III.III

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🍵

«Disculpa la conmoción.
Mi amiga no quería faltarle el respeto a tu compañera. De verdad lo lamento tanto».

— Ouch... Mi cabeza... ¿Qué me lanzó? — llegué a dejarle una compresa de hielo.

— Eso te pasa por idiota. ¿Cómo mierda se te ocurre semejante estupidez, Ava? — pregunté molesto. Ella bajó la cabeza con las mejillas sonrojadas de vergüenza —. Ava, ve al doctor. Lo que te lanzó fue la bandeja.

— Tú siempre de problemática — regañó Mikasa —. Hasta con Reiner y Jean eres así y ya los conoces desde hacía años.

— Oye, ella comenzó. Me dijo "Idiota" en ruso. ¿Acaso pensó que era la única que sabía ruso? ¡NO! Auch... — Mikasa le puso la compresa en el lado izquierdo de la cabeza.

— Vayan al doctor. Es necesario para evitar alguna anomalía. Por hoy, tienen día libre.

— Gracias, Levi — dijo Mikasa —. Alguna cosa, te llamo por teléfono.

— Sí, sí. Váyanse ya antes de que me arrepienta y deje a Ava morir aquí.

Sin más ni más, ambas salieron del restaurante para dirigirse a la parada de autobús.

Suspiré.

Hice una llamada para que pudiera venir a apoyarme. Ya me lo había pedido una vez.

— Bien. ¿En qué necesitas apoyo? — preguntó sonriente. Tiene una sonrisa dulce y cálida. Por eso me agrada hacerla sonreír, así me siento bien.

— Atender los clientes, por favor — asintió. Fue directo por el pequeño cuaderno que Mikasa había dejado antes de irse.

La campanita sonó, dando la bienvenida a la persona que había entrado. Esa voz... Otra vez está esa mocosa aquí dentro.

— ¿Céline? — preguntó mi madre con asombro. ¿Quién de las dos es Céline y por qué la conoce?

— ¿Señora... Kuchel? — preguntó la platinada. Así que ese es su nombre.

— Cielos, me alegra verte por aquí. Dime, ¿En qué les puedo ayudar?

Lo veía todo desde la bodega, no quería que me viera y sintiera más vergüenza. Con sólo dejar esa nota es evidente que sintió bastante pena por lo que hizo su amiga.

— Anda.

— ¿Qué? A la que golpeé no está aquí. Vámonos.

— Charlotte, no pienso irme hasta que te disculpes con ella.

— ¿Con quién? — preguntó mi madre.

— Una chica castaña de ojos verdes y cabello corto. Esta tonta le lanzó la bandeja en la cabeza — le dio un codazo a su amiga.

— Ella comenzó.

— En realidad fuiste tú al llamarla "Idiota". ¿Cómo mierda se te ocurre semejante estupidez, Charlotte?

Su lenguaje me sorprendió. Es como si me estuviera viendo a mi. Fueron las mismas palabras que le dije a Ava.

— Es que... No sé... Tal vez, estaba tan nerviosa por el tema de la boda que cuando llegó a preguntar por la orden me molesté.

— Esa no es justificación y tu acto fue muy grosero — vio a mi madre con una pequeña sonrisa — ¿No sabés dónde está esa chica?

— Ah... Creo que sí. Hace rato fueron al doctor. Supongo que para evitar alguna anomalía en su cabeza.

— Bien, eh... Uhmm...

— Les diré que vinieron a pedirle una disculpa — dijo, sonriendo —. Y si gustan venir mañana cuando esté en su turno, adelante. Son bienvenidas.

— Sí, muchas gracias, señora Kuchel — contestó la platinada para después retirarse.

¿Por qué esa fue la primer impresión que tuve de sus amistades?

Another Life; Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora