Capítulo 7

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— Y, ¿Cómo te va? Ya sabes, con Jun ahí.

Minghao levanta la vista de donde ha estado mirando fijamente un punto sobre la mesa en la cocina de Sakura. No vino a visitarla para quedarse en silencio, pero no ha tenido mucho que decir, y ahora tampoco sabe qué responderle. ¿Cómo se supone que responda a esa pregunta? Oh, si, todo muy bien, ya sabes, anoche vi cómo le hacían una mamada. Totalmente normal.

Elige responder con un simple. — Bien.

Ella frunce el ceño. — ¿Hay algún problema?

— No, ¿por qué?

— No lo sé, — dice encogiéndose de hombros. — Solo me parece que te comportaste raro cuando lo mencione. Es porque todavía te atrae, ¿verdad?

La vergüenza le inunda, provocandole un vuelco en el estómago. — No me atrae. — insiste y se endereza en su silla. — Deja de decir eso.

Ella lo considera por un largo momento. — Está bien mirar, — dice suavemente, envolviendo ambas manos alrededor de su taza. — Tienes ojos, y eres un humano como cualquier otro. Pero, no vayas a...

Traga saliva. — A... ¿que?

— Hacer algo.

Casi quiere reír a carcajadas, pues el pánico aumenta cada vez más en su pecho. — No hay nada como para hacer algo. — afirma con firmeza. — Él no me gusta. Y no está interesado en mi. Así que ¿puedes simplemente dejar el tema ya?

— Está bien. — dice levantando ambas manos en un gesto de sumisión. Pero él sabe que ella no está convencida, y lo odia. — lo que digas.

Hay una pausa mientras lo estudia, y el se muerde una uña al sentirse sofocado por su acusación implícita, y al mismo tiempo desesperado por hablar de ello y poder averiguar qué es eso que está retorciéndose en su interior.

— Entonces cuéntame como van los planes para la boda.

El se enfoca en el nuevo tema, cualquier cosa que evite hablar de lo que realmente está sintiendo y le cause problemas.

— No hay mucho que decir en realidad. El martes iremos a recoger los anillos.

— Eso es lindo. — dice sonriendo. — ¿Qué pasa con las flores y todo lo demás? ¿La música?

— No tengo listo nada de eso todavía. — responde con un encogimiento de hombros. Con tan poco tiempo restante para la boda, debería poner más empeño en organizar las cosas.

— Bueno, pues necesitas hacer más, ¡Minghao! Solo falta un mes.

— Lo sé. — dice apoyándose hacia atrás en su asiento. El dobladillo de su camisa sube un poco con el movimiento provocando un escalofrío a través de su piel. Se estremece. — Hace frio aquí. ¿No tienes encendida la calefacción?

Ella hace una mueca. — No calienta mucho.

— ¿Necesitas que te a...

— No. — dice con firmeza, sin lugar a discusión. — Yo me encargo.

Él mira alrededor de su antiguo hogar, el papel pintado despegándose y moho sobre los rodapiés, las cortinas rasgadas y el sofá chirriante. Ella tiene lista la caja con viejas decoraciones de Navidad, la ha puesto junto al televisor, listas para ser colocadas. — Echo de menos este lugar. — dice con melancolía en su tono. — Tuvimos buenas Navidades aquí, ¿verdad?

— Oh, si. — Rueda los ojos. — Congelandonos, muertos de hambre, sin dinero para conseguir regalos que poder intercambiar.

— No me vas a dar nada por Navidad, ¿verdad? Se que el dinero te hace falta.

El Padrino - Junhao (Jun & Minghao de Seventeen) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora