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A partir de esa noche las cosas han ido mejorando, no, mejor dicho, han ido siendo más consentidas y mimadas. Tae cada que llega del trabajo se la pasa a lado mío y no lo culpo, yo estoy igual, creo que nuestros lobos se han vuelto más unidos gracias al lazo.

Sólo que...

Hubo un pequeño problema.

Con Yeonjun...

Pasa y acontece que al día siguiente de lo que se creo el lazo a Yeon no le agradó del todo que yo tenga el olor de Tae justo en mi cuello donde el cachorrito siempre le ha gustado oler mi propio aroma, tampoco le ha gustado de que Tae esté muy cariñoso conmigo a pesar de que con Yeon no habido ningún cambio de acuerdo a sus secciones de mimos en las tardes.

Yeon anda de celoso

Por la atención de Tae.

Y eso lo podemos comprobar cuando en una tarde después de que ya hayan pasado dos semanas de lo acontecido, estábamos en la cocina, yo haciéndole probar a Tae el nuevo pastel que tenía preparado añadirle a las ventas de mi emprendimiento hasta que a mi alfa se le ocurre darme una rebanada de pastel en la boca.

Pero a cierto bebito no le gustó del todo que sólo yo sea al que le den en la boca así que en la siguiente rebanada Yeon apoyo sus manitas en la mesa subiendo su cabecita abriendo y cerrando su boquita además de estar emitiendo soniditos para dar a entender de que él también quería.

- Aww~ mi bebé también quiere - Dice Tae mientras hace que la cuchara vaya a la boquita del cachorro en forma de avión.

Desde entonces estos días nos la hemos pasado entre celos de quién tiene la mayor atención del Alfa de la casa aunque Tae nos mima por igual.

Sólo que a mi me da besos en la boca.

Ahorita son las 5:57 p.m. Tae ya debió estar aquí hace 3 horas ( había hablado con el jefe de la estación de Policía para él poder vigilar en las mañanas y en las tardes tener libre, por suerte si le dejaron pero con una condición: que trabajaría hasta las 2:30) no sé que ha deber pasado para que se quede más tiempo en la estación.

No fue hasta las 6:23 que él entró a la casa pero había algo diferente en él.

Venía enojado.

Dejé al cachorrito en la alfombra que tenía en la cocina a un lado de la mesa para poder verle mientras hacía uno que otro pedido.

El instinto de un omega es siempre huir cuando suceden situaciones como estas, pero cómo huir si era mi alfa?

Cómo temerle al alfa que me acogido a su hogar?

Cómo temerle al alfa que se sienta a mi lado buscando mimos?

Me acerqué a él verificando si tenía alguna herida porque cualquier cosa le pudo haber pasado.

- Alfa, qué pasó? - le tomé de sus mejillas para que me mirara, sus ojos eran intimidantes a cualquiera que los vea sin embargo para mi eran de profunda tristeza tratando de taparlo con enojo.

Él sólo me abrazo ocultando su rostro en mi cuello, la posición era incómoda él se tenía que agacharse para poder estar a mi altura así que le guíe al sillón de la sala para que se sentara y yo en sus piernas.

Se notaba a simple vista que él me estaba marcando con su aroma y la casa entera.

- Alfa, me dirás? - hago un puchero.

- Omega, ya no hay de que temer más, lo atrapamos - me dice sonriendo.

- A quién, alfa?

- A ese alfa y sus cómplices, a quienes te hicieron la vida imposible mi amor, pero ya no más - me besa la frente.

Vigilancia nocturna - VkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora