Maratón 1/3

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Todos atienden sus respectivos dolores de cabeza al día siguiente, pero incluso el día después de Navidad, Soonyoung tiene que trabajar, por lo que se marcha después del almuerzo, y Jun desaparece durante el resto del día.

No se miran a los ojos durante el breve tiempo que pasan compartiendo la cocina, bebiendo café y compartiendo aspirinas para el dolor, y cuando Soonyoung regresa esa noche, Minghao lo sobre compensa mostrando su afecto por él, sintiendo una extraña sensación de culpa. Y cuando Soonyoung lo lleva a su cama y ofrece sexo oral, Minghao se lo permite, a pesar de que no se siente realmente con el animo. Se obliga a llegar al orgasmo gracias a los pensamientos que tiene de unos ojos, una boca, piel y manos que no se parecen en nada a las de Soonyoung, aumentando así la culpabilidad.

Se levanta de la cama más tarde, cuando Soonyoung se ha dormido, se interna en la oscuridad y el frío de la sala. Mira a su alrededor buscando la manta, y cuando no la encuentra, se pone la sudadera con capucha que encuentra en su lugar. No es hasta que se envuelve en ella, mientras mira la televisión, que se da cuenta de que le pertenece a Jun, su olor se filtra en sus sentidos provocando un hormigueo sobre su piel.

Jun llega un momento más tarde, como siempre, y luce curiosamente tranquilo. Minghao no puede leer su lenguaje corporal, ni siquiera sabe cuánto recuerda de la noche anterior, y cuando Jun no hace más que dejar las llaves en el mostrador y sonreír brevemente, Minghao pregunta. — ¿Dónde has estado?

— Pasé el día con Jiwon.

Minghao asiente con la cabeza, y espera que sea la verdad y que Jun no haya estado caminando por las calles todo el día solo, evitándolo.

— ¿Lo pasaste bien?

— Fue bueno, sí. — Jun murmura vagamente —. Voy a poner el agua a hervir.

Regresa con dos tazas de té caliente y pone una en manos de Minghao mientras se sienta junto a él.

— Gracias — esto se siente tan irreal y a la vez tan normal que no puedo entenderlo.

Jun asiente señalando el televisor. — ¿Dónde estamos hoy?

— Edimburgo — dice Minghao después de tomar un momento para pensar. En realidad no ha estado prestando atención al programa de tv.

— Es muy bonito.

— Nunca he estado allí.

— Deberías — dice Jun —. Pide a Soonyoung que te lleve.

La mención de Soonyoung es deliberada, con eso lo ha traído aquí, poniéndolo entre ellos como una barrera. Un recordatorio de por qué anoche fue un error, y no el tipo de noche de la cual Minghao todavía puede recordar cada detalle, sentir cada toque.

Traga saliva. — Mira, lo que pasó anoche...

Jun lo mira y con tal mirada le pide que calle. — ¿De verdad quieres hablar de eso?

— Fue solo que — dice Minghao, pero si, lo quiere, de verdad — bebimos mucho, las cosas se pusieron un poco raras...

— Está bien — dice Jun, con tono ligeramente molesto.

Minghao contiene la respiración, mira el costado de la cara de Jun.

— Me voy a casar con tu mejor amigo —. pero lo está diciendo por las razones equivocadas y lo sabe. No está diciéndolo para recordarle a Jun por que lo que pasó la noche anterior estuvo mal, lo dice por que lo que está sintiendo es peligroso y masivamente inapropiado.

Lo dice porque quiere provocar una reacción en Jun, quiere una pista sobre cómo se siente, lo que piensa acerca de cómo en un minuto tiene momentos con Minghao y al siguiente discute sus deberes de padrino con Soonyoung.

Cuando Jun lo mira, Minghao ve en él agitación, culpa, pero sobre todo, ira. Todo él "te deseo pero no puedo tenerte". — Y sigues recordándomelo.

Jun le sostiene la mirada, y hay tristeza asentándose dentro de Minghao, haciéndolo sonreír pero sin rastro de alegría. — ¿Sabes que es gracioso? — pregunta con tono gentil —. Conocí a Soonyoung la noche de tu fiesta de despedida. Aparentemente te acababas de marchar y por eso no te vi.

Jun parpadea, y sus ojos pierden la concentración por un momento mientras analiza la información, y entonces un reflejo de dolor destella en su rostro. — ¿Estas diciendo que si me hubiera quedado otros cinco minutos...?

— O si yo hubiera llegado cinco minutos antes... Sí.

No tienen que terminar de explicar. Es dolorosamente claro. En algún otro universo, en otra vida, esta podría haber sido una historia completamente distinta.

Es con una sensación desgarradora que un renovado sentimiento de culpa invade a Minghao. En silencio y sólo en su propia cabeza, admite que nunca se habría fijado en Soonyoung si Jun hubiera estado ahí esa noche.

La tristeza que siente Minghao se refleja en el rostro de Jun y este recorre, con un dedo, a través de la manga de la sudadera que lleva puesta Minghao.

— Te queda bien — murmura.

— Tenía frío.

Se sonríen el uno al otro en silencio, es un momento de entendimiento puro, y luego lo dejan pasar. Se acomodan de nuevo en el sofá, poniendo los pies sobre la mesa para mirar el televisor en silencio.

El Padrino - Junhao (Jun & Minghao de Seventeen) [Adaptación]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora