le agradecieron por lo que hizo. May tampoco hizo algún comentario fuera del tema, hasta se mostró amable y ayudó a Pete varias veces cuando no podía más.
Estaba bien, Pete se sentía feliz de estar rodeado de gente buena.
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Ven aquí y ámame ~ VegasPete (Omegaverse)
FanfictionA sus 19 años, Pete debería estar apoyando a su banda favorita, yendo a centros comerciales a mirar la ropa de temporada que ha llegado, o juntando dinero para su graduación. Pero no, a sus cortos - o largos - 19 inviernos Pete Pongsakorn está prepa...