Capitulo 4

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Sasuke levantó su brazo desnudo para defenderse del ataque de la pelirrosa. Con un movimiento rápido sostuvo su brazo, Sasuke le agarró por la muñeca. Ella grito de dolor por la fuerza del mismo y dejo caer el cuchillo.

Un miedo frío le atravesó mientras veía su única arma aterrizar en el piso con un sonido retumbante. Sus ojos se alzaron de golpe.

El rostro de Sasuke era una máscara de nada, pero a ella no la engañaba pensando que no estaba furioso. Este hombre es un Asesino de Elite. Se echo hacia atrás, pero los dedos de él alrededor de su muñeca fueron implacables. Sin embargo, eso no le detuvo. Solo tenía esta oportunidad. Él bien podía decidir que no valía la pena y matarla.

Ella le dio una patada, pero fallo debido a los reflejos rápidos de él. Le empujó hacia la cama como si no pesara nada. Ella no tuvo oportunidad de detener su caída y aterriso sobre su estómago encima del colchón. Trato de empujarse hacia arriba, pero el cuerpo musculoso de Sasuke se presionó contra su espalda, atrapándola entre la cama y él. El pánico le atravesó. Retorcio las caderas en un intento de liberarse. Cuando eso no funcionó, arremetío con los brazos, intentando golpear a Sasuke. Con un sonido impaciente, él le dio la vuelta de modo que terminó montándose a horcajadas en las caderas de ella y le agarró sus dos muñecas con una mano. Ahora no tenía más remedio que mirarlo a la cara, mirar cada centímetro de su cuerpo. Se había cambiado la ropa cubierta de sangre y ahora llevaba una camisa blanca ajustada.

Tenía las manos ásperas. Un horrible sonido aterrorizado se escapó de entre sus labios. El ojo sin emoción de Sasuke y el otro siendo tapado por un parche se encontraron con los ojos de ella. No había nada en aquel hombre, menos en su corazón. Su agarre en sus muñecas no aflojó. No hizo otra cosa que mirarla fijamente. Sabía que debía apartar la mirada. ¿No era eso lo que debías hacer si te enfrentabas a un lobo feroz? Pero no estaba solo atrapada por el poderoso cuerpo de Sasuke, sino también por la mirada en su ojo. Su respiración era calmada, no había señales de la lucha. Para él esto no era nada. Una de sus manos se movió más abajo hacia su estómago. La camiseta de ella se había abierto durante la lucha y revelado la piel debajo. Se tenso cuando Sasuke puso su mano contra su estómago. ¿Qué estaba haciendo? Ella miró fijamente la mano de él apoyada en su piel más pálida. Las yemas de los dedos y palma apenas le tocaban. La mirada de él se alzó lentamente otra vez para encontrarse con la mirada de ella..

Ella hizo otro intento de liberarse, pero fue casi ridículo. Tal vez si hubiera sido capaz de esa clase de emoción, Sasuke podría haberse reído de ella.

— Detente —ordenó con calma.

Y por alguna razón ella se detuvo.

Sasuke tenía una reputación, y estaba orgulloso de ella. Su reputación era temida, respetada, y eso era mucho más de lo que nadie esperaba de alguien como él. El hijo bastardo. El chico que nunca hablaba.

Nunca había tenido algo para sí, ni siquiera se había atrevido a soñar con poseer algo tan precioso. Era el hijo bastardo e indeseado de Fagaku Uchiha. Y ahora Orochimaru le habían dado lo que hace unos días atrás había estado fuera de su alcance, alguien a quien ni siquiera se le permitía admirar desde lejos, una de sus posesiones más preciadas.

Arrojada a sus pies porque era quien era, porque estaban seguros que la rompería. Él era su castigo, un destino peor que la muerte, una manera de entregar el castigo final a su padre que les había disgustado tanto.

Y una advertencia. Nadie se atrevería a oponerse a Fugaku Uchiha, de él fue la orden para destruir a la familia Haruno; contrato los servicios de Orochimaru, si eso significaba que su hija podría terminar en manos de un hombre como él. Sakura, un nombre apropiado para alguien como ella, alguien demasiado hermosa y llena de luz, para alguien como él. Una princesa y un monstruo, eso es lo que eran. La bella y la bestia.

Asesinos de ÉliteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora