XIV.II

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❄️

Está sudoroso. Agitado. Cansado y agobiado. Se apoyó en mis hombros con sus manos mientras que yo lo sujetaba de los codos con fuerza para que no cayera al suelo.

— Céline... — musitó.

— Levi, Santo Cielo, ¿qué te pasó? — pregunté preocupada. Levantó la cabeza encontrándome con una mirada de preocupación. Abrí mis ojos como platos al verlo en esa condición —. A ver, toma asiento — dije, dejando que se sentara en el asiento copiloto del auto de mi tío. Este, salió del auto para llegar a nosotros. Sentí la presencia de alguien más con nosotros. Eran Ava y Mikasa.

— Oye, todo el día te desapareciste — reclamó Mikasa — ¿Dónde estabas?

— Yo digo que lo mejor es darle espacio — sugirió Ava.

— Sí, es lo más recomendable — agregó mi tío. Cuando me iba a alejar, tomó mi mano con delicadeza.

— N-No... Quiero hablar contigo — me dijo, a lo cual asentí. Los demás se alejaron de nosotros.

No insistí con las preguntas porque, primero, es mejor que te esté tranquilo y, segundo, no soy nadie para exigirle una explicación de su ausencia.

— Céline — habló ya más tranquilo —. Perdón — pasó su mano por su cara —, perdóname por no mandarte mensaje, por no decirte nada, por haber llegado tarde.

Suspiré. Me puse de cuclillas frente a él para ver mejor sus ojos. No me quería dar la cara después de esas múltiples disculpas. En verdad está apenado, avergonzado y se siente culpable. Si supiera que yo venía a cancelar la cita porque me sentía mal...

— Tranquilo — respondí, sonriendo. Levantó la mirada, encontrándose con mis ojos azules. Los de él brillaron, pero era un brillo tan bonito que me hizo sonreír inconscientemente —. No te preocupes. Otro día podemos salir. Ahora tú tenías tus pendientes y... Yo... Bueno, no me sentía muy bien.

— ¿Qué es lo que tienes? ¿Te pasó algo? ¿Ya te encuentras mejor? — amplié mi sonrisa mientras asentía.

— Ya estoy bien — contesté —. Ava y Mikasa me ayudaron con ello, pero ya estoy bien. Gracias por tu preocupación.

— De verdad perdóname. Perdí la noción del tiempo, lo siento. De verdad quería salir contigo — reí bajo para después ponerme de pie.

— Mañana es Sábado, podemos salir si gustas.

Perplejo, me miraba con suma atención. Pero, se fijó más en el pañuelo de mi camisa, como si dicha prenda se le hiciera familiar.

— Sí — respondió, para después mirar a mis ojos —. Sí. Está bien. Paso a tu casa por ti para ir a dar un paseo.

— No sabes dónde vivo — se encogió de hombros, apenado. Reí mientras negaba — ¿Tienes algún lugar donde apuntar?

— Ah... Sí — sacó su celular del bolsillo de su pantalón. Abrió el bloc de notas para comenzar a apuntar la dirección de mi departamento. Antes vivía en la casa de mi hermano Jonathan, pero, cuando se casó con Mike, busqué un lugar para vivir —. Entonces pasaré por ti mañana en la tarde.

— Por supuesto — se puso de pie, listo para irse. Le sonreí con ternura —. Y no te preocupes por lo de hoy, de verdad, no pasa nada. Tendremos más días para salir.

Asintió sin expresar palabra.

Sus ojos me gustan mucho.

Su voz me atrae demasiado.

La madurez que lleva con él me encanta.

Son mínimas cosas que he conocido de él, pero... Siento como si nos conociéramos de hacía años. Y... El sentimiento es tan grande, como si tuviera años enamorada de él.

Another Life; Levi AckermanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora