Asesinos de Élite

Capitulo 3

La mente de Sasuke iba a mil por hora mientras empujaba a Sakura hacia su auto. No había dejado de pensar en ella desde que la vio en la fiesta de compromiso de ella y el idiota de Naruto Namikase. Se había arrepentido de asistir a esa fiesta, aunque fuera como infiltrado, sobretodo porque la imagen de ella lo había obsesionado en su sueño los siguientes días.

Era un monstruo, sin duda. Aunque sabía que no era el único en esa fiesta aquel día. Ni siquiera estaba seguro de que fuera el peor. Había matado a la mayoría de las personas con sus propias manos, no podía negar eso. Y no quería hacerlo. Estaba orgullo de lo que había hecho y le gustaba. Era en lo que era mejor: asesinar. Era el mejor asesino de la Organización Sannin Serpiente. Y tal vez su talento para matar lo convierta en uno de los peores monstruos, pero sabía lo fácil que era la orden de matar y mutilar de muchos hombres reunidos en aquel baile, y como ellos disfrutaban hacerlo. Lo sabía muy bien por experiencia propia.

Sin embargo, Sasuke no estaba demasiado preocupado. Había vivido un infierno, todavía lo vivía. No había nada que temer para él. Nada esperándolo más allá de la muerte podría hacerle un daño peor de lo que ya se había hecho. No había nada delo que él se hubiera roto, nada que destruir, excepto su cuerpo quizás, pero tampoco estaba preocupado por eso. Conocía el dolor, incluso la agonía. Era la única constante en su vida. Casi lo había visto como un amigo. Algo con lo que podía contar, algo predecible.

No tenía miedo al dolor, ni la muerte. Orochimaru siempre decía que eso lo convertía en un recurso tan valioso, en su asesino frio y calculador. Muchos confundían su silencio con estupidez, igualar la falta de palabras con falta de comprensión y conocimiento. Idiotas eso es lo que eran. Echo un vistazo a la chica encogida en el asiento del pasajero. Esperaba que no resultara una complicación. Tampoco podría soltarla seria presa fácil para que la vendiera en el mercado negro.

No es que Sasuke tuviera una intención de devolverla. Era su posesión más valiosa hasta la fecha. Ella estaba mirando por la ventana, ignorándolo ¿Acaso pensaba que estaba por encima de él? Volvió la mirada al camino. No importaba. Ahora era suya. La idea envió una punzada de orgullo a través de él y su entrepierna se tensó de anticipación. Decidió desviar sus pensamientos.

Ver a Fugaku Uchiha con sus dos hijos allí. Solo sirvió para aumentar su odio. Acabaría con toda su familia y me apoderaría de su poder y dinero. Eso es lo que más ama ese hombre, el poder y el dinero. Sus hijos Naoki Uchiha un imbécil que le gusta gastar dinero y aprovecharse de chicas inocentes, y sabía que él estaba interesado en Sakura Haruno, vio como la desvestía con la mirada. La hija Naori Uchiha una maldita arpía superficial que pisotea a todo el que se le pone en frente, su ambición es casarse con Naruto Namikase. Seguro estaría disfrutando de lo que le está pasando a su bella Sakura.

Sakura apenas podía respirar. Por el miedo y el hedor. El hedor era el peor que cualquier cosa que hubiese olido ante. Sangre, metálica y dulce, opresiva. Todavía podía ver el charco de sangre extendiéndose bajo el cuerpo sin vida de su padre, podía ver a su madre arrodillada en medio del líquido rojo con los ojos horrorizados. Cada momento de esta noche parecía estar grabándose en su mente, sobretodo la parte donde la vendía para salvar sus propias vidas.

Sus ojos se volvieron al hombre que estaba a su lado. Sasuke, conducía el auto con una mano, tan inexpresivo y calmado, casi como en paz.

¿Cómo alguien podía verse en paz después de lo que había sucedido ¿Después de lo que había hecho?

Sus ropas estaban cubiertas aun de sangre, así como sus manos. Tanta sangre... Hace unos días atrás, sus guardaespaldas le habrían alejado rápidamente de un hombre como él. Y ahora estaba a su merced. Él era una mano brutal y violenta a la voluntad de Orochimaru.