¿Por Qué Te Escondes? | Akaza x Douma

8°

La luna se hacia presente aquella noche, era simplemente espléndida. 

Douma no pudo evitar distraerse con ella, y la observó durante unos minutos mientras pensaba en Akaza y lo mucho que lo confundía.

La reunión comenzaba en 45 minutos y justo como él temía no lograría encontrar a Akaza a tiempo, e incluso si lo hacía no tenían buenas noticias para Muzan. Matar menos de 5 cazadores era una profunda vergüenza. 

Aún así no se rindió, y decidió continuar con su búsqueda mientras pensaba en una buena excusa para Muzan o en un plan que pudiera salvarles.

—No quería tener que hacer esto.— admitió. —Pero no tengo opción realmente. Solo espero que te encuentres bien donde quiera que estés, Akaza.—

Posteriormente Douma se dirigió al bosque de árboles gigantes, sabiendo que ese era el lugar con más cazadores durante la noche.

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Mientras tanto Akaza se encontraba observando la luna junto a Kyojuro Rengoku, el pilar de la llama.

No tenían planeado verse aquel día, pero Kyojuro insistió múltiples veces para que eso fuera posible.

De nuevo Akaza prefirió dejar sus responsabilidades de lado. Y sabía que esa vez sería peor que las anteriores pero no era capaz de actuar como debía.

Pensó que Kyojuro era todo lo que podía querer en su vida, incluso si moría por ello después. Pero después de lo que vivió con Douma tenía muchas dudas.

Comenzó a pensar en todo de nuevo y aunque aseguraba que solo había cedido ante las caricias de Douma por miedo a que le delatara con Muzan, y porque juró mantener el secreto sin importar qué, pero muy en el fondo sabía que él también deseaba a Douma.

El llegar a esa conclusión golpeaba fuertemente su orgullo, pero era cierto. Al menos que le había gustado vivir aquel momento con Douma, y que tal vez lo repetiría.

—¿Repetirlo? Pff—Se dijo a sí mismo. —Después de abandonar a Douma quién sabe si querrá volver a dirigirme la palabra. Además, por fin tendré tres faltas, Muzan me matará en cuanto tenga oportunidad. Ya nada puede salvarme. —Aseguró casi aceptando una derrota inevitable. —Pero todo lo hice con tal de estar aquí contigo, Kyojuro. Y aún así no me has dirigido la palabra desde que llegué... después de todo fuiste tú quién quiso que nos viéramos precisamente hoy.—

El pelirosa estaba ciego, pero por primera vez se quitó la venda que cubría sus ojos.

—Has estado actuando extraño, Akaza. ¿Te encuentras bien?— Preguntó Kyojuro mirándole fijamente.

—Hasta que por fin te dignas a hablarme.— se dijo internamente. —No, la verdad hay dos cosas que me joden la cabeza justo ahora.

—Ah, ¿sí? ¿Qué cosas son esas?

—No sé si sabías lo que tuve que sacrificar por ti esta noche pero puede que muera irremediablemente.

—¿Intentas hacerme sentir culpable? ¡Yo también he hecho sacrificios por ti!

Akaza lo tomó del brazo antes de que pudiera continuar.

—Kyojuro ¿En realidad quiero esto?— Preguntó desconcertado. —Me gusta cuando estás cerca, pero odio cuando te vas sin dar explicación. No logro entenderlo.

Así que... ¿vale la pena morir por ti?

Porque siendo honestos a estas alturas ya nadie puede salvarme, ni siquiera Douma. Y no porque no pueda hacer algo para convencer a Muzan o a cualquier otro, en realidad es muy bueno en eso. Pero después de como lo he tratado debería aborrecerme.