Como Patrick rescató al raro chico nuevo de su propia casa.

Capítulo 3: Mortal Kombat X

Ambos amanecieron en la misma cama, la noche anterior Pete no estaba en condiciones de dormir solo y Patrick no mostró ninguna objeción en cuanto a la propuesta de compartir cama con el mayor.

Patrick había despertado un poco antes y hasta entonces notó que junto a la cama había una enorme pecera con una tarántula que lo estaba viendo. A penas podía creer que durmió toda la noche con esa cosa tan cerca de su cabeza, sin haberlo notado, supuso que el hecho de haber tenido a Pete en bóxers a pocos centímetros de él había influido.

Pete despertó pocos segundos después y notó que Patrick tenía la mirada puesta en su linda mascota -veo que ya se conocieron -anunció, su voz todavía sonaba un poco rasposa y somnolienta, se desperezó antes de continuar hablando -su nombre es cero, ¿quieres tocarla?

-Oh... no gracias, -sintió un repentino escalofrió y Pete rio.

-Vamos, no te hará daño, lo prometo -Dijo comenzando a sacar la tapa de la pecera, mientras le dedicaba una enorme sonrisa.

-No, no, en serio estoy bien. -Patrick agitaba sus manos fuertemente en desaprobación, y Pete cerró la tapa, todavía riendo.

-Tú ganas, -dijo cuando por fin pudo calmar su risa -parece que hubieras visto un fantasma o algo.

Patrick se cruzó de brazos -¿Esto es tu venganza por la historia que te conté anoche? Porque según recuerdo anoche no te veías tan confiado.

Pete apretó los labios -Touché. Bien, ya vamos a desayunar.

-

A pesar del viento helado que escocía en sus mejillas y en sus dedos, Tyler estaba sentado en un banco de madera, que dicho sea de paso también estaba bastante frío, en el patio de la escuela, haciendo tiempo hasta su próxima clase, tenía ese preciado cuaderno suyo sobre las rodillas y no dejaba de escribir, hasta que notó que alguien se acercaba y que ese alguien era Josh, no necesitaba alzar la vista para saberlo, ese chico tenía una presencia difícil de ignorar, todo lo contrario a Tyler, cuya presencia pasaba casi completamente desapercibida por el resto del mundo, a excepción de aquellos que estaban empecinados por hacer de su existencia una tortura.

-Hola Tyler -saludó el chico de cabello rosa antes de sentarse junto a él, obligándolo a cerrar su cuaderno y dejarlo a un lado, porque él sabía que Josh quería leer lo que escribía -incluso si nunca se lo había pedido- y realmente le avergonzaba mostrárselo.

Y al verlo apartar el cuaderno de su vista Josh no se quejó, por la forma en que reaccionaba era obvio que no quería que viera lo que estaba escribiendo y por más que la curiosidad lo matara respetaba eso y Tyler se alegraba de saberlo.

-Hola -murmuró sin verlo.

-¿Sabes? -Acabo de comprar el Mortal Kombat X, Y... estaba pensando que, si no tenías nada que hacer, después de clases podrías...

-Claro. -Respondió, dedicándole una sonrisa y Josh literalmente murió por dentro al verla, -¿te gusta Iron Maiden? -preguntó luego, saliendo completamente de la nada, en un primer momento Josh no entendió por qué se lo había preguntado pero entonces cayó en cuenta de que, era la música que reproducían sus auriculares en ese momento, pero no había forma de que Tyler lo supiera, su celular estaba en el bolsillo de su pantalón, los auriculares en sus oídos, entonces...

-¿Cómo...? -murmuró en voz alta y al instante Tyler se arrepintió de haber hablado -O sea sí, pero... ¿Cómo lo sabes?

-Puedo escuchar la música desde aquí -mintió y Josh optó por creerle, no quería pensar que Tyler podía leer mentes o algo así, pero era más que extraño porque el volumen estaba realmente bajo, para poder escuchar lo que él decía, y no era la primera vez que Tyler demostraba saber más de lo que debería.